El estudio FINGER, un análisis de largo plazo de más de 1.000 personas con riesgo de Alzheimer, ha comprobado que ciertos hábitos de vida pueden funcionar como un escudo preventivo, en contra de esta enfermedad degenerativa con la que viven 5,3 millones de personas en Estados Unidos, según la Alzheimer Association.
Durante años, el FINGER (Finnish Geriatric Intervention Study to Prevent Cognitive Impairment and Disability), un estudio financiado por una alianza de gobiernos, hizo un seguimiendo de la salud de 1.260 personas de entre 60 y 77 años en Finlandia.
Una de las conclusiones de este trabajo fue que hay hábitos de vida que pueden prevenir el avance del Alzheimer.
Y estos cuatro serían esenciales para alejar a esta condición que le roba la memoria y la capacidad de conectarse con el mundo a millones y para la cual no hay un tratamiento farmacológico ciento por ciento eficaz.
1) Dieta MIND
La dieta MIND, sigla de Mediterranean-DASHIntervention for Neurodegenerative Delay o "Intervención de la Dieta Mediterránea-Dash para el Retraso Neurodegenerativo" fue ideada por un grupo de científicos del Centro Médico de la Universidad Rush, en Chicago. La efectividad de la dieta MIND se comprobó en un estudio realizado con un grupo de 960 voluntarios con una edad promedio de 81,4 años. El mismo fue publicado por la revista Alzheimer y Demencia, de la Asociación de Alzheimer de EE.UU.
2) Manejo del estrés
El estrés no es sólo un enemigo del corazón y culpable de varios trastornos como el insomnio, la diabetes, dolores musculares y de cabeza, también daña la memoria.
Un estudio de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva en Nueva York halló que el estrés percibido duplica el riesgo de deterioro cognitivo en las personas mayores, sumando una causa prevenible del tipo de demencia más frecuente.
3) Ejercicio físico y mental
Mantener el cuerpo con un nivel de ejercicio básico, y agilizar la mente con lecturas y juegos de mesa ayuda a prevenir el Alzheimer, asegura el estudio FINGER.
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No es el único en enfatizar esta asociación. Otros estudios hallaron que el ejercicio aeróbico intenso mejora el flujo sanguíneo en áreas clave del cerebro, y parece reducir los nudos de proteína tau que son característicos del mal de Alzheimer.
4) Fitness espiritual
Se trata de una combinación de bienestar físico, del hábito de socializar y de tener un propósito en la vida. Tener metas o propósitos, y luchar por alcanzarlos, agilizaría la mente a niveles que la vuelven una fortaleza.
Esta espiritualidad sería entonces beneficiosa para la salud mental en general, y protegería del avance del Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia entre las personas mayores. La demencia es un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades diarias.
Según explica la Biblioteca Nacional de Medicina, el Alzheimer comienza lentamente. Primero afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Las personas con el mal pueden tener dificultades para recordar cosas que ocurrieron en forma reciente o los nombres de personas que conocen. Un problema relacionado, el deterioro cognitivo leve, causa más problemas de memoria que los normales en personas de la misma edad. Más mujeres que hombres padecen de Alzheimer.
Hay que prestar atención a las señales de alerta, y no descartarlas pensando que son "cosas de la abuelita". La consulta temprana es crítica para el manejo del mal.
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