Las infecciones osteoarticulares agudas pueden ocurrir en niños y adolescentes sanos. En general las causa una bacteria llamada staphylococcus aureus (estafilococo)que puede ingresar al cuerpo humano de diferentes maneras, "navegando" por el torrente sanguíneo hasta que encuentra un hueso, músculo o articulación en donde comienza a multiplicarse.
Se trata de una emergencia médica que debe diagnosticarse y comenzar a tratarse de inmediato para prevenir secuelas que pueden durar toda la vida.
Los niños en edad preescolar representan aproximadamente la mitad de los casos de infección ósea debido al rico suministro de sangre en sus huesos en crecimiento. Tanto en niños como en adolescentes, las infecciones óseas ocurren con mayor frecuencia en los huesos largos de las piernas y los brazos.
Si no se trata, la infección ósea puede causar complicaciones graves, que incluyen:
- Destrucción ósea
- Abscesos con pus
- Articulaciones infectadas (artritis séptica)
- Deformidades y discapacidad resultantes de infecciones continuas
En muchos casos, la infección se desarrolla luego de una lesión menor que permite la entrada de la bacteria. Los síntomas característicos son:
- Fiebre
- Dolor
- Movimiento limitado de la zona infectada; el pequeño puede cojear o negarse a caminar si la infección afecta a las piernas o la espalda.
- Los bebés pueden estar irritables y sin energía, negarse a comer o vomitar.
Los países en desarrollo y las poblaciones empobrecidas del mundo desarrollado tienden a tener una mayor carga de enfermedad en términos tanto de incidencia como de gravedad de las complicaciones por infecciones articulares.
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Dependiendo del país, la tasa de hospitalizaciones por estas infecciones oscila entre 1.34 a 82 anuales por cada 100,000 menores.
La primera línea de tratamiento es antibióticos y, dependiendo el caso, drenaje quirúrgico.
Cuando se piensa en afecciones de los huesos, el foco se pone en los adultos mayores. Por eso, en principio, no hay que olvidar que la infección de los huesos y articulaciones infantiles sigue siendo un diagnóstico clínico y la mirada de águila del pediatra es esencial para detectar esta infección ósea a tiempo.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.
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