¿Te pasa que a veces te invade un sabor amargo en la boca o que sientes el sabor de los alimentos diferentes? No, no estás enloqueciendo, ni nada de esto es producto de tu imaginación. Te explicamos el por qué de esa desagradable sensación.
El proceso del gusto comienza cuando las diminutas moléculas que se liberan a nuestro alrededor estimulan las células especiales en nuestra nariz, boca y garganta. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por su sigla en inglés) explican que estas células sensoriales especiales transmiten los mensajes a través de los nervios hasta nuestro cerebro, donde los sabores específicos son identificados.
La mayoría de las personas desarrollan trastornos del gusto después de haber tenido algunas lesiones o enfermedades. Según la institución, las infecciones de las vías respiratorias superiores pueden causar algunas pérdidas quimiosensoriales, así como las lesiones en la cabeza, la exposición a ciertos productos químicos (insecticidas) y algunas operaciones quirúrgicas (extracciones molares, cirugía del oído medio).
No hay una sola explicación para el sabor amargo en la boca. Amber Tully, especialista en medicina familiar de Cleveland Clinic, dice en un artículo que son siete las causas comunes y lo mejor es que son reversibles. Revisamos una a una.
Deshidratación. Esta tal vez es la más sencilla de todas: no has tomado suficiente agua y tener la boca seca puede alterar tu sentido del gusto. Para la especialista la solución es muy sencilla, solo debes asegurarte de beber de seis a ocho vasos de agua al día.
Dejaste de fumar. Abandonar el hábito del cigarrillo puede alterar tu sentido del gusto a tal punto de que sientas un sabor amargo o desagradable en tu boca que, con el tiempo, desaparecerá.
Mala higiene dental. TEsta es la causa más obvia. No te estás cepillando de forma adecuada o no estás usando el hilo dental o ambas. "La mala higiene bucal a menudo puede causar un sabor amargo en la boca", explica Tully, quien sugiere como solución cepillarse al menos dos veces al día y usar hilo dental al menos una vez, así como hacer chequeos dentales de forma regular.
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Afecciones bucales. Una infección, un resfriado o la sinusitis pueden afectar las papilas gustativas y, por supuesto, la percepción de los sabores. Una vez que la enfermedad pase, el mal sabor también desaparecerá.
Medicamentos. Aunque su misión es ayudarnos a sanar, los fármacos también pueden amargarnos la boca. Antibióticos, antihistamínicos y tratamientos para el cáncer, como la quimioterapia, pueden ser el origen de la sensación en el gusto.
Reflujo. Cuando aparece esta afección, los alimentos y el ácido estomacal pueden regresar al esófago y eso, sin duda, te dejará un mal sabor. Más allá de evitar el gusto agrio, es necesario busque ayuda de un especialista en enfermedades digestivas, quien seguramente te indicará cambios en la dieta y en tu estilo de vida.
La edad. El paso del tiempo se puede sentir también en nuestros sentidos, como hacer amargo el gusto. Explica la doctora que "a medida que envejecemos, nuestras papilas gustativas se encogen y se vuelven menos sensibles".
De seguro ya tienes una idea sobre lo que te puede estar pasando, pero acudir a un médico aclarará tus dudas. Solo un profesional especializado, como un otorrinolaringólogo, puede darte un diagnóstico certero.
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