El mundo se ve más gris de lo usual cuando nos sentimos deprimidos y a menudo hablamos de “ver todo negro”. Una nueva investigación sugiere que asociamos las emociones con los colores. Los resultados de dos estudios indican que cuando nos sentimos tristes, cambia la manera en que percibimos los colores. Algo así como que la expresión en inglés 'feeling blue' tendría su lógica.
La investigación, publicada en la revista científica Ciencia Psicológica, específicamente descubrió que los participantes inducidos a sentir tristeza fueron menos precisos en identificar los colores en la gama del azul al amarillo que los que fueron inducidos a sentirse alegres o emocionalmente neutros.
Los hallazgos sugieren que la tristeza es específicamente responsable de las diferencias en la percepción de los colores.
Los investigadores realizaron un estudio con 127 estudiantes universitarios que tuvieron que mirar un clip de un film emotivo y luego completar una tarea de apreciación visual. Algunos participantes, elegidos al azar, miraron un clip animado con la intención de inducirlos a la tristeza y otros uno de comedia stand-up con la intención de inducirlos a la alegría. Estudios anteriores habían validado los efectos emocionales de los dos clips y los investigadores confirmaron que produjeran las emociones deseadas en los participantes.
Después de mirar el video clip, los participantes tuvieron que mirar 48 muestras de colores desaturados de forma consecutiva y debieron indicar si cada muestra era roja, amarilla, verde o azul.
Los resultados mostraron que los participantes que habían mirado el video clip que los inducía a la tristeza fueron menos precisos en identificar los colores comparados con los que habían mirado el clip que los inducía a la alegría, pero sólo en las muestras de color dentro de la gama del azul al amarillo. Los participantes no mostraron diferencias de precisión en la gama del rojo al verde.
"Nuestra investigación muestra que el estado de ánimo y la emoción pueden afectar la manera en que vemos el mundo que nos rodea,” dijo el investigador y psicólogo Christopher Thorstenson de la Universidad de Rochester, primer autor de la investigación. "Nuestro trabajo fomenta el estudio de la percepción ya que muestra que la tristeza afecta los procesos visuales básicos con los que se perciben los colores."
Estudios anteriores mostraron que la emoción puede influir en varios procesos visuales, y algunos trabajos indicaron que existe una relación entre el estado de ánimo deprimido y la sensibilidad de contraste visual disminuida. Debido a que esta sensibilidad es un proceso visual básico que interviene en la percepción de los colores, Thorstenson y los co-autores Adam Pazda y Andrew Elliot se preguntaron si habría alguna relación específica entre la tristeza y nuestra habilidad para percibir los colores.
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"Nos es muy familiar la manera en que a menudo la gente usa los colores para describir los estados de ánimo, aún cuando estos conceptos parecieran no estar relacionados,” dijo Thorstenson. "Pensamos que una de las razones por las que surgen estas metáforas era porque realmente había una conexión entre el estado de ánimo y las diferente maneras de percibir los colores."
Un segundo estudio con 130 estudiantes universitarios mostró el mismo efecto con respecto a un clip neutral: los participantes que miraron un clip triste fueron menos precisos en identificar los colores del espectro azul-amarillo comparado con los que miraron un salvapantallas neutral. No se pueden tomar las diferencias de los participantes en cuanto al esfuerzo, atención o compromiso con la tarea para explicar los resultados, ya que la percepción del color sólo se vio afectada en la gama azul-amarillo.
"Nos sorprendió que el efecto fuera tan específico: solo la gama del azul al amarillo se vio afectada,” dijo Thorstenson. "No previmos este descubrimiento, aunque quizás nos de una pista para hallar la causa del efecto en el funcionamiento neurotransmisor. “
Los investigadores indicaron que los trabajos anteriores han relacionado específicamente la percepción del color en la gama del azul al amarillo con el neurotransmisor dopamina.
Thorstenson señala que esta investigación traza un nuevo territorio y que es esencial que se sigan realizando estudios para comprender acabadamente la relación entre la emoción y la percepción de los colores.
"Es un trabajo nuevo y necesitamos tiempo para determinar la solidez y la generalización de este fenómeno antes de establecer relaciones serias.” concluyó.
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