Expertos exigen una reforma de la salud mental, tras un análisis que revela que la situación del país es deficitaria. La recesión ha obligado a muchos estados a recortar los presupuestos de salud mental, y las internaciones son inaccesibles para muchas personas, aún con seguro médico.
Puntos Clave
Los expertos y defensores de la salud mental aseguran que el sistema de atención está quebrado. Piden más fondos del gobierno y una nueva legislación para proteger a los pacientes y al público en general.
Muchas madres con pequeños que padecen enfermedades mentales, también lo están. Heather Tillmann, de Milwaukee, es la madre de un niño con trastornos mentales y ultra violento que debió ser internado; ella consiguió subsidio del estado para lograrlo. Tillmann escribió una carta pública impactante, donde pide que se tome conciencia y asegura que su hijo también podría haber sido el protagonista de una masacre como la de Newtown, Connecticut.
La historia de esta mujer es la de otros tantos millones del país, son familias que luchan por ayudar a un ser querido con una enfermedad mental. Muchos sufren en silencio y aislamiento, con poco apoyo externo.
La recesión ha hecho un gran daño. Los estados han cortado por lo menos $ 4,35 mil millones en el gasto público en salud mental desde 2009 a 2012, aproximadamente el 12% de sus presupuestos totales, según la National Association of County Behavioral Health and Developmental Disability Directors (NACBHDD). Y la atención para pacientes hospitalizados es aún más difícil de alcanzar: en los últimos cuatro años, el sistema de salud pública ha perdido más de 3,200 camas en los hospitales psiquiátricos.
Pocas personas, incluso con seguro, pueden darse el lujo de pagar por la atención residencial psiquiátrica. La mayoría de las familias dependen de la atención hospitalaria con fondos públicos.
Una de cada tres personas con graves enfermedades mentales no recibe ningún tipo de tratamiento. Y dos de cada tres de los que tienen enfermedades mentales moderadas, no se tratan, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
La enfermedad mental es más común de lo que muchos creen. Anualmente, uno de cada cuatro adultos -casi 60 millones de estadounidenses- experimenta un problema de salud mental. La gama de dolencias van de la depresión y la ansiedad al trastorno de hiperactividad por déficit de atención, la anorexia o la esquizofrenia, según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales. Las cifras son similares en niños: uno de cada cinco en total tiene una "enfermedad mental diagnosticable", según la Academia Americana de Pediatría.
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Y la masacre de Newtown, protagonizada por Adam Lanza, podría estar relacionada, según opinan los expertos, con las enfermedades mentales no tratadas o sin el seguimiento adecuado y con el acceso fácil a las armas. El propio presidente Obama hizo una referencia al tema en su primera conferencia de prensa después del tiroteo en Newtown. "Vamos a tener que trabajar en hacer que el acceso a la atención de salud mental sea tan fácil como tener un arma", dijo.
Cómo prevenir las tragedias
Muchos se han preguntado si algunos de los ataques más notorios en los últimos años podrían haberse evitado si la enfermedad mental del sospechoso hubiera sido diagnosticada y tratada antes.
Después del tiroteo mencionado, la Academia Americana de Pediatría publicó una carta a Obama, pidiéndole que se esfuerce en reformar el sistema de salud mental y en establecer la prohibición de rifles de asalto.
Muchos médicos sienten que el interés sobre la salud mental produce un pico después de los tiroteos, y luego disminuye a medida que los recuerdos se desvanecen. Las madres desesperadas, también sienten eso: Leisl Stoufer, madre de un niño bipolar, dijo a USA Today: "ahora es el momento de hablar de esto, porque está en la mente de todos".
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