¿Intervención divina? Aún no se sabe, pero es un hecho que ir a la iglesia ayudaría a reducir la presión arterial y a prevenir diversas enfermedades vinculadas con la hipertensión. Además, el beneficio sería mayor conforme más horas pases en la iglesia.
Puntos Clave
- Ir a la iglesia ayudaría a reducir la presión arterial.
- Mientras más horas se dediquen a la religión, mejor el efecto.
- Conoce más sobre el poder curativo de la fe.
Ir a la iglesia y dedicar algunas horas a la actividad religiosa ayudaría a reducir el riesgo de hipertensión tanto en hombres como mujeres, encontró un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU).
"Mientras más horas dedica una persona a la iglesia más desciende su presión arterial hacia parámetros saludables", asegura el Dr. Torgeir Sørensen, de la Escuela de Teología y Psicología de la Religión en el Hospital Inland, Noruega.
Para el estudio, se dio seguimiento por dos años a un grupo de 120,000 personas, las cuales tenían, en promedio, una presión arterial cercana a la prehipertensión.
Luego de revisar diversos factores, los investigadores observaron que aquellos que asistían a la iglesia más de tres veces al mes tenían una presión arterial significativamente más baja. Quienes asistían menos veces también presentaban algún beneficio, pero en menor grado.
Según los investigadores, esto ayudaría a evitar el riesgo de hipertensión y de otras enfermedades relacionadas con la presión arterial alta, como ataque cerebral, infarto o retinopatías.
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Sin embargo, ¿se trata de la fe o es sólo el acto de asistir a la iglesia lo que beneficia la salud? Los investigadores aún no lo saben: para el profesor Jostein Holmen, de la Facultad de Medicina de la NTNU, "Éste es un estudio complicado, no sabemos cómo se influyen las prácticas religiosas y el estado de salud, pero es un hecho que se influyen".
Una vez seguros del vínculo entre religión y salud, el profesor Holmen y su equipo buscan emprender nuevas investigaciones para conocer cómo es que se relacionan estos dos aspectos de la vida.
En investigaciones anteriores sobre la relación entre religión y salud, se propuso la conclusión de que la participación en el servicio religioso mejoraría el estado de una persona al aliviar el estrés y fortalecer sus vínculos sociales.
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