Aunque la depresión puede afectar tanto a hombres como a mujeres, hay diferencias de género a la hora de manifestarse los síntomas.
La depresión no es tristeza. Es un estado de desazón mucho más profundo, que dura más tiempo y necesita tratarse. Según la American Psychological Association, alrededor del 9% de los hombres adultos en los Estados Unidos tiene sentimientos de depresión y ansiedad a diario. Y el 30.6% experimenta el trastorno de depresión en algún momento de sus vidas.
La misma entidad explica que los hombres tienden a hablar menos de sus sentimientos y no buscan ayuda, por lo que puede haber muchos casos no diagnosticados.
Entre los síntomas que se presentan más en hombres que en mujeres están estos seis:
1. Sentimiento de enojo e irritabilidad frecuentes
2. Aumenta el consumo de alcohol y drogas
3. Se comienzan a evitar los eventos familiares (para no tener que contestar a la pregunta "¿qué te está pasando?")
4. Se comienza a trabajar obsesivamente, sin descanso.
5. Se vuelve más abusivo en las relaciones personales y laborales
6. Se empieza a fallar en compromisos laborales y familiares que antes eran importantes
A esto se pueden sumar otras conductas de riesgo como sexo sin protección, y el hombre también puede comenzar a tener pensamientos suicidas.
El Estudio SOL (Study of Latinos), que se llevó a cabo por una década en distintas comunidades latinas de los Estados Unidos comprobó que un 27% de los latinos que viven aquí presentan síntomas de depresión.
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De todas las comunidades latinas, la que tuvo más síntomas de depresión fue la puertorriqueña, algo que, aseguran expertos del estudio, se ha exacerbado tras la tragedia del Huracán María, con más casos en la isla y en los Estados Unidos continental.
El doctor Guy Winch, autor de "Emotional First Aid: Healing Rejection, Guilt, Failure and Other Everyday Hurts", explica que muchas veces, la misma persona no es capaz de reconocerse en ese pantano emocional, y es un amigo, una pareja, un ser querido, el que comienza a ver las señales de alerta. Es el momento de pedir ayuda.
El Instituto Nacional de Salud Mental estima que unas 16 millones de personas padecen de depresión en los Estados Unidos. Aunque las mujeres tienen el doble de riesgo de padecerla, buscan más ayuda que los hombres, según un informe de 2016 de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Aunque es un trastorno psíquico, la depresión también impacta en la salud física: puede causar dolores de cabeza, dolor corporal inespecífico, fatiga e insomnio, y opresión en el pecho, entre otros síntomas.
La depresión es un trastorno complejo que puede tener muchas causas —el abuso infantil, el haber sufrido violencia doméstica— son los escenarios más habituales que suelen desencadenar el trastorno.
Pero el espectro es mucho más amplio: un accidente, baja autoestima, heridas que no sanan, medicamentos que la persona esté consumiendo por otras afecciones (como betabloqueantes, estatinas, corticoesteroides, medicamentos hormonales), historial familiar de depresión, las posibilidades son tantas que solo un especialista podrá llegar a la fuente y recomendar tratamientos apropiados.
Seguramente durante tu chequeo médico anual, tu médico de cabecera te pregunte sobre tu estado de ánimo, pueda detectar señales de alerta, y dar el primer paso en lo que será una cadena de ayuda. La depresión no tratada puede dañar seriamente la calidad de vida de una persona.
La American Psychiatric Association sugiere que la combinación de antidepresivos con tratamiento psicológico funcionan bien en la mayoría de los pacientes. Combinar estrategias tiene una explicación: la gente suele abandonar más fácilmente a las píldoras que a los psicólogos. Si esto ocurre, el médico será el balance para volver a encarrilar el tratamiento.
Los siguientes son recursos que la persona con depresión, o un ser querido, pueden utilizar para pedir ayuda e iniciar el camino de regreso a la vida normal:
- Línea de Prevención del Suicidio: 1-800-273-8255
- Línea de texto para hablar sobre una crisis: Textear HOME al 741741.
- Grupo de apoyo para la depresión: 1-800-826-3632
- Violencia adolescente-línea de apoyo: 1-800-992-2600
- Línea para personas que escaparon de sus casas (los llamados son confidenciales): 1-800-231-6946
- Línea para asalto sexual: 1-800-223-5001
- Línea nacional para violencia doméstica: 1-800-799-SAFE
Fuentes: NDMDA, American Psyquiatric Association, CDC, American Psychological Association, Estudio SOL
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