El porcentaje de niños que cumplieron 2 años sin haber recibido ninguna vacuna ha aumentado gradualmente del 0,9% entre los niños nacidos en 2011 al 1,3% (es decir un 0,3% más) para los niños nacidos en 2015. Las cifras provienen del Informe semanal de Morbilidad y Mortalidad donde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) reflejan el alcance de la vacunación en niños de 19 a 35 meses y para niños de jardín de infantes, del que surgen los siguientes datos:
- En niños pequeños las tasas de cobertura fueron superiores al 90% para vacunas múltiples: al menos 3 dosis de la vacuna contra el poliovirus, una dosis de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR), 3 dosis de vacuna contra la hepatitis B y al menos una dosis de la vacuna contra la varicela. La cobertura de la vacuna fue más baja para la hepatitis A, la serie de 7 vacunas, el rotavirus y la hepatitis B.
- Las tasas de cobertura fueron más bajas para los niños que no tienen seguro de salud y para aquellos que viven en áreas rurales. Entre los niños no vacunados, alrededor del 17,2% no tenían seguro, en comparación con el 2,8% de todos los niños vacunados.
- Una media del 2.2% de niños de jardín de infantes tenía una exención de requisitos de vacunación escolar, que aumentó ligeramente por tercer año consecutivo.
- La cobertura de vacunación entre los estudiantes de jardín de infantes puede mejorar si las escuelas hacen un seguimiento de los estudiantes.
- Algunas barreras que impiden la vacunación pueden ser el transporte, la disponibilidad de médicos y el horario de la clínica, o tal vez el desconocimiento del plan federal de vacunas sin costo, sugiere el informe.
- Ahora, los CDC están trabajando para aumentar el conocimiento del programa Vacunas para Niños, que proporciona vacunas gratuitas a los niños elegibles que no pueden pagarlas.
El movimiento anti-vacunas en EE.UU.
Un movimiento social de oposición a las vacunas ha estado creciendo en Estados Unidos en los últimos años. Posteriormente, los brotes de sarampión también han aumentado, revela un estudio publicado en PLOS Medicine en junio de 2018.
Debido a las preocupaciones de los padres sobre la seguridad y eficacia de las vacunas, muchas familias optan por excluir a sus hijos de las vacunas requeridas para ingresar a la escuela mediante la obtención de exenciones no médicas (NME) basadas en creencias religiosas o filosóficas.
Desde 2009, el número de exenciones no médicas (NME) de vacunas por "creencias filosóficas" ha aumentado en 12 de los 18 estados que actualmente permiten esta política: Arkansas, Arizona, Idaho, Maine, Minnesota, Dakota del Norte, Ohio, Oklahoma, Oregón, Pensilvania, Texas y Utah, según el estudio.
Los puntos calientes
Para realizar un mapa y graficar dónde se ubican los lugares más reticentes a las vacunas, los investigadores identificaron muchos condados rurales, así como áreas urbanas y las denominaron como “Hot spots” (puntos calientes) porque sus altas tasas de exención de vacunas los ponen en riesgo de epidemias de sarampión, tos ferina y otras enfermedades infecciosas que podrían evitarse.
Por ejemplo, Texas ha visto un aumento particularmente dramático en las exenciones de vacunas en estudiantes desde kindergarten hasta terminar la primaria, multiplicándose casi 20 veces desde 2003.
“Nuestro análisis identificó las siguientes áreas metropolitanas como puntos calientes: Seattle, WA, Spokane, WA y Portland, OR en el noroeste; Phoenix, AZ, Salt Lake City, UT, Provo, UT, Houston, TX, Fort Worth, TX, Plano, TX, y Austin, TX en el sudoeste; Troy, MI, Warren, MI, Detroit, MI, y Kansas City, MO en el Medio Oeste; y Pittsburgh, PA en el noreste” escribieron los científicos.
Si bien se pensaba que el sarampión se había erradicado de EE. UU., desde el año 2000 hemos visto brotes locales de esta enfermedad prevenible por vacunación y otras (como la tos ferina) en los últimos años debido a la inadecuada cobertura de inmunización en las escuelas: un niño con exención de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) tiene 35 veces más de probabilidades de contraer el sarampión que un niño vacunado.
Las NME debilitan la inmunidad social que protege a la población en general, especialmente a los niños que no pueden vacunarse por razones médicas, explican los investigadores.
¿Cómo se puede solucionar?
Una acción legislativa más estricta para cerrar las ENM debe convertirse en una alta prioridad. Los estados que hacen que sea más difícil obtener exenciones han demostrado tasas de exclusión de crecimiento más lento con el tiempo, sugieren los autores del estudio.
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Por ejemplo, varios países europeos, entre ellos Francia e Italia, así como Australia, han tomado medidas para hacer que las vacunas sean obligatorias, incluso para los padres que se niegan a vacunar a sus hijos.
“Nuestra preocupación es que el aumento de las ENM vinculadas al movimiento anti-vacunas en Estados Unidos pueda estimular a otros países a seguir un camino similar. En tal caso, podríamos experimentar epidemias masivas de infecciones infantiles que pueden amenazar el logro de los objetivos globales de las Naciones Unidas” concluyeron los autores del estudio.
Mitos comunes sobre las vacunas
Las vacunas han ayudado a mejorar la salud de los niños en Estados Unidos y en todo el mundo. La mayoría de los padres de hoy no han visto o padecido nunca las consecuencias devastadoras que pueden tener las enfermedades que se pueden prevenir con las vacunas.
Muchos padres tienen dudas sobre los beneficios y los posibles riesgos de las vacunas infantiles, o se dejan influenciar por las falsas creencias. Una de ellas es que las vacunas causan autismo. A pesar de mucha controversia sobre el tema, los investigadores no han encontrado una conexión entre el autismo y las vacunas infantiles. De hecho, el estudio original que encendió el debate hace algunos años, se ha retractado.
Los niños deben vacunarse desde el nacimiento, ya que las enfermedades que pretenden prevenir las vacunas infantiles tienen más probabilidades de ocurrir cuando un niño es muy pequeño y el riesgo de complicaciones es mayor, informan los especialistas de Clínica Mayo. Eso hace que la vacunación temprana, a veces comenzando poco después del nacimiento, sea esencial. “Si pospones las vacunas hasta que un niño sea mayor, podría ser demasiado tarde. Es importante respetar el calendario oficial en tiempo y forma sobre las vacunas” señalan.
En general, saltarse las vacunas no es una buena idea. Esto puede dejar a tu hijo vulnerable a enfermedades potencialmente graves que de otra manera podrían evitarse. Y considera esto: para algunos niños, incluso aquellos que no pueden recibir ciertas vacunas por razones médicas, la única protección contra las enfermedades prevenibles mediante la vacunación, es la inmunidad de las personas que los rodean. Si las tasas de inmunización caen, las enfermedades prevenibles con vacunas podrían volver a convertirse en amenazas comunes.
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