El sentido del gusto se puede perder y entre las causas se reconocen algunos problemas de salud bucodental y ciertas operaciones quirúgicas (por ejemplo, la extracción del tercer molar y cirugía del oído medio). La queja más común y verdadera sobre el gusto está referida a las percepciones gustativas fantasmas.
Además, las pruebas pueden demostrar una reducción en la capacidad de sentir sabores dulces, ácidos, amargos, salados y umami, y esto se llama hipogeusia. Otras personas no pueden detectar ningún sabor, lo que se llama ageusia. Ciertamente la pérdida total del gusto es rara; normalmente se percibe como reflejo de la pérdida del olfato, la que es a menudo confundida con una pérdida del gusto.
¿Cómo funciona nuestro sentido del gusto?
El sentido del gusto forma parte de nuestro sistema sensorial químico, o quimiosensores. El complejo proceso de la degustación comienza cuando las diminutas moléculas que se liberan a nuestro alrededor estimulan las células especiales en nuestra nariz, boca y garganta. Estas células sensoriales especiales transmiten los mensajes a través de los nervios hasta nuestro cerebro, donde los sabores específicos son identificados.
Las células gustativas o células nerviosas del gusto, reaccionan ante los alimentos y las bebidas. Son células superficiales que están en la boca y envían la información del gusto a las fibras nerviosas. Las células gustativas se agrupan en las papilas gustativas de la boca, la lengua y la garganta. Muchos de los pequeños hoyos que se pueden ver en la superficie de la lengua, contienen papilas gustativas.
Otro mecanismo quimiosensorial, llamado el sentido químico común, colabora en la identificación de los sabores de los alimentos. En este sistema, miles de terminaciones nerviosas--especialmente en las superficies húmedas de los ojos, la nariz, la boca y la garganta--dan lugar a las sensaciones punzantes del amoníaco, la frescura del mentol y la irritación de los pimientos rojos (chili peppers).
Comúnmente podemos identificar por lo menos cinco sensaciones del gusto diferentes: dulce, agrio, amargo, salado y umami (el sabor producido por glutamato que se encuentra en caldo de pollo, extractos de carne y algunos quesos). En la boca, junto con la textura, la temperatura y las sensaciones del sentido químico común, estos gustos se combinan con olores para producir la percepción del sabor. Es el gusto que nos deja saber si estamos comiendo una pera o una manzana. Es una sorpresa para muchas personas saber que los sabores se reconocen principalmente a través del sentido del olfato. Si tapa su nariz mientras come chocolate, por ejemplo, usted tendrá dificultad para identificar el sabor del chocolate--aunque podría distinguir si el alimento es dulce o amargo. Eso es porque la característica distintiva del chocolate, por ejemplo, a diferencia de los caramelos, es en gran parte el olor.
¿Cuál es la causa de los trastornos del gusto?
Algunas personas nacen con trastornos quimiosensoriales, pero la mayoría los desarrolla después de haber tenido algunas lesiones o enfermedades. Las infecciones de las vías respiratorias superiores serían las responsables de algunas pérdidas quimiosensriales y las lesiones en la cabeza también pueden causar problemas gustativos.
La pérdida del gusto también puede ser causada por la exposición a ciertos productos químicos, como los insecticidas, y por algunos medicamentos. Los trastornos del gusto pueden ser el resultado de problemas de salud bucodental y algunas operaciones quirúgicas (por ejemplo, la extracción del tercer molar y cirugía del oído medio). Muchas personas que reciben radioterapia para tratar el cáncer en la cabeza y cuello desarrollan trastornos quimiosensoriales.
¿Cómo se diagnostican los trastornos del gusto?
El grado de un trastorno quimiosensorial puede determinarse al medir la concentración más baja de un producto químico que una persona puede detectar o reconocer. A un paciente también se le puede pedir que compare los sabores de diferentes productos químicos o cómo nota el aumento de la intensidad de un sabor cuando la concentración química es incrementada.
Los científicos han desarrollado pruebas gustativas en las cuales el paciente responde a diferentes concentraciones químicas. Esto puede incluir la sencilla prueba del "tomar, salivar y enjuagar", o la aplicación de productos químicos directamente sobre áreas específicas de la lengua.
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¿Son graves los trastornos del gusto?
Sí. Una persona con un trastorno del gusto se ve afectada no solamente en cuanto a su calidad de vida, sino que también se ve privada de un sistema de alerta que para la mayoría de nosotros es normal. El gusto nos ayuda a detectar los alimentos o bebidas en mal estado y en algunos casos la presencia de alimentos a los cuales somos alérgicos. Quizás lo más serio, es que la pérdida del sentido del gusto también puede causar depresión y una disminución en el deseo de comer.
El trastorno en la función quimiosensorial podría estar acompañado e incluso indicar la existencia de varias enfermedades o afecciones de la salud, incluida la obesidad, diabetes, hipertensión, malnutrición y algunas enfermedades degenerativas del sistema nervioso, como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer y la psicosis de Korsakoff.
¿Pueden ser tratados los trastornos del gusto?
Sí. En el caso de que un medicamento sea la causa de los trastornos del gusto, suspender o cambiar la medicación puede ayudar a eliminar el problema. Algunos pacientes, en especial aquellos con infecciones respiratorias o alergias, pueden recuperar el sentido del gusto cuando se resuelve su enfermedad. A menudo la corrección de un problema general de salud también puede resolver la pérdida del gusto. Ocasionalmente, la recuperación quimiosensorial ocurre espontáneamente.
¿Qué puedo hacer para ayudarme?
El diagnóstico adecuado por un profesional especializado, como un otorrinolaringólogo, es importante. Estos médicos se especializan en los trastornos de la cabeza y el cuello, especialmente aquellos que se relacionan con el oído, la nariz y la garganta. El diagnóstico puede conducir a un tratamiento efectivo de la causa subyacente de su trastorno del olfato. Muchos tipos de trastornos del gusto son curables, y para aquellos que no lo son, existen programas de orientación para ayudar a los pacientes a que hagan frente a la situación.
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