El entorno de atención primaria de salud se está viendo cada vez más como el punto focal en el cual se pueden detectar afecciones que tradicionalmente no forman parte de la práctica generalista. Esto permite intervenciones tempranas cuyo costo-beneficio en términos de salud y dinero son indiscutibles.
Así lo ve el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos (US Preventive Services Task Force, USPSTF) que hace recomendaciones sobre la eficacia de servicios de atención preventiva específicos para pacientes sin signos o síntomas relacionados con una afección, con la meta de mejorar la salud y promover, eventualmente, la atención precoz.
Con este objetivo, recientemente el grupo recomendó que se realicen pruebas para detectar trastornos de ansiedad en la atención primaria en adultos de 18 hasta los 64 años, incluidas mujeres embarazadas y en la etapa posparto, que no presenten síntomas de esta afección.
Entre los trastornos de ansiedad se encuentran:
- El trastorno de ansiedad generalizada
- El trastorno de ansiedad social
- El trastorno de pánico
- El trastorno de ansiedad por separación
- Fobias
- El mutismo selectivo
- La ansiedad no específica
Las pruebas para la evaluación inicial del grado de ansiedad o de la posibilidad de un trastorno de ansiedad son sencillas, básicamente el paciente debe responder a una serie de preguntas sobre cómo se siente emocionalmente y las cosas que lo preocupan.
¿Qué sucede cuando un paciente da positivo? Se requiere una evaluación adicional para determinar la necesidad de derivación o tratamiento, indica el grupo. Mientras que la mayoría de los resultados positivos de la prueba de ansiedad reflejarán ansiedad derivada de un trastorno mental para el cual se requiere una evaluación psicológica adicional, algunos síntomas de ansiedad serán el resultado de una condición de salud física, como por ejemplo una afección de la tiroides, exceso de cafeína o consumo de estimulantes.
Los médicos que realizan pruebas de detección de ansiedad en el entorno de atención primaria deben estar preparados para descartar estas posibles causas de ansiedad antes de derivar a un profesional de la salud mental.
Según datos recopilados en Estados Unidos entre 2001 y 2002, la prevalencia de por vida de los trastornos de ansiedad en adultos fue del 26,4 % para los hombres y del 40,4 % para las mujeres.
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El trastorno de ansiedad generalizada tiene una prevalencia estimada del 8,5 % al 10,5 % durante el embarazo y del 4,4 % al 10,8 % % durante el período posparto.
Los trastornos de ansiedad generalmente comienzan en la niñez y en la adultez temprana, y los síntomas parecen disminuir con la edad. Algunos estudios epidemiológicos comunitarios indican que las tasas de trastornos de ansiedad son más bajas en adultos de 65 a 79 años, pero estos datos necesitan actualizarse.
Los trastornos de ansiedad afectan particularmente also adultos latinos: un tercio de los hispanos con hijos en familias de bajos ingresos presentan frecuentemente síntomas de ansiedad y depresión. Las barreras de acceso siguen siendo grandes.
En Latinoamérica, la tasa de prevalencia de ansiedad y depresión es del 32%, con diferencias sustanciales dependiendo del país.
El USPSTF reconoce que las decisiones clínicas involucran más consideraciones que solo evidencia. Y considera que los médicos deben comprender esta evidencia pero individualizar la toma de decisiones para el paciente o la situación específicas.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.
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