Puntos Clave
El lavado es una de las principales formas de reducir el riesgo de intoxicación alimentaria. Los médicos y las principales organizaciones de salud recomiendan lavarse las manos varias veces al día con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Este simple hábito puede salvar millones de vidas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las infecciones virales transmitidas por los alimentos, como el norovirus o la hepatitis A, se propagan al comer o beber alimentos o agua contaminada.
Pero los virus no son los principales responsables de infección por alimentos, sino las bacterias, especialmente las que pertenecen al género Bacillus, Campylobacter, Clostridium, Escherichia, Salmonella y Staphylococcus.
Dejar los alimentos a temperatura ambiente, particularmente entre 40 y 140 ° F o 4 y 60 ° C, durante demasiado tiempo, puede estimular el crecimiento de estas bacterias peligrosas.
Entre los alimentos con mayor probabilidad de contaminación se encuentra la carne cruda o poco cocinada, aves, huevos, mariscos y leche no pasteurizada, según informan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Una vez que se consume algo contaminado, los patógenos pueden enfermarnos, causando síntomas como molestias gastrointestinales y deshidratación.
Para evitar cualquier riesgo de contaminación, es importante lavar adecuadamente los mostradores de cocina, todas las superficies y utensilios que se usan para cocinar, para detener la propagación de gérmenes dañinos.
Sin embargo, cuando se trata de los alimentos, las reglas de lavado no son tan claras. Hay algunos alimentos que siempre deben lavarse, y otros que deben mantenerse lejos del fregadero, informa la Academia Americana de Nutrición y Dietética. Para evitar confusiones, puedes seguir esta guía:
Alimentos que siempre debes lavar
Frutas y vegetales con cáscaras comestibles
Lava todos las frutas y vegetales, ya sean de cultivo orgánico o convencional, con agua fresca del grifo inmediatamente antes de comerlos o usarlos en una receta.
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Omite el jabón porque las superficies porosas de los productos frescos pueden absorberlo. Seca con un paño limpio o una toalla de papel para reducir aún más las bacterias dañinas que pueden estar presentes en la superficie de los productos frescos. La nebulización de los productos en el supermercado no los limpia.
Frutas y vegetales con cáscaras no comestibles
Plátanos, aguacates, pomelos, limones, limas y calabazas: ¿qué tienen en común todas estas frutas? Lo has adivinado, cáscaras no comestibles. Lava todos los productos, incluso si tienen una cáscara no comestible, ya que la suciedad y las bacterias se pueden transferir de la cáscara al interior de la fruta, cuando se corta o se pela.
Tapas de latas y tarros
Lava las tapas antes de abrirlas para que las partículas dañinas no caigan en los alimentos. Asegúrate de lavar todas las latas antes de abrirlas, incluidas las bebidas enlatadas y la sopa.
Lo que nunca debes lavar
Pollo y carne cruda
A pesar de lo que muchos piensan, lavar el pollo crudo no lo limpia. Al contrario, el enjuague del pollo puede propagar bacterias dañinas como la Salmonella o la Campylobacter, en la cocina, lo que potencialmente puede hacer que te enfermes. La única forma de eliminar esos patógenos es cocinar el pollo a una temperatura interna de 165° F. o 75° C.
Pescado
Evita lavar el pescado crudo porque eso no lo limpia. Al contrario, aumenta la posibilidad de contaminación cruzada con otros alimentos, utensilios y superficies. Al igual que con el pollo o la carne cruda, intenta mantenerlos separados de frutas o vegetales al momento de cocinar e incluso en el carrito del supermercado.
Huevos
Evita lavar los huevos después de la compra, ya que puedes eliminar el recubrimiento que los protege de las bacterias.
Cómo quitar los pesticidas a la fruta
Pulir una manzana frotándola en la ropa puede eliminar el polvo y la suciedad superficial, pero eliminar los residuos de pesticidas podría llevar un poco más de trabajo. Un simple lavado tampoco los quitaría. Por suerte, expertos de la Sociedad Estadounidense de Química (ACS) encontraron un producto económico y de uso común en el hogar que podría ser de ayuda: el bicarbonato de sodio. Este polvo funcionaría para detectar y quitar los residuos tóxicos de los pesticidas en la superficie de manzanas o cualquier otra fruta con cáscara comestible.
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