Tamoxifeno, una droga utilizada en los tratamientos contra el cáncer de seno, demostró en pruebas de laboratorio que puede ayudar a combatir las superbacterias.
Las superbacterias son una gran amenaza para la salud en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea, llaman al ascenso de las bacterias resistentes una de las crisis de salud más serias a enfrentar, que nos coloca al borde de una “era post-antibiótica”. De ahí que los científicos estén buscando vías alternativas y eficaces de tratamiento para combatirlas.
Ahora, una noticia genera expectativa en la comunidad médica. Un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Diego (UCSD) encontró que el tamoxifeno -que se prescribe contra el cáncer de mama- da a los glóbulos blancos un impulso de energía que les permite responder, atrapar y matar a las bacterias (foto); funcionó así en los experimentos de laboratorio. Y luego, al probarlo en ratones, mejoró la eliminación de las bacterias MRSA, los patógenos resistentes a los antibióticos y logró reducir la mortalidad.
"La amenaza de patógenos bacterianos resistentes a múltiples fármacos (superbacterias) es cada vez mayor, sin embargo, la cartera de nuevos antibióticos se está agotando. Tenemos que abrir el botiquín y echar un vistazo más de cerca a las posibles propiedades de otras drogas que ya sabemos que son seguras para los pacientes", dijo el autor principal, Doctor Víctor Nizet.
"A través de este enfoque, hemos descubierto que el tamoxifeno tiene propiedades farmacológicas que podrían ayudar al sistema inmune en los casos de pacientes inmunodeprimidos, o en quiénes los antibióticos tradicionales no han sido eficaces" agregó Nizet.
El tamoxifeno se dirige al receptor de estrógeno, una opción particularmente eficaz contra los cánceres de mama. Pero algunas evidencias sugieren que esta droga tiene otros efectos celulares que contribuyen a su eficacia. Por ejemplo, influye en la manera en que células producen moléculas grasas (conocidas como esfingolípidos) que juegan un papel vital en la actividad de los glóbulos blancos, los "defensores" del organismo.
El equipo probó el efecto inmune del tamoxifeno en ratones. Una hora después del tratamiento con esta droga, los investigadores infectaron ratones con MRSA (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina), una superbacteria de gran preocupación para la salud humana. Luego de la infección, los trataron de nuevo con tamoxifeno y los monitorearon durante 5 días.
Así observaron que el tamoxifeno protegió a los ratones significativamente -ninguno de los del grupo de control sobrevivió más de un día después de la infección- mientras que alrededor del 35% de los ratones tratados con tamoxifeno sobrevivió 5 días.
La noticia es positiva, pero se debe seguir investigando. A pesar de que el tamoxifeno fue eficaz contra el MRSA, el resultado puede variar con otros patógenos.
Los efectos extra de la droga que se prescribe contra el cáncer de seno, podrían ser de gran importancia en medicina, dijeron los investigadores.
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Cientos de miles de pacientes en todo el mundo toman a diario tamoxifeno como tratamiento para el cáncer de mama. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que es un "medicamento esencial", debido a su relación costo-eficacia y a su perfil de seguridad.
La era de las superbacterias
Los antibióticos normalmente funcionan matando los gérmenes llamados bacterias. Otras veces impiden que la bacteria crezca. Pero también puede ocurrir que no todos los gérmenes dejen de crecer o mueran, y que los más fuertes crezcan y se propaguen. Una persona puede enfermarse de nuevo y esta vez será más difícil matar a los gérmenes.
Mientras más a menudo una persona use un antibiótico, habrá más probabilidades de que los gérmenes se vuelvan resistentes. Esto puede hacer que muchas enfermedades sean muy difíciles de controlar, de ahí que el uso adecuado y responsable de los antibióticos y la disminución de los antibióticos que se utilizan en la industria alimenticia, sean claves para derrotar a las superbacterias.
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