Enfermedades infecciosas

Fármaco no antibiótico puede vencer a las superbacterias

CDC

Por Inés González
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Científicos hallaron que una droga no antibiótica desarma a la mortal bacteria C. difficile sin destruir la flora intestinal sana. Una noticia muy alentadora si se tiene en cuenta que esta bacteria causa alrededor de 15,000 muertes por año en el país. 



Al estudiar alternativas para vencer a las superbacterias o bacterias resistentes, Mateo Bogyo y sus colegas de la Universidad de Stanford descubrieron que un medicamento puede detener la infección intestinal sin matar a los microbios "buenos" que se encuentran allí.

Se trata de Ebselen, una droga no antibiótica que derrotó a la peligrosa Clostridium difficile (C diif) y puede resultar superior a los antibióticos, que en la actualidad es el tratamiento de primera línea para combatir la infección.

Los científicos están muy entusiasmados con la idea de tratar a las superbacterias sin antibióticos porque esto redundaría en beneficios para el paciente, y aunque el estudio se realizó en ratones de laboratorio, el fármaco ya fue probado en ensayos clínicos para el tratamiento de otras condiciones. Y los investigadores creen que pronto se podría pasar a los ensayos en humanos para probarlo en el tratamiento de la C.diff.

Los hallazgos fueron publicados en Science Translational Medicine, y constituyen la primera demostración de la capacidad de una pequeña molécula para desarmar a la C. difficile sin incurrir en los daños colaterales causados por los antibióticos.

La C. difficile “es responsable de más de 250,000 hospitalizaciones y 15,000 muertes por año en Estados Unidos, le cuesta al país más de $4 mil millones en gastos de atención de salud”, dijo el autor principal del estudio, Matthew Bogyo.

"A diferencia de los antibióticos -que son el tratamiento de primera línea para la infección por C.diff y, paradójicamente, su causa principal- la droga Ebselen no mató a las bacterias" dijo Bogyo. En lugar de eso, desactivó el daño que la C. diff produce, evitó el deterioro y la inflamación del intestino, permitiendo que éste pueda ser repoblado por bacterias saludables que habían sido diezmadas por tratamientos anteriores con antibióticos, así como por cambios intestinales inducidos por la C. diff” añadió.

C. difficile, una infección que se repite

“Aproximadamente 1 de cada 20 personas, y posiblemente muchas más, tienen la bacteria C. difficile en su intestino” dijo el coautor del estudio Justin Sonnenburg.

Por lo general, no causa ningún daño, dijo. Pero en las personas con sistemas inmunológicos debilitados por la edad, la quimioterapia o los antibióticos (que arrasan con la flora intestinal de microbios buenos) la C. difficile puede provocar cambios que dañan el intestino.

Esta infección es difícil de eliminar y la mayoría se origina en entornos como hospitales, clínicas y residencias de ancianos, por ejemplo.

Para empeorar las cosas, en un cuarto de los pacientes que la contraen, la infección persiste a pesar del tratamiento antibiótico. Cuando lo hacen, los antibióticos tienen éxito en la eliminación en sólo 25% de los casos. Alrededor del 7% de las personas infectadas mueren dentro de los 30 días siguientes al diagnóstico, informaron los científicos.

Actualmente, los tratamientos para la infección por C. diff incluyen además los trasplantes fecales, que a menudo son eficaces. Pero la seguridad a largo plazo de este tratamiento es difícil de determinar todavía, ya que el donante tiene su propia flora intestinal que podría perjudicar al receptor de las heces.


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De ahí que la noticia de la eficacia de Ebselen, una droga segura, tolerable y sin importantes efectos adversos, sea muy alentadora para la comunidad médica.

La "era post-antibiótica"

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea llaman al ascenso de las bacterias resistentes una de las crisis de salud más serias, que coloca a la humanidad al borde de una “era post-antibiótica”. 

En junio de 2015, el presidente Barack Obama lideró un foro sobre esta crisis en la Casa Blanca, al que asistieron 150 organizaciones. Y su presupuesto para el año 2016 incluyó $1,200 millones para investigar sobre nuevas formas de combatir a las infecciones resistentes o superbacterias.

El estudio mencionado arriba fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH). La Oficina de Licencias de Tecnología de la Universidad de Stanford ya ha solicitado una patente sobre la propiedad intelectual de Ebselen para el uso en el tratamiento de la C. difficile.

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