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En un estudio reciente se intentó determinar si al cambiar de tipo de dieta la gente lograba mantener su peso, sin tener rebotes o recuperar los kilos o libras perdidos. En el estudio participaron 21 voluntarios obesos de 18 a 40 años que habían perdido entre un 10 y un 15% de su peso inicial (unas 30 libras).

Una vez que se estabilizaron, se los sometió a tres dietas distintas durante cuatro semanas: una baja en grasas, otra baja en carbohidratos y la última baja en índice glucémico. Las tres dietas tenían la misma cantidad de calorías, pero se variaba la proporción de grasas, proteínas y carbohidratos. 

En la dieta baja en grasas, sólo un 20 % del total de calorías diarias corresponde a las grasas, 60 % a los carbohidratos y 20 % a las proteínas. Se prefieren los productos de granos enteros, frutas y vegetales, eliminando aceites, frutos secos, carnes grasas y otros alimentos ricos en grasas. 

En la dieta baja en carbohidratos, similar a la Atkins, sólo un 10 % corresponde a los carbohidratos, 30 % a las proteínas y 60 % a las grasas. Los alimentos preferidos son carne, pescado, pollo, huevos, queso y algunas frutas y verduras. Se elimina el consumo de pan, pastas, arroz, papas, tortas, galletitas y vegetales con almidón.

La dieta del bajo índice glucémico, similar a la mediterránea, consiste en vegetales, frutas, legumbres, aceites grasos saludables (de oliva y nueces) y granos saludables (avena, arroz integral). Incluye un 40 % de las calorías diarias en carbs, 40 % en grasas y 20 % en proteínas. En este tipo de dieta los alimentos se digieren en forma más lenta, manteniendo estables los niveles de azúcar en la sangre después de comer. 

Los hallazgos determinaron que los participantes que siguieron la dieta baja en carbs quemaron alrededor de 300 calorías más que quienes hicieron la dieta baja en grasas. "Es la cantidad de calorías que se quemarían en una hora de actividad física moderada, pero en este caso, fue sin mover un dedo”, explicó David Ludwig, autor del estudio y director de la Fundación New Balance del Centro de Prevención de la Obesidad del Hospital de Niños de Boston.

"Los participantes de la dieta del bajo índice glucémico quemaron 150 calorías más que quienes siguieron la dieta baja en grasas. Representa una hora de actividad física liviana”, agregó. Sin embargo, admite que se desconocen las razones por las que la dieta baja en carbohidratos muestra estas ventajas. 

"Creemos que las dietas bajas en carbohidratos y las de bajo índice glucémico no presentan grandes impactos en el azúcar de la sangre ni disparan las respuestas que se dan al pasar hambre. Cuando el cuerpo cree que está pasando hambre, desacelera el metabolismo para conservar la energía”, describió Ludwig. 

Los autores también hicieron notar que la dieta baja en carbohidratos parece aumentar los riesgos de contraer enfermedades cardiovasculares. Ludwig dice que limitar los carbohidratos durante un período prolongado puede ser difícil para algunos. Quienes tratan de bajar de peso pueden empezar con una dieta baja en carbs y luego pasar a una de bajo índice glucémico, que es más saludable que restringir los carbohidratos.

"La dieta del índice glucémico bajo parece ser un adecuado término medio” dice Cara Ebbeling, directora del Centro de Prevención de la Obesidad. "No reduce la actividad del metabolismo tanto como lo hace la dieta baja en grasas, y parece no tener efectos negativos en la salud del corazón.” La dieta del bajo índice glucémico evita los carbohidratos muy refinados o procesados como el pan blanco, arroz blanco, snacks, cereales para el desayuno, postres y bebidas muy azucarados, explica. 

Los expertos tienen distintos puntos de vista respecto de hallazgos: George Bray, investigador sobre obesidad del Centro de Investigación Biomédica Pennington, en Baton Rouge, opina que el estudio demuestra que las dietas son buenas en la medida en que se las siga. Es la clave para perder peso y mantenerse ya que no hay magia en ninguna dieta. 

Eric Westman, investigador de la Universidad Duke sostiene que reducir los carbohidratos tiene mejores efectos en el metabolismo, ya que la gente quema más calorías al comer menos carbohidratos. Pero Marion Nestle, profesora de nutrición de la Universidad de Nueva York opina que los estudios demostraron poca diferencia entre quienes perdieron peso con una u otra dieta, por lo que hace falta investigar un poco más. 

Mientras tanto, los expertos sostienen que para el que quiera perder peso hay una sola solución: comer menos.