Las personas que toman suplementos para perder peso, mejorar el rendimiento deportivo o la función cognitiva, podrían estar consumiendo sin saberlo una sustancia química potencialmente peligrosa similar a la anfetamina sintética llamada BMPEA que puede aumentar dramáticamente la presión arterial y el ritmo cardíaco, según un nuevo estudio de la Universidad de Harvard, en Estado Unidos.
La investigación publicada en la revista Drug Testing and Analysis, refiere que el compuesto de anfetamina sintética fue hallado en varios suplementos que se venden bajo nombres como: JetFuel T-300, Fastin-XR y Black Widow, y que dicen contener un compuesto natural llamado Acacia rigidula (un arbusto que se encuentra en Texas y México, más comúnmente conocida como prieto).
En el estudio se examinaron 21 productos, dieciséis de los cuales se comercializa para bajar de peso, tres prometen mejorar el rendimiento deportivo, y un más la función cognitiva.
De acuerdo con el Dr. Pieter Cohen, autor principal del trabajo, la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en ingles) de Estados Unidos, ha sabido de la presencia de este compuesto en los suplementos desde 2013, pero hasta ahora no ha tomado cartas en el asunto para advertir a los consumidores o retirar los productos.
"Es alucinante", afirmó Cohen. "Las empresas creen que tienen total impunidad. Ellos asumen que la FDA no hará nada al respecto. Y tienen razón", añadió.
Los investigadores refieren que si bien todavía no se sabe qué tipo de problemas de salud podría tener la sustancia, se sabe que puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular, ataque cardíaco e incluso la muerte. Refiere que la BMPEA está prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje, una fundación que enumeran las sustancias y métodos prohibidos en el deporte.
La FDA define suplemento como un producto que se fabrica para suplementar la dieta, que aporta o contiene vitaminas, minerales y otras sustancias menos conocidas, como hierbas, productos botánicos, aminoácidos, enzimas y extractos animales. Suelen no estar avalados por estudios científicos y según la Ley de Salud y Educación sobre Suplementos Dietéticos de 1994, los fabricantes no necesitan la aprobación de la FDA para comercializar sus productos y son ellos los responsables de garantizar que sean seguros antes de venderlos al público.
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La Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) advierte que “natural” no siempre significa “seguro” y la seguridad de un suplemento depende de muchos factores, como su composición química, su acción en el organismo, su método de elaboración y la dosis utilizada.
Un indicador de calidad de los suplementos dietéticos, ingredientes dietéticos y otros componentes de los suplementos dietéticos es la marca "USP Verified", que significa que los productos que la llevan (incluidos sus ingredientes crudos) han alcanzado los altos estándares exigidos por la farmacópea de EE.UU.
De acuerdo con cifras de la Oficina de Suplementos Dietéticos, la mayoría de los adultos en los EE.UU. toma uno o más suplementos dietéticos todos los días u ocasionalmente. De alrededor de 55,000 suplementos que se venden, sólo 170 -0.3%- se han estudiado lo suficiente para determinar sus efectos secundarios, reveló el Dr. Paul A. Offit, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital de Niños de Filadelfia y experto en suplementos dietéticos.
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