Comer con calma, saborear cada bocado, sin distracciones de ningún tipo, con el foco en la comida, no es solo placentero y un lujo, sino fundamental para la salud, de acuerdo con resultados de una investigación presentada en California, en la reunión anual de la Asociación de Cardiología de Estados Unidos, y otra liderada por científicos japoneses.
Investigadores japoneses analizaron a 59.717 personas que habían recibido un diagnóstico de diabetes tipo 2. En revisiones periódicas durante más de seis años recolectaron datos de obesidad y circunferencia de cintura, hábitos alimentarios y del sueño, consumo de alcohol, medicamentos y tabaquismo.
Los investigadores clasificaron a los participantes como comedores rápidos, normales o lentos en función de la información suministrada por ellos mismos.
El estudio encontró que los comedores lentos, quienes comían a un ritmo normal, tenían un 29 por ciento más de probabilidades de ser obesos, mientras que los comedores rápidos mostraron un 42 por ciento más de probabilidades.
Irse a dormir en las dos horas posteriores a la cena y tomar bocadillos después de esta también se asociaron con obesidad, pero el saltarse el desayuno no tuvo asociación significativa.
En realidad, los investigadores consideraron que los resultados indicaban una asociación y no una relación causal y la razón posible es que los comedores rápidos pueden seguir comiendo sin esperar a darse cuenta de si ya comieron lo suficiente, mientras que quienes comen con lentitud pueden tener tiempo para comenzar a sentirse satisfechos y entonces parar.
Es importante aclarar que los investigadores no incluyeron datos sobre el ejercicio físico ni la ingesta de calorías, lo que podría haber alterado los resultados, y solo se incluyeron hombres y mujeres japoneses en el estudio, por lo que los hallazgos podrían no ser aplicables a otras poblaciones.
Además, el estudio utilizó informes proporcionados por las mismas personas, lo que no siempre es confiable,
No se le da tiempo al cerebro
Otro estudio, presentado en California, en la reunión anual de la Asociación de Cardiología de Estados Unidos, determinó que engullir la comida y devorarla con rapidez aumenta cinco veces el riesgo del llamado síndrome metabólico, un término genérico que describe enfermedades como obesidad, presión alta y niveles elevados de colesterol.
La razón radica en que, al comer velozmente no se le da tiempo suficiente al cerebro para registrar que ya se está satisfecho.
El estudio fue presentado por el cardiólogo Takayuki Yamaji, de la Universidad Hiroshima en Japón, quien siguió durante cinco años a más de mil personas (642 hombres y 441 mujeres) consideradas saludables.
Yamaji dividió a los individuos en tres grupos de acuerdo con la velocidad con que ingerían sus alimentos. Durante el período de cinco años, el 11,6% de los que comían más rápido desarrollaron síndrome metabólico.
El porcentaje fue considerablemente mayor que el registrado en los otros dos grupos. Entre quienes ingerían alimentos a velocidad media el riesgo fue de 6,5% y en el caso de los que comían más despacio el riesgo fue de apenas 2,3%.
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El cardiólogo señaló que "comer más despacio implica un cambio en el estilo de vida y crucial para prevenir el síndrome metabólico", afirmó Yamaji en California.
También recomienda que es mejor para la salud comer lentamente y sin distracciones y evitar sentarse en el almuerzo o la cena frente a la televisión.
"Cuando las personas comen muy rápido tienden a comer en forma exagerada porque no se sienten llenas", agregó el científico japonés. Comer rápido causa además fluctuaciones en los niveles de glucosa que pueden llevar a la resistencia a la insulina, una alteración de la respuesta de los tejidos a la acción de la insulina que lleva a un aumento de los niveles de glucosa en la sangre.
Yamaji agregó que el síndrome metabólico es una de las causas de enfermedades cardiovasculares.
Enfocarse para perder peso...
Otro estudio, realizado anteriormente, ya había adelantado que, comer despacio, percibir cada sabor, es una estrategia eficaz a la hora de perder peso.
La investigación, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, constató que las personas obesas que recibieron entrenamiento en prácticas de mindfulness o "atención plena" perdieron dos kilos en 15 semanas.
Quienes siguieron comiendo velozmente perdieron en el mismo período 300 gramos.
"El estudio sugiere que existe una asociación entre el comer con atención plena y la pérdida de peso", señaló la investigadora Carolyn Dunn, autora principal del estudio.
En función de ese resultado, los científicos de Carolina del Norte aconsejan no comer frente al televisor ni tampoco sobre el escritorio, mientras se trabaja.
En su libro, "Saborea: comer y vivir con atención plena", uno de los autores budistas más conocidos, el maestro zen Thich Nhat Hanh, y la doctora Lilian Cheung explican la práctica de ingerir alimentos sin distracciones.
La idea es que cada vez que estés frente a un plato de comida apagues el televisor, no mires es celular, no trabajes. Piensa que al concentrarte en cada bocado y en lo que haces redundará en tu estado de salud.
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