Atletas olímpicos: genética, temple y dietas muy extrañas

Por Gabriela Garcia
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Especialistas en temas científicos sostienen que hay ciertos factores genéticos que dan ventajas a algunos deportistas. Por facultades naturales de su organismo, aumenta la capacidad de la sangre de llevar más oxígeno a las distintas partes del cuerpo y se optimiza el rendimiento; otros tienen una predisposición natural para resistir ante los esfuerzos extremos.  

Pero por el momento son solo suposiciones, aunque se teme que en el futuro se llegue a la manipulación genética para optimizar la función deportiva, asimilando a los atletas a robots de carne y hueso, verdaderas máquinas de competir. 

La terapia genética sería una nueva versión del dopaje, por eso la Agencia Mundial Anti Dopaje está tratando de evitar estas prácticas en forma muy vehemente. Una terapia genética podría asegurar un mayor desarrollo muscular y resistencia, por eso se está trabajando para intentar detectar el uso de procedimientos poco éticos. 


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La otra cara de la moneda sostiene que estos atletas tienen un temple especial, que les permite dedicar horas y horas a un entrenamiento duro y continuo. Le ponen el pecho al sacrificio con la ilusión de la victoria, y esta motivación les da la fuerza para ser los mejores.

En ambos casos, los alimentos son es el combustible que permite que ese “motor” que es el cuerpo humano pueda estar en funcionamiento para entrenar y competir. ¿Qué comen los super deportistas en la época de salir a ganar? 

  • El nadador Michael Phelps consume hasta 12,000, y gran parte proviene de comida chatarra. En esta dieta hay mucho colesterol pero como está siempre en movimiento no lo afecta especialmente. 
  • El corredor jamaiquino Usain Bolt, el más rápido del mundo, consume 5000 calorías diarias, gran parte en batatas de su cuidad natal. Se dice que tienen alcaloides y esteroides naturales que favorecen su rendimiento deportivo, y las consume en sopas, pasteles y guisos con pescado, cerdo y carne de vaca. 
  • El pesista chino Qingfeng Lin, con sólo 69 kilos de peso se llevó el oro tras levantar pesas de 344 kilos.  Esta disciplina requiere un consumo de unas 6000 calorías provenientes en especial de cereales y pastas.
  • La maratonista china Wang Junxia incluye en su dieta sopa de tortuga y gusanos, ricos en proteínas y calcio que fortalece los huesos. Y los tailandeses prefieren el arroz con insectos del tipo de las cucarachas, por ser una buena fuente de vitaminas y minerales.
  • El comité de Kazajistán tiene una dieta abundante en carne de caballo, baja en calorías y rica en minerales. Al parecer llevó a Londres cantidades de carne congelada para asegurarse el consumo. 
  • Entre otros deportistas de hábitos especiales figura el maratonista Michael Arnstein, “el frugívoro”, que come únicamente frutas y verduras crudas ocho veces al día. Y el gimnasta Jonathan Horton, emulando al simpático Winnie the Pooh, consume a diario medio kilo de miel.