Muchas parejas canadienses que necesitan recurrir a los bancos de esperma para concretar el sueño de ser padres, se encuentran con barreras legales que los frustran. Esto llevó a que se empiece a importar semen de EE.UU. donde las leyes son más flexibles.
La técnica de Fecundación In Vitro (FIV) puede ayudar a que miles de parejas con problemas de fertilidad o del mismo sexo, se conviertan en padres. Pero en algunos países, los bancos de semen y las leyes que los regulan, hacen que sea imposible acceder al proceso.
En Inglaterra, un cambio legal que eliminó el anonimato de los donantes en 2004, llevó a una escasez de semen tal que el banco oficial de ese país en la actualidad tiene sólo 9 donantes, y se estima que el problema no se resolverá en un corto plazo.
En Canadá hay impedimentos éticos y legales en ese sentido. La ley de Reproducción Asistida Humana aprobada en 2004 es tan estricta que la mayor parte del esperma que hay en sus bancos ahora es de origen estadounidense, consigna un informe aparecido en la BBC.
Una de las restricciones más serias que establece la ley canadiense es que no se les puede pagar a los donantes.
En la búsqueda de soluciones, muchas parejas compran esperma importado o deciden viajar desde a EE.UU., y la tendencia es tan grande que ya se habla de un verdadero “turismo reproductivo”.
Es que "el aumento de la cantidad de personas que requieren del servicio de los bancos de esperma coincide con la proliferación de leyes que regulan la reproducción asistida, dando lugar a este fenómeno en el que las parejas que no pueden satisfacer en sus países el deseo de tener hijos, recurren al extranjero para hacerlo", dijo Haimant Bissessar, director del banco de esperma Can-Am Cryoservices, de Ontario, Canadá.
Esta compañía importa esperma de bancos de todo EE.UU. y lo vende a los canadienses. Actualmente, alberga más de 2.500 muestras de semen almacenadas en largos tubos de ensayo de cristal colocados en tanques de nitrógeno líquido.
"La ley federal convierte en delito penal comprar esperma u óvulos de un donante -o una persona que represente a un donante- en Canadá. Pero es perfectamente aceptable que los canadienses compren esperma de EE.UU., donde sí se paga a los donantes, para ayudarles a concebir", declaró recientemente la periodista Carly Weeks en The Globe and Mail.
Un joven gay dona semen para ayudar a lesbianas
En Canadá también hay un enfoque ético del tema, que propició esas normativas legales. "En nuestro país no vendemos sangre, no vendemos órganos. En ese contexto, los gametos y los embriones se consideraron también partes del cuerpo, y no queremos crear un mercado de partes del cuerpo" le dijo a la BBC, Françoise Baylis, de la Universidad de Dalhousie en Halifax, y una de las colaboradoras en la ley.
La ley canadiense no sólo prohíbe pagar a los donantes de esperma u óvulos, sino que establece otra serie de requisitos: a los estrictos análisis de sangre y las pruebas genéticas se les suma el proceso de congelar y almacenar el esperma durante 6 meses.
Pasado ese tiempo, la muestra se descongela y se vuelve a analizar, para ver si el esperma es válido, un requisito que también tiene un costo económico para las parejas.
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El hecho de que las leyes sean tan estrictas tiene consecuencias negativas para miles de parejas que acuden a las clínicas de fertilidad, en especial a las formadas por personas del mismo sexo.
Bancos de semen y donación en EE.UU.
Según la Universidad de Stanford, existen alrededor de 150 bancos de esperma comerciales en el país; éstos a menudo se agrupan en torno a las universidades en las que viven muchos jóvenes inteligentes y viriles.
Las cualidades presentes en los estudiantes universitarios tienen una gran demanda entre las parejas infértiles que tratan de tener un bebé. Por lo tanto, aproximadamente el 50 a 90% de todos los donantes de esperma son los estudiantes universitarios. El restante 10% a 50% de los donantes, provienen de todos los ámbitos.
Pero no todos los que desean pueden donar esperma: sólo el 5% de todos los solicitantes varones cumplen con los criterios exigidos, ya que pasan por estrictos exámenes de salud y antecedentes sociales, laborales y familiares.
La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) exige que los bancos de semen sometan a los donantes a análisis de enfermedades específicas, pero no reúne datos sobre cuántas veces dona un hombre su semen. En tanto, la Sociedad de Medicina Reproductiva recomienda efectuar análisis genéticos a los donantes de semen para descartar antecedentes de enfermedades genéticas, hereditarias o congénitas transmisibles.
En el país, aunque algunos estados actualmente cuentan con leyes que regulan la operación de los bancos de esperma, la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva y la Asociación Americana de Bancos de Tejidos, han establecido directrices seguidas por los bancos de esperma más serios.
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