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“Logré algo que me hace realmente feliz; que mis hijos vayan sin miedo al dentista”, confesó María Esperanza, una maestra latina que recuerda el pánico que sentía de niña cada vez que su madre la llevaba al odontólogo. El especialista, según ella recuerda, no usaba anestesia para el tratamiento de las caries, lo que generalmente le provocaba mucho dolor. Por suerte, los tiempos han cambiado y los dentistas cuentan con nuevas tecnologías y recursos para lograr lo que antes parecía inimaginable: que los niños vayan sin miedo a sus consultorios. Sin embargo, según la Asociación Americana de Higienistas Dentales (ADHA, su sigla en inglés), para que esto sea posible es recomendable adelantarse y preparar a los niños antes de su primera visita al dentista.

1. Cuéntale a tu hijo que irá a visitar al dentista. Pero hazlo de manera positiva.

2. Sé un buen ejemplo. Lávate los dientes y pásate el hilo dental junto a tu hijo cada día.

3. Enséñale a tu hijo la forma correcta de cepillarse los dientes. De esta manera, cuando concurra al dentista estará familiarizado con la técnica.

4. Explícale que existe la posibilidad de que el experto utilice algún equipo que puede producir cierto ruido. Así si esto sucede, tu hijo ya estará preparado.

5. También, coméntale que a veces los higienistas dentales o los dentistas utilizan guantes y máscaras, para protegerse ellos mismos y proteger a sus pacientes de las bacterias.

6. Si te toca a ti ir primero al dentista, invita a tu hijo a que te acompañe. Así puede observar cómo es el procedimiento y comprobar que no sentirá dolor ni saldrá lastimado.

7. Si de pequeño tuviste malas experiencias con el dentista, no se lo cuentes a tu hijo. Tampoco le trasmitas la ansiedad, antes de la visita.

La ADHA recomienda a todos los padres que lleven a sus niños por primera vez al dentista al cumplir un año. Sin embargo, la institución advierte que los padres deberían enseñar a sus hijos a lavarse los dientes desde más pequeños. Apenas aparece el primer diente, los padres pueden usar cepillos de dientes especialmente diseñados para bebés. De esta manera, construirán un ritual que durará para toda la vida.