El tepezcohuite o mimosa tenuiflora también conocido en México como el árbol de la piel, fue utilizado por los mayas para el tratamiento de lesiones cutáneas durante más de mil años. Ahora, investigadores de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, en México, han comprobado sus bondades y su potencial terapéutico para el tratamiento de pérdidas óseas, heridas y quemaduras.
“La medicina tradicional ve a la Mimosa tenuiflora como una planta útil para la regeneración dérmica, por lo que pretendemos aprovechar sus virtudes y multiplicarlas con el uso de materiales antibacteriales y biodegradables”, comentó la doctora Imelda Olivas Armendáriz, colaboradora del proyecto, en información difundida por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Olivas Armendáriz destacó que si bien, el tepezcohuite se utiliza en la medicina tradicional para la sanación de heridas y quemaduras; les intrigaba saber cuál podría ser el efecto de la planta en lesiones de tejido óseo.
“Cuando iniciamos nuestras investigaciones emergieron otras interrogantes: si realmente la planta era benéfica o no; aunque se usa comúnmente, no encontrábamos estudios científicos que nos indicaran con certeza cuáles eran sus bondades o perjuicios. Consideramos importante evaluar científicamente su efectividad”, refirió.
Indicó que la corteza de tepezcouite tiene características idóneas para la medicina regenerativa, ya que contiene metabolitos que promueven la proliferación celular y por ende una rápida cicatrización. Además, su efecto antibacterial protege la herida contra infecciones, puntualizó.
De acuerdo con la investigadora, no obstante que el estudio aún se encuentra en etapa experimental en modelos animales, los resultados obtenidos hasta ahora son prometedores y su principal aplicación sería para el tratamiento de úlceras venosas en las piernas. Además, podría ayudar a resolver los problemas de cicatrización en pacientes con úlceras y diabetes, así como lesiones accidentales de hueso.
Olivas Armendáriz afirmó que pese a que existen numerosos biomateriales para el tratamiento de hueso y piel, ninguno tiene las bondades del tepezcouite, ya que puede cumplir con una función dual: por un lado, sería un soporte para que la persona pueda desarrollar sus actividades durante el proceso de sanación y por otra, un apoyo biodegradable, es decir, una vez que cumpla su función no deberá ser retirados en una cirugía posterior y será naturalmente absorbido por el cuerpo.
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La Biblioteca digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el tepezcouite se usa en la medicina tradicional para resolver problemas de la piel. Para aliviar granos y heridas, se hierve la cáscara (corteza) y se deja enfriar hasta que esté tibia, con ella se lava la parte afectada 3 o 4 veces al día hasta que cicatrice. Para curar las quemaduras se hierve la cáscara hasta que quede la cuarta parte de agua; esto se aplica una vez al día en la zona afectada, o bien, se asa un pedacito de cáscara, se muele con agua y se aplica.
La aplicación del polvo de corteza de tepezcouite sobre las heridas y especialmente quemaduras calma el dolor de las mismas y acelera su curación, evitando incluso la aparición de cicatrices.
El tepezcouite es originario de México y se puede encontrar en el Estado Chiapas, en la depresión central del Valle de Cintalapa y en la zona Noroeste de la planicie costera del Pacífico.
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