Desde tiempos remotos el azafrán se ha utilizado en la gastronomía por su exquisito sabor, aroma y el color que da a los alimentos, sin embargo, sus cualidades irían mucho más allá del terreno culinario. Un estudio de la Universidad de Bradford en Reino Unido, sugiere que tendría el potencial terapéutico para tratar varios tipos de cáncer y pocos efectos secundarios.
La investigación publicada en la revista Cancer Research, refiere que una versión modificada de una toxina que se encuentra en la flor de azafrán, la colchicina, fue capaz de retardar el crecimiento e incluso matar las células cancerosas en experimentos con ratones.
La colchicina que se encuentra en la flor del azafrán es altamente venenosa, y su efecto es similar al del arsénico, sin embargo, mediante la adición de una cadena de aminoácidos, los investigadores lograron conservar su propiedad de matar el crecimiento celular y mantenerla inerte hasta que llegue a las células cancerosas. Es decir, en este estado, la sustancia circula libremente por el cuerpo y no destruye las células que encuentra a su paso. Sin embargo, cuando se topa con un tumor sólido, la cadena de aminoácidos desaparece debido a la acción de una enzima (MMP-1) presente en la superficie del cáncer. Es entonces cuando la colchicina se activa y ataca las células cancerígenas.
Hasta el momento, la molécula a la que se ha llamado “bomba inteligente”, ya que focaliza las toxinas anti cáncer sobre las células dañadas, dejando las sanas intactas, ha sido probada en cinco diferentes tipos de cáncer. En los experimentos, todos los roedores respondieron al tratamiento focalizado y se observó una disminución de los tumores.
“Se trata de una especie de bomba inteligente que sólo se activará en el tumor y no dañará los tejidos sanos,” explicó el profesor Laurence Patterson, autor principal del trabajo.
“Es un nuevo tratamiento contra el cáncer que puede ser efectivo contra la mayoría de los tumores. Hasta ahora lo hemos probado con el cáncer de colon, próstata, pecho, pulmón y sarcoma, y todos han respondido muy bien al tratamiento”, añadió.
"Lo que hemos logrado hacer es eliminar cualquier posibilidad real de toxicidad en el tejido normal", dijo Patterson. "Lo hemos hecho mediante el ajuste de la estructura de la colchicina para que sea inactivo hasta que llega al tumor", enfatizó.
Los investigadores esperan que un primer ensayo con humanos pueda iniciar el próximo año con la participación de 20 a 30 pacientes, si se prueba que es seguro y eficaz, podría ser de uso generalizado en sólo cinco años.
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Más sobre el azafrán
De acuerdo con el prestigiado sitio de Natural Medicines, el azafrán es el estigma seco de la flor de crocus (Crocus sativus). Se puede obtener en filamentos o en polvo. Se necesitan aproximadamente 75,000 flores para obtener una libra de azafrán.
El azafrán tiene una larga historia de uso como especia, medicina, y colorante amarillo. Según los informes, el crocus se usaba en las antiguas civilizaciones griegas y romanas, y en el Egipto medieval.
El azafrán puede tener propiedades anticancerígenas, antidepresivas y antioxidantes, puede ser un protector de nervios, y puede tener efectos en el sistema inmunológico. También se ha estudiado el azafrán por su capacidad de mejorar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, el asma, la infertilidad, los problemas menstruales, y la psoriasis.
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