Puntos Clave
- Estos virus ya circulan y han causado brotes y epidemias, pero nunca con magnitud mundial.
- Sin embargo, el cambio climático, la deforestación y otros factores aumentan el riesgo de zoonosis, que ocurre cuando los virus que portan animales "saltan" a los seres humanos.
- Este paso de los patógenos de animales a personas va a aumentar 12 veces para 2050.
Una nueva investigación enfoca en algo que, dicen los científicos, ya se debería estar pensando: la potencial próxima pandemia.
El cambio climático, las tierras ganadas para el cultivo, la deforestación, están aumentando los eventos zoonóticos, que ocurren cuando los virus que portan animales "saltan" a los seres humanos, lo que pone a la humanidad en riesgo de una nueva pandemia. Conocer en profundidad a estos virus, que no son desconocidos, ayudaría a pensar estrategias de salud pública de antemano para confrontarlos.
Este paso de los patógenos de animales a personas va a aumentar 12 veces para 2050, indica el estudio. Y tres de los virus analizados ya están en el catálogo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) definidos como patógenos de alto riesgo. Los cuatro identificados en el estudio son:
Virus Nipah
El Nipah (NiV) es un virus zoonótico. Los murciélagos frugívoros son el reservorio animal del NiV en la naturaleza. Los cerdos tambien lo portan. La infección por NiV está asociada con encefalitis (inflamación del cerebro) y puede causar enfermedades de leves a graves, e incluso la muerte.
Los brotes ocurren casi anualmente en algunas partes de Asia, principalmente en Bangladesh y la India. Pero hasta ahora no han tenido un impacto mundial.
los sintomas más frecuentes son los mismos que para la mayoría de las infecciones: fiebre, dolor de cabeza, tos, dolor de garganta, dificultad para respirar y vómitos. En casos más grave, además de la encefalitis, puede ocurrir: desorientación, convulsiones y entrar en estado de coma.
Las medidas preventivas básicas son:
- Lavarse las manos regularmente con agua y jabón.
- Evitar el contacto con murciélagos o cerdos enfermos.
- Evitar las áreas donde se sabe que los murciélagos se posan.
- Evitar comer o beber productos que puedan estar contaminados por murciélagos, como dátiles, fruta cruda o fruta que está en el suelo.
- Prevenir el contacto con la sangre o los fluidos corporales de cualquier persona que se sepa que está infectada con NiV.
Durante un brote, las prácticas estándar de control de infecciones pueden ayudar a prevenir la propagación de persona a persona en entornos hospitalarios.
Hasta el momento no hay un tratamiento médico disponible para tratar al virus Nipah, se realiza un cuidado de apoyo, hidratación y tratamiento de los sintomas que se presenten. Se están investigando terapias de anticuerpos monoclonales para tratar la infección. Y la farmacéutica Moderna investiga una vacuna contra Nipah junto con el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos
Filovirus (Ebola o Marburg)
El Virus del Ébola causa una fiebre hemorrágica con un 95% de mortalidad.
Los primeros casos de Ébola se registraron en 1976 en Sudán y el Congo, y desde entonces ha reaparecido de manera cícicla por un tiempo, para luego volver a esconderse en las profundidades de la selva.
Pero, al parecer, el reservorio se traslada. Por primera vez en 2014, hubo un un brote de Ébola en África occidental, una complicación extra porque se conoce menos de su posible impacto.
Para los detectives de la ciencia que intentan descubrir cuál es el reservorio del Ébola (el animal que porta el virus, que no se enferma pero sí lo transmite) las pistas que siempre surgen son el común denominador de los primeros contagiados: todos estuvieron en algún momento en contacto con puercoespines, antílopes, murciélagos o monos infectados, es decir entraron al ecosistema donde vive el virus. Pero estos animales no eran el reservorio, porque estaban muertos.
A diferencia de, por ejemplo, el virus del Sida, que se toma su tiempo para infectar y pasa cómodo a través de desprotegidas personas, el Ébola entra al organismo humano y lo aniquila.
Los síntomas aparecen hacia los siete días de contraer la infección y parecen una versión extrema de las señales de la gripe: intenso dolor muscular, fatiga, fiebre alta. Sin embargo, pronto aparecen las diferencias, con un salpullido que comienza a cubrir todo el cuerpo.
De ahí en más, una debacle feroz. La persona comienza a sangrar por todos sus orificios —boca, oídos, ojos, ano— y en el 95% de los casos sobreviene la muerte porque el cuerpo colapsa.
Aún no hay un tratamiento eficaz, y por ende la cura para este virus.
Expertos consideran que es poco probable que este filovirus se expanda hasta ser considerado una pandemia.
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Para que exista la posibilidad de contagio hay que estar en contacto muy directo con la persona enferma. El virus del Ébola no se transmite por partículas de saliva, a través del aire, lo que reduce el riesgo de contagio, por ejemplo, en espacio amplios o abiertos.
El Marburg es una fiebre hemorrágica similar al Ébola. Aunque los brotes se han mantenido casi restringidos a países africanos, ha habido casos en Alemania y Serbia.
Tanto para el Ébola como para Marburg no hay tratamientos o medicamentos aprobados, pero sí hay investigaciones en curso en el campo de la terapéutica y las inmunizaciones.
Virus Machupo (fiebre hemorrágica boliviana)
Este virus fue identificado por primera vez en 1959 en las zonas rurales del Departamento de Beni, en Bolivia, a causa de brotes esporádicos.
Las investigaciones ecológicas establecieron que el roedor Calomys callosus, que es autóctono de la región endémica del norte de Bolivia, es el reservorio del virus Machupo.
El virus Machupo en C. callosus produce una infección asintomática con eliminación del virus en la saliva, la orina y las heces. Aunque se desconoce la dosis infecciosa del virus Machupo en humanos, las personas expuestas pueden infectarse al inhalar el virus diseminado en secreciones o excreciones en aerosol de roedores infectados, al comer alimentos contaminados con excrementos de roedores o por contacto directo de los excrementos con la piel.
Tiene una letalidad del 25 al 30%.
Aunque no hay una vacuna o medicamento directamente autorizado para combatir al virus Machupo, la vacuna argentina contra el virus Junín puede ofrecer cierta protección contra este patógeno.
SARS
Antes de la pandemia de COVID-19, otro coronavirus causó una pandemia entre 2002 y 2003. El virus del SARS (Síndrome Agudo Respiratorio Severo) provoca una afección respiratoria aguda, una dificultad para respirar intensa que puede causar la muerte.
El SARS se transmite por el aire y puede propagarse a través de pequeñas gotas de saliva de forma similar al resfriado y la gripe. Fue la primera nueva enfermedad grave y fácilmente transmisible que surgió en el siglo XXI y mostró una clara capacidad de propagarse a lo largo de las rutas de los viajes aéreos internacionales.
También se puede transmitir indirectamente a través de superficies que han sido tocadas por alguien infectado con el virus.
Originalmente, los animales que portan el virus son murciélagos, gatos, perros, visones, tigres y leones. Algunos de ellos se infectan.
La mayoría de los pacientes identificados con SARS durante los brotes de principios de siglo fueron adultos previamente sanos de entre 25 y 70 años. Se han notificado algunos casos sospechosos de SARS entre niños menores de 15 años. La letalidad entre personas con enfermedades que cumplen con la definición actual de casos probables y sospechosos de SARS de la OMS es de alrededor del 3%.
En general, el SARS comienza con fiebre alta (temperatura superior a 100,4°F (38,0°C). Otros síntomas pueden incluir dolor de cabeza, sensación general de malestar y dolores corporales. Algunas personas también presentan síntomas respiratorios leves al principio. Alrededor del 10 al 20% de los pacientes tienen diarrea. Después de 2 a 7 días, los pacientes con SARS pueden tener tos seca. La mayoría de los pacientes desarrollan neumonía.
Se utilizan combinaciones de antibióticos para tratar la infección.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.
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