Es un plan de alimentación que propone eliminar durante un tiempo ciertos alimentos y reintroducirlos en forma gradual para ver la reacción del organismo. Esto permite detectar aquellos que producen malestares físicos como dolores de cabeza, alergia o cansancio. Y al restringir harinas, azúcar y comidas procesadas, ayuda a bajar de peso.
Esta dieta es una de las más modernas tenencias de la alimentación y fue una de las más buscadas durante 2014. Pero no es básicamente un programa para bajar de peso sino que se trata de un plan de comidas que propone eliminar algunos alimentos y reincorporarlos paulatinamente para estudiar la reacción que provocan en el organismo.
Muchas personas con problemas de sueño, dolores articulares, alergias en la piel o dolores crónicos de cabeza lograron terminar con estos síntomas al excluir de su dieta algunos alimentos. Famosos como Gwyneth Paltrow han opinado muy bien de ella porque logró terminar con algunos de sus malestares físicos. ¿En qué consiste?
En su libro “Clean”, el doctor Alejandro Junger, cardiólogo de Los Angeles y especialista en desintoxicación alimentaria explica que hay malestares físicos que pueden estar originados por la ingesta de determinados alimentos. Por eso creó un plan que propone eliminarlos durante 21 días para terminar con las causas que pueden estar provocando el malestar.
La idea es suprimir el consumo de ciertos alimentos, observar cómo reacciona el organismo y luego volver a incorporarlos de a uno. Esta es una forma eficaz de descubrir si lo que nos está provocando un dolor de cabeza es la leche o los tomates, para dar un ejemplo.
Junger advierte que es difícil saber exactamente qué nos causa el malestar: si es un alimento o la combinación de ellos. Por eso sugiere reintroducir los alimentos de a poco para ver la reacción del organismo. De todos modos, sostiene que cualquier plan de alimentación restrictivo debe estar supervisado por un médico.
Entre los alimentos que conviene suspender figuran los cítricos (naranja, limón, toronja) y vegetales como tomate, papa, pimento y berenjena. También se eliminan los huevos y la leche y sus derivados, el pescado crudo, la carne de cerdo y de res, la soja y sus derivados, los aceites procesados, el alcohol, el café, el azúcar refinada, el chocolate y el kétchup, entre otros. Y si bien esta dieta no fue creada específicamente para bajar de peso, es posible hacerlo ya que se elimina el consumo de harinas, azúcar y alimentos procesados.
Para asegurar su efectividad, este plan se debe seguir por al menos 21 días porque es lo que le toma al organismo deshacerse de las sustancias incorporadas con la ingesta. Una vez depurado de ellas, la reintroducción de estos alimentos es compleja y puede llegar a tomar 5 o 6 semanas. Primero se agrega un alimento, por ejemplo los lácteos, y se espera dos días para ver la reacción del organismo. Si no se notan cambios adversos como dolores de cabeza, alergia, cansancio, se puede agregar un segundo tipo de alimento.
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Hay varios malestares físicos como cansancio extremo, constipación, migrañas, insomnio, eczema, artritis, enfermedades autoinmunes y diabetes que podrían provenir de alguna alergia alimentaria. Pero en lugar de análisis de laboratorio, radiografías y otros estudios, algunos médicos sugieren este plan de alimentación, que muchas veces atenúa o termina con los síntomas adversos.
Este plan no implica que los alimentos sean nocivos, sino que hay quien tiene sensibilidad a los mismos, por tener muchas toxinas, por ser demasiado ácidas o resultar indigestas, por ejemplo. Esto perjudica el funcionamiento del tracto intestinal y el sistema digestivo, causando molestias que se extienden a todo el organismo.
¿Qué se puede comer?
Entre los alimentos “permitidos" figuran las verduras de hoja verde, frutas, arroz integral, quínoa, legumbres, nueces y semillas, aguacate, aceite de coco y oliva, té verde, yerba mate, stevia, pescado cocido, carne de pavo y pollo orgánico.
Durante el tiempo que dura la dieta de eliminación se debe consumir mucha agua, a razón de 60 a 120 onzas líquidas (2 a 4 litros) al día. Conviene llevar un diario para anotar si hay alguna reacción adversa a algún alimento que se reincorpora, y también si hay mejoras en el organismo. Los síntomas que conviene observar son insomnio, dolor articular, fatiga, erupciones cutáneas, cefaleas, estreñimiento. diarrea o confusión mental.
Mientras dura esta dieta conviene sacar de la cocina los alimentos prohibidos y tener siempre a mano los que puedes consumir. Son pocos días, y los cambios pueden ser beneficiosos para toda la vida.
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