Las cremas acondicionadoras de cabello son
las aliadas inseparables del shampoo. Mantienen el cabello hidratado, lo vuelven más
suave y brilloso, facilitan el peinado, generan volumen, previenen las puntas
abiertas y reducen la electricidad estática al mantenerlo bien humectado.
Puntos Clave
- Las cremas acondicionadoras de cabello mantienen el cabello hidratado, lo vuelven más suave y brilloso, facilitan el peinado, generan volumen, previenen las puntas abiertas y reducen el frizado.
- Su fórmula incluye sustancias naturales como el aceite de tea tree, productos nutritivos como el colágeno y el calcio y químicos como la silicona para dar mas brillo.
- Las personas con rulos o cabello seco utilizan el acondicionador para el lavado, ya que contienen los mismos ingredientes que el champú pero con menor concentración de sulfato.
Hidratar y reparar
Al igual que el champú, el mercado ofrece una gran variedad de productos pero cabe aclarar que son sólo de uso cosmético ya que la salud del pelo no depende especialmente de ellos. Todas estas cremas cumplen la función de hidratar y reparar el cabello, del mismo modo que lo hace una crema humectante sobre tu piel.
Un cabello normal necesita un leve toque de crema acondicionadora, más para prevenir que para reparar. En cambio si tienes el cabello largo o un poco reseco, utilizas coloración, permanente o alisados, estos productos serán tus aliados para tenerlo siempre perfecto. El cabello graso no necesita tratamientos capilares adicionales ya que las glándulas sebáceas generan la protección necesaria para mantenerlo flexible y con brillo. Para esos casos no tan comunes de cuero cabelludo graso en un cabello seco, se recomienda utilizar acondicionador sólo en las puntas, evitando las raíces.
7 cosas que tu cabello dice sobre tu salud
Uno para cada tipo de cabello
Según cada tipo de cabello y el efecto deseado, será el acondicionador que puedes escoger. Por ejemplo:
- Crema enjuague: se utiliza inmediatamente después del shampoo, se deja actuar unos minutos durante los cuales puedes aprovechar para pasar un peine de dientes gruesos para desenredar, y luego eliminar con abundante agua. Las cremas más suaves o ligeras son ideales para cabellos finos o grasos, y las más espesas y humectantes son aptas para cabellos secos, que se deben dejar actuar un rato más. En el caso del cabello graso, lo más aconsejable es que lo utilices de la mitad del largo del cabello hacia las puntas, evitando la zona del cuero cabelludo para no favorecer la producción de sebo.
• Champú y acondicionador- dúo: es un shampoo con ingredientes acondicionadores y permite lavar y desenredar en un solo paso. Si bien es bastante práctico ya que se utiliza un solo envase, su efecto desenredante no es tan efectivo como en las cremas comunes, por eso es que no tiene tantos adeptos. Además la eficiencia del shampoo también es inferior, por eso periódicamente conviene alternar con el uso de ambos productos por separado.
- Cremas para peinar: se aplican con el pelo húmedo después del lavado, no es necesario enjuagarlas, dan brillo y permiten desenredar fácilmente. Las tipo mousse o espuma son adecuadas para las personas con cabello muy fino o con poco cuerpo, y se las puede combinar luego del uso de una crema enjuague común.
- Aceite hidratante: sus nutrientes penetran en las capas del cabello, aumentan la suavidad, lo dejan sedoso y eliminan el frizz. No son recomendables en personas con cabello graso.
- Crema reestructurante: penetran en el cabello y fortalecen la estructura capilar. Al no necesitar enjuague, sus componentes actúan durante más tiempo en la fibra con muy buenos resultados. Son las mejores para mejorar el cabello reseco o castigado por agentes climáticos, permanentes, tinturas, peinados u otras agresiones. Después del verano es muy recomendable utilizar este tipo de producto para restaurar totalmente tu cabellera.
- Gel para puntas: se utilizan para fortalecer las puntas florecidas, quebradizas o resecas.
- Crema protectora: no contiene ingredientes agresivos y muchas incluyen pantalla solar en su fórmula. Son ideales para aplicar en cabellos con coloración o cuando se va a estar al sol, en zonas muy ventosas o en contacto con cloro o agua de mar.
Estos productos incluyen en su fórmula varias sustancias naturales como el aceite esencial de tea tree y de joroba, productos nutritivos como el colágeno, gelatina, calcio y henna, aditivos químicos como la silicona para dar más brillo y tambien vitaminas y proteínas, especialmente la queratina que ayuda a restituir o mantener el buen estado del cabello.
Cuándo sí y cuándo no
Un cabello muy fino, debilitado, crespo o sin volumen se puede mejorar con el uso del acondicionador adecuado. Algunos productos permiten una reconstrucción estructural que penetra más profundamente y logran una reparación intensa. Se deben utilizar una vez a la semana para asegurarse un peinado con cuerpo y brillo.
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De todos modos, no se debe abusar y se debe tener en cuenta cada tipo de cabello, por ejemplo un exceso de humectantes en un cabello graso puede llegar a ahogar las raíces y dificultar el crecimiento.
Algo importante: no siempre un cabello dañado se puede reparar con el uso de un acondicionador, sobre todo si el cabello se ve ajado por mantener una alimentación deficiente o si se utiliza un shampoo demasiado agresivo con un acondicionador muy suave.
Una solución innovadora
Muchos de los productos de cosmética capilar contienen sulfatos para lograr remover la grasitud del cabello pero esta sustancia reseca mucho el cabello, en especial en las personas con rulos.
Una buena solución consiste en utilizar el acondicionador para lavar el cabello a modo de champú; es lo que se llama lavado de acondicionador. Notarás que produce menos espuma pero igualmente deja limpio tu cuero cabelludo porque contiene las mismas sustancias que el shampoo para remover la grasitud o la suciedad. La diferencia es que los sulfatos del acondicionador son mucho más suaves que los del champú y por eso no te reseca el cabello.
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