En febrero, cuando el mundo sufría el comienzo de la pandemia de COVID-19 y se sabía poco sobre el nuevo coronavirus, el ciclista colombiano Fernando Gaviria fue uno de los primeros atletas de fama mundial en infectarse.
Lo que en ese momento era un infección practicamente desconocida, lo mantuvo internado dos semanas en un hospital de Abu Dhabi, en donde estaba participando de una carrera en los Emiratos Arabes.
Esa primera infección fue díficil de superar, según palabras de Gaviria. Pero, como ocurre con la mayoría de los virus, los médicos auguraron una larga inmunidad luego de haber estado expuesto al coronavirus y haber desarrollado COVID-19.
Sin embargo, esa inmunidad duró solo siete meses porque en octubre recibió el segundo diagnóstico de COVID-19.
Gaviria manifestó sentir una sorpresa absoluta porque esta vez no presentó síntomas.
El caso de Gaviria representa un doble misterio.
El primero. Gaviria, de 26 años, oriundo de La Ceja, un pueblo en la región de Antioquía, pertenece a esa elite de deportistas de alto desempeño, que, se supone, tienen una salud excelente. Un escudo protector contra cualquier enfermedad.
El segundo. La posibilidad de reinfectarse con el coronavirus que causa COVID-19 parece algo remoto, pero ocurre. De hecho, el registro mundial revela solo 25 casos, con otros 500 sospechosos.
Primer caso de reinfección registrado en los Estados Unidos
Curiosamente, el primer caso documentado de reinfección por COVID-19 en los Estados Unidos también fue una persona joven y saludable.
Un universitario de 25 años de Washoe, Nevada, fue el primer caso documentado en los Estados Unidos, y el quinto en el mundo, de reinfección por el nuevo coronavirus.
Su caso, analizado en un trabajo publicado en The Lancet Infectious Diseases, plantea muchas preguntas sobre el virus y la enfermedad que desarrolla, COVID-19.
La primera infección ocurrió a fines de marzo, y el joven ya estaba recuperado para mediados de abril, luego de presentar resultados negativos en los tests para COVID en dos oportunidades.
Pero a principios de junio, casi dos meses después de la primera infección, el estudiante dio positivo de nuevo, luego de volver a presentar síntomas de COVID, que ésta vez fueron mucho más graves.
Se recuperó, después de necesitar hospitalización.
Comparado con el caso de Gaviria, la inmunidad fue mucho más corta, y en el caso del joven universitario, la segunda infección fue la más grave.
¿Cómo se puede desarrollar COVID dos veces?
Habitualmente, cuando una persona se infecta, adquiere inmunidad para ese gérmen. Esa inmunidad puede ser:
- Permanente. Y puede desarrollarse ya sea por exposición al virus, o por una vacuna.
- Temporal. Como la que genera la vacuna contra la gripe. El virus de la gripe muta (cambia) cada temporada por eso se necesita cada invierno una nueva formulación de la vacuna.
Todavía se sabe poco sobre la inmunidad que genera COVID. Al parecer algunos pacientes desarrollan poderosos anticuerpos, y otros pocos o ninguno, como debe haber sido el caso en el paciente de Nevada. Y el mismo Gaviria.
Los científicos remarcan que lo que es más inusual es la severidad de la segunda infección en el joven. En general, las segundas infecciones suelen ser más leves porque la inmunidad ya estaría generada gracias a los anticuerpos. Gaviria es un ejemplo, su segunda infección ni siquiera presentó síntomas.
Incluso esta segunda reinfección de Gaviria ha sido controversial para la comunidad científica. Algunos médicos creen que dio positivo porque quedaron trasas de material genético del virus en su organismo.
Sin embargo, un artículo publicado en The Lancet Infectious Diseases que analizó el caso del joven de Nevada considera que hubo reinfección ya que el paciente dio positivo una primera vez, y luego volvió a dar positivo luego de varias pruebas negativas.
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Esta secuencia de pruebas ocurrió tanto en el joven de Nevada como en el caso de Gaviria.
Qué es un anticuerpo
Los anticuerpos son moléculas producidas por el sistema inmunitario para combatir infecciones.
Se trata de proteínas que "fabrican" las células plasmáticas (un tipo de glóbulo blanco) en respuesta a un antígeno (una sustancia que hace que el cuerpo produzca una respuesta inmune específica). En este caso el nuevo coronavirus.
Cada anticuerpo puede unirse a un solo antígeno específico. El propósito de esta unión es ayudar a destruir al agente externo. Algunos anticuerpos destruyen los antígenos directamente. Otros facilitan que los glóbulos blancos los destruyan.
En una infección tradicional, la producción robusta de anticuerpos es como una suerte de ejército que defiende al organismo de otra potencial infección. Los anticuerpos "reconocen" si un gérmen que ya infectó a ese cuerpo vuelve a aparecer y simplemente le impiden la entrada.
Pero con COVID todavía no se sabe cómo actúa este mecanismo de defensa. De hecho, el joven que se reinfectó en Nevada era saludable y no presentaba ninguna condición preexistente que indicara que su sistema inmune estaba debilitado y que no pudiera desarrollar una sólida respuesta inmune.
El estudio basado en este caso plantea la hipótesis de que quizás sea más difícil generar una respuesta inmune ante COVID.
Los otros casos de reinfecciones se registraron en Hong Kong, Holanda, Bélgica y Ecuador.
Aunque todavía faltan respuestas concretas para este enigma, sí se considera que el nuevo coronavirus infecta de maneras muy distintas a las personas. Y habría una gran cantidad de portadores asintomáticos, que propagan el virus sin siquiera saber que lo tienen.
Reinfecciones y vacunas
Con varias vacunas contra COVID-19 a la vuelta de la esquina, la posibilidad de reinfección deja abierta la puerta a la investigación para responder a esta pregunta: ¿será la vacuna contra COVID-19 una vacuna estacional?
Hasta el momento, varias vacunas, entre ellas la de los laboratorios Pfizer, Moderna y AztraZéneca, han presentado pedidos de aprobaciones de emergencia en los Estados Unidos, y la de Pfizer obtuvo la aprobación en el Reino Unido.
En Latinoamérica, Argentina, México y Brasil son los principales actores en esta carrera por una vacuna.
Pero esta pregunta crítica todavía no puede contestarse. Y, de confirmarse que el riesgo de reinfección no es una excepción a la estadística sino que es un riesgo amplio, la necesidad de stock de vacunas será mucho mayor.
Las vacunas contra COVID-19 en ensayos clínicos avanzados requieren de dos dosis, recibidas con una diferencia de alrededor de un mes, para presentar una eficacia de cerca de un 95% a la hora de prevenir la infección.
La vacuna contra la gripe requiere de una sola dosis e inmuniza por una temporada.
No se sabe todavía el tiempo de inmunización de las vacunas contra COVID. Los casos del joven de Nevada y del ciclista Fernando Gaviria muestran que, al menos, esta inmunidad puede ser errática y diferente en cada persona.
Si la vacuna resulta ser estacional, y requerir dos dosis, la cantidad de producción y la complejidad de distribución será dos de los principales desafíos. En una estrategia de salud pública que involucrará literalmente a toda la humanidad.
Fuentes: The Lancet Infectious Diseases, CDC China, University of Nevada, CDC.
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