Artritis

¿Sirve la cúrcuma para tratar la artritis?

| Foto: GETTY IMAGES

Por Tomás Vicente
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Puntos Clave

  • Ciertas lesiones o afecciones, como la artritis, pueden provocar inflamación o degeneración de una o más articulaciones.
  • Para aliviar el dolor que esta afección provoca distintas investigaciones destacan los efectos antiinflamatorios y antioxidantes de la cúrcuma.
  • Esta hierba también se usa para tratar infecciones, y problemas cutáneos, hepáticos y estomacales.


La artritis es la inflamación o degeneración de una o más articulaciones.

Si bien existen tratamientos para reducir el dolor que provoca, muchos consumidores y profesionales de la salud se han centrado en una opción natural para aliviarla: la cúrcuma. Aquí repasamos por qué esta hierba puede ser de ayuda y qué precauciones debes tomar cuando usas sus suplementos.

Las articulaciones son el punto de contacto donde se unen dos o más huesos, como la rodilla, cadera, codo u hombro. Permiten que el esqueleto sea flexible, sin ellas, el movimiento sería imposible.

Ciertas lesiones o afecciones, como la artritis, pueden provocar dolor articular, normalmente porque se deteriora la capacidad de regeneración de los cartílagos (tejido esponjoso que protege las articulaciones).

Esto deja a los huesos desprotegidos, que rozan uno contra otro y producen inflamación, dolor y protuberancias óseas en la articulación, provocando así rigidez y dificultad de movimiento.

Para prevenir este daño los expertos aconsejan mantener una buena alimentación, evitar las sobrecargas, perder el exceso de peso, evitar o limitar el consumo de tabaco o cafeína y mantenerse activo.

Otra opción que en los últimos años cobró popularidad para aliviar el dolor articular es el uso de la cúrcuma.

Beneficios de la cúrcuma

La cúrcuma o turmérico (Curcuma longa) es una planta perteneciente a la familia Zingiberaceae. Esto significa que está emparentada con otras hierbas beneficiosas, como el jengibre o el cardamomo.

La cúrcuma es nativa de la India y se comenzó a utilizar cómo saborizante y colorante de arroz y carne, uso que luego se extendió para teñir lanas, algodones, sedas, cueros y papeles. También es uno de los condimentos esenciales del curry, y su principal componente es la curcumina, que le otorga su color y la mayoría de sus propiedades.

Además de su uso gastronómico, la cúrcuma ocupa un lugar muy importante en la medicina tradicional y alternativa originaria de India, mejor conocida como Ayurveda. Según estas prácticas, se puede aprovechar esta raíz para tratar muchos problemas de la salud:

  • Enfermedades de la piel: sus propiedades antibacterianas ayudan a reducir las espinillas y el acné, combatir la piel seca, aclararla y ralentizar el proceso de envejecimiento.
  • Infecciones: estimula la producción de una proteína conocida como CAMP, la cual ayuda al sistema inmunitario a combatir bacterias, virus y hongos peligrosos.
  • Niveles elevados de colesterol: disminuye el riesgo de arteriosclerosis y otros problemas cardiovasculares.
  • Problemas estomacales: estimula el flujo de la bilis en la vesícula biliar lo que ayuda a mejorar la digestión. Además, ayuda a controlar la diarrea.
  • Problemas hepáticos: favorece la eliminación de toxinas de forma eficiente.
  • Trastornos de la sangre: previene la formación de coágulos en la sangre.

Por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes se convirtió en el centro de muchas investigaciones, principalmente porque se considera que puede beneficiar a las personas con distintos tipos de artritis.

¿Sirve la cúrcuma para aliviar la artritis?

En principio, es importante destacar que la mayoría de las investigaciones que analizaron los efectos de la cúrcuma sobre afecciones inflamatorias, se centraron y adjudicaron sus beneficios a su principal componente: la curcumina.

Existen muchos trabajos in vitro o en animales que arrojaron resultados positivos, por lo que en los últimos años comenzaron a realizarse ensayos clínicos o grandes revisiones de estudios.

Por ejemplo, en 2016 un trabajo publicado en Journal of Medicinal Food halló tras analizar datos de ocho ensayos clínicos aleatorios, que había suficiente evidencia para sugerir que tomar 1.000 mg de curcumina todos los días durante 8 a 12 semanas puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación debido a la artritis, particularmente la osteoartritis.

Incluso los autores señalaron que los extractos de curcumina pueden ser tan efectivos como tomar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como ibuprofeno o diclofenaco.

Otro trabajo publicado en Journal of Medicinal Food probó una formulación biodisponible de curcumina en 12 participantes con artritis reumatoide y encontró mejoras significativas en el dolor y la inflamación en comparación con el grupo placebo.


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Mientras que una investigación publicada en Foods, sugirió que la curcumina puede ser de ayuda en el manejo de afecciones oxidativas e inflamatorias, síndrome metabólico, artritis, ansiedad e hiperlipidemia.

Los autores concluyeron que también puede ayudar en la gestión de la inflamación y el dolor muscular inducidos por el ejercicio, mejorando así la recuperación y el subsiguiente rendimiento en personas activas.

Uso y precauciones

La forma más común de encontrar la cúrcuma es en polvo, aunque también es fácil hallar su raíz entera. Ambas opciones son ideales para realzar los sabores de tus platillos favoritos. Para ello, puedes:

  • Añadirla en revueltos, vegetales asados, arroz o carnes. Solo basta espolvorearla durante el proceso de cocción
  • Preparar batidos o sopas. Añade una o dos cucharaditas en la licuadora para potenciar el sabor y color de estos platillos.
  • Hacer infusiones. Solo se debe diluir la cúrcuma en agua, leche o leche de coco y miel caliente.

Sin embargo, ten en cuenta que agregar cúrcuma a la comida de esta forma no es garantía de obtener sus beneficios, ya que, como repasamos, la mayoría de sus propiedades se adjudican a la curcumina.

Existen muchos suplementos de curcumina en forma de cápsula o tableta que se comercializan para tratar diferentes dolencias, incluida la artritis.

Y aunque no existe un dosis recomendada, diferentes estudios destacan que los beneficios sobre las articulaciones pueden verse con una ingesta diaria de hasta 1.000 mg.

El problema es que los suplementos no responden a las mismas reglamentaciones que los medicamentos, es decir, no tienen que demostrar su efectividad o probar su calidad.

Para no correr peligro cuando uses suplementos debes tener en cuenta distintas medidas de seguridad. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU., comparte estos consejos para que el usuario conozca los suplementos y no caiga en el uso inadecuado de los mismos:

  • Si buscas suplementos en Internet, usa sitios no comerciales, como Instituto Nacional de Salud, FDA, o Departamento Federal de Agricultura. De esta forma, no dependerás de la información ofrecida por vendedores.
  • Permítete dudar cuando las declaraciones son demasiado buenas para ser ciertas, como: "funciona mejor que un medicamento recetado", "totalmente seguro" o "carece de efectos secundarios". 
  • Recuerda, natural no siempre significa seguro.

Es importante saber que tanto la cúrcuma como la curcumina pueden causar efectos secundarios leves, como malestar estomacal o dolores de cabeza. Por ello, se aconseja que quienes son sensibles a estas sustancias eviten o limiten su uso.

Tampoco se recomienda para mujeres embarazadas o en período de lactancia, o para quienes estén tomando anticoagulantes.

Para recordar:

Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.

No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con tu médico sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.

Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.

Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel.