Es probable que hayas escuchado que para llevar un estilo de vida saludable debes alejarte de los productos procesados. Pero ¿sabes qué son esos alimentos? ¿cómo se diferencian de los alimentos naturales o de los ultraprocesados? Aquí repasamos sus principales características.
Los alimentos pueden clasificarse en 3 grupos, según informa la Organización Panamericana de la Salud:
Grupo 1
Si se los combina correctamente, estos alimentos son el pilar para una alimentación saludable:
- Alimentos naturales o no procesados: aquí podemos encontrar alimentos de origen vegetal, como vegetales, frutas, semillas o leguminosas, o de origen animal, como carne, mariscos, huevos o leche. Para que un alimento se considere no procesados, es necesario que no contengan otras sustancias añadidas, como aditivos, azúcar, edulcorantes, grasas o sal.
- Alimentos mínimamente procesados: son alimentos naturales que han sido alterados sin que se les agregue o introduzca ninguna sustancia externa. Por ejemplo, se los puede haber descascarado, deshuesado, lavado, limpiado, pasteurizado, pelado o rebanado. Esto permite tornar los a los alimentos más agradables al paladar, extender su duración o facilitar su almacenamiento.
Grupo 2
Esta categoría corresponde a los ingredientes culinarios, es decir, las sustancias extraídas de componentes de los alimentos: aceites, almidones, azúcares, grasas, o harinas. También se pueden obtener de la naturaleza, como es el caso de la sal.
Los efectos de estos ingredientes sobre la salud no se deben evaluar de forma aislada, sino en combinación con los otros grupos de alimentos.
Grupo 3
Estos productos buscan simular a los alimentos naturales o a platos y preparaciones caseras, utilizando combinaciones de preservantes y otros aditivos. También suelen aparentar ser saludables, mediante el uso de vitaminas sintéticas, minerales y otros compuesto:
- Alimentos o productos comestibles procesados: aquí podemos encontrar vegetales o leguminosas enlatadas, embotelladas o conservadas en salmuera, frutas en almíbar, pescado conservado en aceite, o carnes procesadas, como jamón, tocino, o queso salado. Como se puede apreciar, se añaden sustancias, como aceites, aditivos, azúcar, preservantes o sales para prolongar su duración o hacerlos más atractivos.
- Alimentos o productos comestibles altamente procesados o ultraprocesados: aquí podemos encontrar las sopas o fideos enlatados, deshidratadas, o empaquetados, margarinas, mezclas para pastel, papas fritas, refrescos, galletas, dulces, salsas, helados o mermeladas, entre otros. Estos productos se elaboran con ingredientes industriales (aglutinantes, conservantes, emulsionantes, estabilizantes, o disolventes), que normalmente contienen poco o ningún alimento entero. Con ello, se busca fabricar productos durables, apetecibles, y lucrativos.
Pros y contras de los alimentos procesados
Normalmente, se suele utilizar a los alimentos procesado y ultraprocesados como sinónimos. Los expertos explican que, más allá de un tecnicismo, es importante diferenciarlos.
Como señalamos, los productos procesados suelen conservar la identidad básica y la mayoría de los componentes del alimento original, a diferencia de los ultraprocesados.
Sin embargo, los métodos de procesamiento que comparten pueden hacer que sean desbalanceados nutricionalmente, por ejemplo, por la adición de aceite, azúcar o sal.
También es importante diferenciar el tipo de producto y la regularidad con que se lo consume.
Por ejemplo, puede que no sea grave para tu salud que eventualmente decidas utilizar tomates enlatados para preparar salsa con otros vegetales y condimentos, pero sí es un problema que constantemente consumas salsas prefabricadas.
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A la larga, un dieta rica en alimentos procesados puede afectar la salud, ya que estos productos:
- Suelen ser nutricionalmente desequilibrados.
- Suelen tener una alta densidad energética.
- Pueden provocar hábitos de consumo o dependencia.
- Pueden desplazar comidas y platos preparados a partir de alimentos que son nutritivos.
A pesar de esas consecuencias, algunos especialistas aseguran que la producción industrial de alimentos también tiene su lado positivo:
- Es esencial para la seguridad alimenticia y nutricional.
- Ayuda a construir sistemas de alimentación.
- Facilita el abastecimiento de la población, especialmente en zonas vulneradas.
- Es más fácil de controlarla para que mantenga un estándar de calidad, preservando ciertas características, como texturas, sabores y calidad nutricional.
- Facilita las preparaciones culinarias, ahorrando tiempo y esfuerzo.
- Permite almacenar alimentos para usarlos en el momento deseado.
Alimentos procesados saludables
El problema de los alimentos ultraprocesados, y algunos procesados, es que no han sido diseñados pensando en la salud, explicó el doctor Dariush Mozaffarian, cardiólogo y decano de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Nutrición de la Universidad de Tufts en Boston.
En una publicación de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) el experto señaló que "los fabricantes prefieren priorizar el sabor, costo, seguridad, vida útil y sensación en boca".
Sin embargo, no cree que estos productos deban asociarse con algo necesariamente "malo". "En el mundo moderno, vamos a necesitar alimentos procesados, e incluso alimentos ultraprocesados, que sean saludables", aseguró.
Y agregó: "Aunque no lo comprendemos totalmente, sabemos lo suficiente para comenzar a hacer alimentos procesados más saludables".
Hasta que ese tipo de productos esté disponible, Penny Kris-Etherton, dietista y profesora de nutrición en el Departamento de Ciencias Nutricionales de la Universidad Estatal de Pensilvania, recomendó buscar las opciones más saludables dentro de los procesados.
"Al elegir pan envasado, omite el pan blanco en favor de algo con granos integrales. Si estás preparando un sándwich, elige una fuente de proteína magra, como mantequilla de nueces o aguacate. Solo evita comerlo con fiambres, como mortadela, que tienen un alto contenido de sal y grasas no saludables", dijo.
La experta advirtió que, aunque es difícil no incluir productos procesados, y mucho menos ultraprocesados, en la dieta, aún se pueden tomar decisiones sabias. Para ello, basta ser consciente y leer la información nutricional en la etiqueta de los paquetes o latas.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Escuela de Medicina Harvard, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Organización Panamericana de la Salud.
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