Los antibióticos son sustancias químicas producidas por un ser vivo, o derivados sintéticos de ellos, que se encargan de eliminar o impedir el crecimiento de ciertos microorganismos. También suelen ser llamados antibacterianos, ya que se utilizan para combatir infecciones causadas por bacterias. Usarlos correctamente salva vidas.

Cuando un virus es el causante de la enfermedad, tomar antibióticos puede provocar más daños que beneficios, ya que utilizarlos cuando no se los necesita puede generar una resistencia a sus efectos. Para consumirlos correctamente sigue las instrucciones, e incluso si te sientes mejor, debes terminar con el tratamiento. De lo contrario, la bacteria puede sobrevivir y reinfectarte.

Qué es la cefuroxima

Comercializada bajo la marca Ceftin, la cefuroxima pertenece a una clase de medicamento llamado cefalosporinas que, junto a las penicilinas y los monobactámicos, es miembro de la familia de los betalactámicos. Esta se trata de la variedad de antibióticos más utilizada y funciona obstaculizando la formación de las paredes celulares de la bacteria, lo que culmina con la muerte de esta.

Más información

La cefuroxima se utiliza para tratar infecciones causadas por bacterias, como bronquitis (infección de las vías respiratorias), enfermedad de Lyme (infección que puede presentarse después de que una garrapata pica a una persona) o gonorrea (enfermedad de transmisión sexual). También para infecciones de la amígdalas, garganta, oídos, piel, senos nasales y del tracto urinario.

Cómo tomarla

Antes de empezar a consumirla consulta con un médico para que evalúe cual es tu condición. La cefuroxima generalmente se presenta en comprimidos o líquido para administración oral. Se suele tomar cada 12 horas durante 5 a 10 días. Si olvidas tomar una dosis, consúmela tan pronto como lo recuerdes, a menos que en la próxima hora debas tomar la siguiente dosis. De ser así, saltéala.

Más información

Como cualquier otro miembro de las cefalosporinas, la cefuroxima puede desencadenar ciertos efectos adversos. A saber: vómitos, náuseas, diarrea, dolor de garganta, escalofríos, fiebre, inflamación, sarpullido, urticaria o dificultades para respirar o tragar. Ante la aparición de cualquier problema, consulta con tu médico antes de descartar su consumo.

Aunque es un antibiótico ampliamente recetado, se deben tomar ciertas precauciones. Por ejemplo, informar o consultar al médico si eres alérgico a la cefuroxima u otros antibióticos del grupo cefalosporina, como Ancef, Claforan, Fortaz, Maxipime, Mefoxin, Cedax, Rocephin, Keflex, Spectracef, Teflaro, Tazicef o Avycaz.

Otros medicamentos

Al igual que con cualquier otro fármaco, existe el riesgo de que tenga contraindicaciones con ciertos medicamentos. Los expertos resaltan que se debe tener especial atención si se toman anticoagulantes, como Coumadin o Jantoven, diuréticos, como Pepcid, Axid, Prilosec o Protonix, o antiácidos.

Fuentes consultadas

Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Clínica Mayo, Institutos Nacionales de Salud.