Por qué es bueno comer bayas de goji
Conoce cómo sumarlas a tu dieta
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Las bayas de goji son frutos de origen asiático que se usan desde hace miles de años con fines medicinales, principalmente para mejorar la longevidad y fortalecer las defensas. Además, es uno de los alimentos con mayor concentración de nutrientes y antioxidantes. Conoce aquí todas sus propiedades y cómo consumirlas.
Las bayas de goji, también conocidas como cerezas del Tíbet o del Himalaya, son el fruto del Goji (Lycium barbarum), una planta que posee 8 de los 9 aminoácidos esenciales y de la que también se aprovechan sus raíces para fabricar medicamentos. Debido a la gran popularidad que cobró en los últimos años, se comenzaron a estudiar sus propiedades:
Protegen la piel
Las bayas de goji son ricas en un compuesto químico vegetal llamado betacaroteno, que normalmente se utiliza en las cremas para mejorar la salud de la piel, reducir su irritación, retrasar el impacto del envejecimiento celular y proteger contra los rayos ultravioletas.
Salud mental
Distintos ensayos clínicos encontraron que beber jugo de las bayas de goji puede mejorar la energía, salud digestiva y estado de ánimo. Sobre esto último, se registró que los participantes mostraron mejorías en sus sentimientos de calma y satisfacción, agudeza mental y capacidad para concentrarse.
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Cuidan la vista
Según la evidencia disponible, los adultos que bebieron jugo de goji a diario durante tres meses, experimentaron un incremento en sus niveles de zeaxantina. Este es un compuesto que se asocia a la protección contra las enfermedades oculares producto de la edad, ya que combate el estrés oxidativo de las células.
¿Previenen los problemas hepáticos?
Uno de los principales usos de las bayas de goji en la medicina tradicional china era tratar enfermedades hepáticas. Para corroborar esto, distintas investigaciones realizaron estudios en ratones, encontrando que uno de sus compuestos, los polisacáridos, pueden prevenir el hígado graso causada por el alcohol. También se trabajó con células humanas, dónde este compuesto inhibió la actividad tumoral.
¿Tienen efectos anticancerígeno?
Las bayas de goji tienen altos niveles de antioxidantes, como carotenoides, vitamina C o zeaxantina. Estos cumplen un rol importante a la hora de neutralizar la presencia de los radicales libres en nuestro organismo, moléculas inestables que pueden afectar las estructuras celulares sanas y, entre otras cosas, favorecer la aparición de cáncer.Mejoran las defensas
Al igual que otras bayas, como las fresas, moras y frambuesas, las de goji son ricas en vitaminas A y C, esenciales para reforzar nuestro sistema inmunitario y así, prevenir enfermedades. Además, su rico contenido de antioxidantes no solo inhibe a los radicales libres, sino que mantiene bajo control a la inflamación.
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Control del azúcar en sangre
Tradicionalmente, las bayas de goji se han utilizado para reducir los niveles de azúcar en sangre y así controlar los síntomas de la diabetes. También existe evidencia científica, aunque preliminar, que halló que este fruto tiene efectos hipoglucemiante.
Reducen los niveles de colesterol
El colesterol es una de las principales causas del desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Las bayas de goji, gracias a que contienen compuestos como el betasitosterol, pueden ayudar a reducir sus niveles. A su vez, sus efectos antioxidantes evitan que este se oxide y forme placa, obstruyendo las arterias.
Cómo consumirlas
Es muy sencillo consumir bayas de goji, que, al igual que con cualquier otro fruto seco, puedes incorporarlas a tus batidos, yogures o ensaladas. Incluso puedes usarlas para sumar dulzor en tus comidas. Lo especialistas indican que lo importante es mezclarlas con alimentos complementarios, como avena, arándanos, nueces, rúcula o tomates, para desarrollar una dieta sana y equilibrada.
Precauciones
Aunque pocos, existen casos en que estas bayas pueden interactuar con ciertos medicamentos, específicamente aquellos para la diabetes, la presión arterial o anticoagulantes. También se registraron casos de insomnio y dolores de estómago. Tampoco se recomienda su consumo a mujeres embarazadas o en período de lactancia y a personas que tienen alergia al polen.