Cerebro y sistema nervioso
Las drogas de la inteligencia
Se toman para que la mente rinda más
Por Pan-American Life
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Estudiantes, ejecutivos y empleados de todo el mundo están recurriendo cada vez más al uso de fármacos (que en realidad están diseñados para otros fines) para potenciar su inteligencia y mejorar su rendimiento y concentración. Pero…¿una droga puede volvernos más inteligentes? Conoce la respuesta, los efectos y peligros que implican.
Estudio y potenciadores
Uno de cada 10 adolescentes (de 13 a 17 años) de EE.UU. confesó consumir estimulantes recetados o anfetaminas para mejorar su rendimiento en la escuela, pero la mayoría de los padres no son conscientes de la magnitud del problema, según un estudio reciente. Las llamadas "drogas de estudio" inclyen Adderall, Concerta y Ritalin.El Viagra cerebral
Un gran engaño
Sin embargo, no se ha demostrado que tomar estos medicamentos sirva para que los estudiantes mejoren sus notas, hallaron en un estudio de 2012 los investigadores del Hospital Pediátrico Mott junto a la Universidad de Michigan, y en cambio, “el abuso podría ser muy peligroso”, dijeron los científicos.Más información
Fármacos peligrosos
"Tomar estos medicamentos sin que se los hayan recetado puede llevar al cansancio agudo, a ritmos cardíacos anómalos o incluso a la confusión y la psicosis si los adolescentes se vuelven adictos y luego sufren síndrome de abstinencia", dijo el Dr. Matthew Davis, de la Universidad de Michigan.Más información
Ritalin y Concerta, en boca de todos
En EE. UU., se estima que alrededor del 24% de los adolescentes de escuela secundaria ha abusado de fármacos estimulantes en 2013, y la cifra aumentó un 33% respecto a 2008. El 13% de los adolescentes reconocieron haber consumido al menos una vez Ritalin, Adderall o Concerta (prescriptos para el trastorno de déficit de atención TDAH).Más información
Para rendir más
Los hallazgos provienen de una encuesta realizada Drugfree.org, en conjunto con MetLife Foundation, sobre casi 4,000 adolescentes. Dijeron que lo usaban para rendir más, a pesar de que reconocieron que no se les recetaron a ellos. Y muchos convencieron a sus padres para que les dejen tomar fármacos.Más información