Objetivo: estabilidad

Y es que al hablar de personas tóxicas no nos referimos a una clase de espécimen raro en la sociedad, sino a un perfil que prácticamente se puede encontrar con solo echar un vistazo al compañero de junto. Consciente de esto, Travis Bradberry, autor del libro “Inteligencia emocional 2.0” compartió algunos de sus tips más prácticos para hacer frente a esto.

El error más común

Muchas personas, por amabilidad, suelen prestar parte de su tiempo y atención a una persona que lo único que hará será quejarse durante horas y horas. No obstante, esta muestra de cordialidad lo único que traerá a tu cabeza será un estrés y desesperación innecesario.

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1. Establece límites

Para Bradberry, “existe una delgada línea entre prestar un oído comprensivo y quedar atrapados en su espiral negativo”. Es por esto que para evitar tal situación recomienda marcar bien los límites y distanciarse cuando sea necesario. Una manera de hacerlo es proponiéndole al quejoso que plantee una solución a sus problemas.

¿Cansado de luchar?

“Las personas exitosas saben lo importante que es vivir para luchar día a día, sobre todo, cuando tienen a su alrededor a una persona tóxica”, explica Bradberry. Uno de los mayores retos a los que se podrían enfrentar con ellos es a sostener un sinfín de pleitos en donde los puntos de vista estarán a la defensiva, lo cual no es nada saludable.

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2. No te desgastes

Al final, dejarse llevar por las emociones sin control lo único que provocará es que termines más agotado, y hasta frustrado, al término de tu día. En lugar de eso, Bradberry aconseja “elegir las batallas sabiamente y defender tu posición sólo cuando sea el momento adecuado”.

3. Ubica lo que te molesta

Uno de los mayores peligros de la gente tóxica es que su veneno podría contagiar a cualquiera de forma pandémica, incluso si eres de esas personas que no te dejas atrapar fácilmente por la irritabilidad. Para evitar esto, Bradberry alerta a mantener el ojo agudo para detectar la manera en que tu compañero molesto afecta tus emociones.

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4. Vigila tus emociones

Una manera de realizar este trabajo es manteniendo la calma. Posteriormente, ubica qué situaciones y bajo qué características tu paciencia se puede desbordar. La próxima vez que detectes un escenario como el planteado, te será más fácil enfrentarlo.

5. Reconoce personalidades

Todos llegamos a tener días malos, es normal, pero las personas tóxicas viven todo el año así. Nunca faltará aquella persona que estará siempre enojado con la vida, aquel que dice que todo el mundo está podrido, el que busca atención, el que inventa chismes o el temeroso. Ubicar su personalidad te ayudará a darles un trato más especial.

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Trabajando con hipocresía

Lidiar día a día con alguien que sabes que a tus espaldas habla mal de ti simplemente debería ser motivo para ponerse la soga al cuello. De hecho, la autoestima de muchas personas suele irse a los suelos con este tipo de situaciones y el gozo que existía de alguna manera ya no está.

6. Lucha por tu felicidad

“Cuando tu sentido del placer y la satisfacción se derivan de las opiniones de otras personas, ya no eres el dueño de tu felicidad”, explica Bradburry. Cuando las personas emocionalmente inteligentes se sienten bien acerca de algo que ellos han hecho, no van a dejar que las opiniones de terceros les afecten”, agrega.

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7. Busca soluciones

Por más que te esfuerces, no conseguirás que tu colega deje de ser tan tóxico como te gustaría. Lo único que conseguirás es que esto te arrastre hacia su nivel. En lugar de eso, ¿por qué mejor no te concentras en medidas positivas para poner en práctica a tu vida?

Manos a la obra

Al poner en marcha lo anterior, “esto te hará tener más control en ti mismo y se reducirá la cantidad de estrés que se experimenta al interactuar con estas personas”, añade Bradburry. Está comprobado que el estrés puede causar cambios negativos en el cerebro y por consiguiente, te puede convertir en alguien “tóxico”.

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8. Evita estresarte

Para sustentar lo anterior, una investigación de la Universidad de California reveló, tras analizar el cerebro de varios ratones, que bajo situaciones altamente estresantes, se pueden experimentar de manera más frecuente sensaciones como el miedo o la ansiedad, gracias a algunos cambios que se presentan en el cerebro.

9. Estresantes físicos

Suficiente tienes con convivir todos los días con una persona negativa como para que todavía le agregues a tu vida otro tipo de agentes estresantes. Algunos hábitos, como dedicar poco tiempo al sueño o tomar varias tazas de café al día, podrían convertirse en tu mayor perdición.

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En su lugar

“La privación del sueño incrementa los niveles de la hormona del estrés por si solo, incluso si no existe un factor que sea estresante”, indica Bradburry. En su lugar, mejor ahórrate problemas y tómate el tiempo necesario para descansar, hacer ejercicio, comer sanamente y meditar para estar en armonía.

10. Vive tu vida

Es probable que te encuentres muy cerca de una situación tóxica, en donde incluso puedas plantear soluciones óptimas. En este caso, una perspectiva externa puede ser el salvavidas, pero tampoco intentes ser un héroe y trates de tener el control de una situación que no te pertenece.

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Desarrolla una mente positiva

Esto quiere decir que se tiene que aceptar la realidad de las cosas que no pueden cambiar. Dejar ir los resentimientos, perdonar, inyectar positivismo a tu día y no dejar que pequeñeces terminen por cambiar el rostro en tu cara son algunas de las claves para tener un día más liviano y llevadero. Y tú, ¿qué otro tip agregarías a la lista?