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Mi paciente, una profesora de matemáticas y madre de 3 hijos que ha pasado 30 años de pie frente a una clase, apuntó hacia sus piernas.

¿"Qué quieres decir con 'acéptalo’"? dijo ella, refiriéndose a las prominentes venas en la parte superior de sus pantorrillas. "Me da vergüenza usar pantalones cortos y ni pensar en ir a la playa".

Ella estaba, por supuesto, comentando sobre mi involuntario y desconsiderado consejo.

Sus piernas atestiguaban el hecho que ella tenía un trastorno venoso, el cual puede incluir arañas vasculares (líneas delgadas, de color rojizo-azul en forma de garabatos que se asemejan a una tela de araña) y venas varicosas, esas venas retorcidas, chuecas, azuladas, dilatadas de diferente tamaño, justo bajo la superficie de la piel.

Las venas varicosas principalmente se ven en las piernas, de las rodillas para abajo y también se pueden encontrar en el escroto (varicoceles) y en el ano (hemorroides).

Pueden existir por años sin causar ningún síntoma, aunque un informe reciente en la revista American Medical Association vinculó las venas varicosas a una incidencia mayor de coágulos en las venas profundas, lo que plantea un riesgo de embolia pulmonar (coágulos sanguíneos en los pulmones).

Cómo se desarrollan las venas varicosas

Nuestro sistema venoso es una red extensa de canales, que van de grandes a diminutos y que llevan la sangre con poco oxígeno desde los tejidos del cuerpo y órganos de regreso al corazón y pulmones. La sangre re-oxigenada es entonces llevada a los órganos que lo necesitan a través de nuestro sistema arterial.

Debido a que pasamos mucho tiempo de pie, luchando con la fuerza de la gravedad, las venas en nuestras piernas están equipadas con válvulas que permiten que la sangre fluya hacia arriba en dirección del corazón. Al cerrarlas, estas válvulas evitan el flujo de retorno.

Sin embargo, un estimado de 10 a 30% de la población, determinado por la herencia, por las profesiones que involucran una cantidad de tiempo exorbitante parado o sentado, la edad avanzada, el embarazo, un estilo de vida sedentario, la obesidad y fumar, tener válvulas con mal funcionamiento y que empiezan a permitir el retorno del flujo.

El aumento de la presión de la gravedad dilata las venas y adelgaza sus paredes, especialmente las venas que están justo por debajo de la piel (denominadas superficiales). Esto crea la apariencia característica de las varicosidades superficiales.

Encontrar cómo tratar las venas varicosas

Las venas varicosas son comunes, aproximadamente 20 a 25 millones de personas en este país las tienen. La mayoría son "silenciosas" es decir que aparecen sin ningún síntoma como hinchazón, dolor o pesadez y existen solamente como una ofensa a la vista.

Cuando los síntomas son leves, las maneras comunes de tratarlas son simples. Elevar las piernas a nivel del corazón aproximadamente varias veces al día puede ayudar en la lucha contra la gravedad, pero no siempre es práctico.

También puede parecerte más controlable el usar medias de compresión hasta la rodilla o hacer ejercicios. Las medias disminuyen la distensión de las venas superficiales y ayudan a disminuir el edema o la hinchazón.

El ejercicio, como caminar y los movimientos que incluyen la flexión de los tobillos, ayuda a impulsar la sangre hacia arriba y reduce el flujo de retorno.

Se ha prestado algo de atención al uso de suplementos dietéticos, como el extracto de castaño de indias, para aliviar las venas varicosas. Según UpToDate, una herramienta en línea para médicos, esta puede ayudar con la hinchazón relacionada al flujo de retorno.

Pero, como con todos los suplementos dietéticos vendidos en este país, la supervisión reglamentaria es irregular y lo que dice la etiqueta no es siempre lo que hay en el envase.

¿Pueden las venas varicosas ser graves? 

En algunos casos, el flujo de retorno puede iniciar una cascada devastadora de eventos, resultando en la filtración de líquido con la hinchazón. Con la filtración prolongada, la piel toma un color pardusco. Además, la piel se puede romper, formando úlceras muy dolorosas, superficiales y por lo general con un proceso de curación lento en las piernas que requieren atención de un profesional en el cuidado de heridas.

Cuándo las varices se vuelven más graves, hay varios tratamientos invasivos disponibles. Estos incluyen la escleroterapia (inyección de una solución que cicatriza y cierra la vena), terapia de láser, ablación venosa (la cual cierra la vena utilizando calor) y escisión quirúrgica.

Una paciente feliz

En lo que respecta a la profesora de matemáticas, la referí a un cirujano vascular especialista en escleroterapia. Cuando la vi unos meses más tarde, lo único que quedaba de sus venas varicosas eran 1 o 2 líneas blancuzcas que apenas se notaban.

Ella estaba lista para ponerse un traje de baño y yo aprendí a no menospreciar las necesidades cosméticas de mis pacientes.

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