El consumo de heroína se ha cuadruplicado en los últimos años en los Estados Unidos. Para hacerle frente a esta adicción, el gobierno ideó una iniciativa que combinará las cuestiones legales con las médicas para cambiar el énfasis del tema y pasar del castigo legal al tratamiento de los adictos.
Lo novedoso de esta iniciativa es que pone en un mismo nivel a los agentes de investigación de drogas con los coordinadores de salud pública para trabajar en el rastreo de la ruta de la heroína, la forma en que se la procesa y mezcla con componentes altamente adictivos y los circuitos de distribución de la misma en la calle.
El proyecto experimental fue probado en 15 estados americanos desde New England hasta el área de Washington D.C. durante un año.
Los temas más complicados que actualmente las autoridades policiales y legales deben enfrentar en torno a la investigación son la batalla en contra de la distribución de la heroína y la enorme ignorancia que existe en las personas que deben atender emergencias de este tipo sobre cómo reconocer y manejar una sobredosis.
Por otra parte, esta nueva propuesta también tiene como objetivo entrenar a las personas que reciben a los adictos con sobredosis e intoxicados para que sepan qué deben hacer y cómo administrar la medicación necesaria para revertir los efectos de la sobredosis.
“Nuestro abordaje necesita ser amplio e inclusivo. La parte legal es sólo una parte de lo que realmente tiene que ser una propuesta comprehensiva en salud publica y la seguridad publica”, dijo en un reportaje al Washington Post un oficial de la Casa Blanca que no quiso dar a conocer su identidad.
El consumo de heroína en Estados Unidos aumentó de manera significativa en la última década y lo que es más preocupante, aumentó sobre todo entre personas y grupos sociales que no solían abusar de esa droga.
Según las últimas cifras de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) entre 2002 y 2013 el consumo de esta droga registró un incremento de 63% en grupos que históricamente tenían tasas muy bajas como las mujeres, las personas cobertura de salud y altos niveles de ingresos.
Como consecuencia de ese aumento, en ese período, las muertes por sobredosis de heroína se cuadriplicaron hasta alcanzar 8,257 en 2013. Además, aquellas personas adictas a analgésicos opioides son 40 veces más propensas a usar heroína, ya que es más barata y causa un efecto similar y no requiere de prescripción alguna.
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Hoy en dia, 26 estados han aprobado una legislación preventiva que permite que los oficiales de policía y bomberos rescatistas administren una droga que rápidamente contrarresta los efectos de la heroína, el naoloxone. Las nuevas leyes tambien son muy claras respecto a la forma en que las personas deben pedir ayuda cuando se trata de un adicto con sobredosis sin que eso conduzca a un arresto por su propio consumo.
El gobierno de Barak Obama este año propuso un presupuesto de 133 millones de dólares para combatir el consumo excesivo de medicamentos para el dolor con base de opioides, que son drogas legales altamente adictivas que se sabe que constituyen la puerta de entrada al consumo de heroína.
Los oficiales esperan que la nueva estrategia, si bien cuenta con un presupuesto de sólo 2.5 millones de dólares sea efectiva tanto para reducir los crímenes relacionados con la droga como para bajar el número de casos de sobredosis.
“Hoy en día, si alguien es arrestado con heroína en Vermont, durante meses no llegamos a tener conocimiento de la información sobre cómo la obtuvo para poder seguirle la pista a la red de distribución”, agregó el oficial.
“La heroína está matando gente y muchas veces la salud pública y los oficiales de la policía van en diferentes direcciones. Este programa pretende que trabajen en el mismo sentido”, agregó.
Entre los grupos que enfrentan más riesgo de consumo de heroína se encuentran los hombres blancos de 18 a 25 años, personas que carecen de seguro médico, quienes son recipientes de Medicaid y aquellos que tienen un ingreso anual menor de 20,000 dólares.
Según el estudio de los CDC, la mayoría de las personas que consumen heroína también son adictas a otras sustancias, como la marihuana, la cocaína o el alcohol.
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