Lo que cree sabe popularmente finalmente fue comprobado por la ciencia y a nivel molecular: que el cerebro de los hombres y de las mujeres es muy diferente. Por primera vez, se empieza a pensar que ciertos tratamientos y medicamentos podrían actuar diferente en hombres y en mujeres y afectar la forma en que piensan y aprenden.
Un grupo de científicos de la Universidad del Noroeste realizó un estudio molecular de una región del cerebro relacionada con la memoria, la capacidad de aprendizaje y las respuestas al estrés y a la epilepsia en hombres y mujeres.
El estudio fue liderado por un grupo de neurobiólogos del Weinberg College of Arts y publicado en el Journal de Neurociencia y es el primero en poder determinar en detalle donde los hombres y mujeres difieren en un patrón molecular cerebral.
Lo que los expertos lograron documentar es cómo hombres y mujeres operan en forma diferente ya que muchos de los desórdenes cerebrales varían entre los diferentes sexos pero hasta hora la ciencia no había logrado documentar de qué forma y en qué registros biológicos se producía esa variación.
Lo que los científicos descubrieron es que existe una diferencia biológica intrínseca en lo que se refiere a regulación molecular de la forma en que se produce la sinapsis molecular en la región del cerebro conocida como el hipocampo.
Después de analizar estas variaciones, los expertos lograron establecer un patrón para determinar por qué puede ser que hombres y mujeres se comporten en forma diferente incluso ante el suministro de algunos medicamentos que actúan a nivel celular y afectan la comunicación y la funcionalidad entre las diferentes neuronas.
“La importancia de estudiar las diferencias cerebrales entre los sexos a nivel cerebral tiene mucho que ver con lograr que la biología y la medicina al final resulten fundamentales para entender y explicar el funcionamiento tanto del hombre como de la mujer”, explicó una de las autoras del estudio Catherine Wooleey. “No se trata de poder explicar por qué a los hombres les es más fácil leer un mapa y las mujeres tienden a elegir una profesión u otra”, agregó.
Entre los descubrimientos, los científicos encontraron por ejemplo que una droga conocida como URB-597, la cual regula una molécula importante en la liberación de los neurotransmisores y tiene un efecto determinado en el cerebro de las mujeres pero no en el de los hombres.
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A pesar de que este estudio en particular fue realizado en ratones, lo que es importante, es que la droga mencionada está actualmente siendo analizada en algunos experimentos con humanos y esto quizás debería ser tenido en cuenta.
“Lo que nuestro estudio demuestra es que algunos tipos específicos de diferencias moleculares en los hombres y mujeres pueden ser importantes”, agregó.
“No sabemos si podemos extrapolar a los humanos o no”, advirtió.
Más allá de las particularidades, lo importante, es establecer este patrón de diferencias que se reflejan sobre todo en zonas del cerebro que afectan el pensamiento, la capacidad de aprender, de memorizar, la motivación, el apetito, el dolor y algunos desórdenes neurológicos.
Durante más de 20 años, científicos como Wolley no habían reparado en la importancia de establecer una diferencia en el cerebro de los diferentes sexos, pero la evidencia surgió de experimentos anteriores ya que en el 2012 descubrió que los estrógenos, hormonas femeninas, afectaban la trasmisión sináptica en las neuronas de las ratas femeninas y no en las masculinas.
“Esto puede ayudar mucho a las mujeres, a encontrar tratamientos y diagnósticos e incluso acercarnos a la cura de varias enfermedades tanto en hombres como en mujeres”, agregó.
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