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Podríamos ya crear una nueva palabra: "sexteen", para referirnos a esta práctica tan común entre los adolescentes (teenagers) de enviarse mensajes eróticos y fotos sugestivas a través de sus celulares.

Lo preocupante, es que esto que ya se está volviendo una costumbre, acelereraría el inicio de las relaciones sexuales.

Un reciente estudio halló que los adolescentes que envían y reciben mensajes de texto y fotos sexualmente explícitos son más propensos a ser sexualmente activos que sus compañeros que no lo hacen, lo cual verdaderamente no resulta sorprendente. 

Sin embargo, los nuevos hallazgos sugieren que, en algunos niños, el sexting ocurre primero, como una antesala al sexo real,  informan los investigadores en la reciente edición de la revista Pediatrics. 

El huevo o la gallina

Así se expresó uno de los investigadores al intentar dar una explicación al tema.  "Lo que no ha estado claro es la cuestión de la gallina y el huevo", dijo Jeff Temple, profesor de la Universidad de Texas, líder de la investigación.

Es decir, si los jóvenes que están más cerca de tener relaciones comienzan por el sexting o de si esta práctica genera una mayor curiosidad y disposición al sexo real.

Temple y su equipo entrevistaron a unos 1042 estudiantes de escuela secundaria de Texas, la mayoría en el décimo año y un 28% admitió haber enviado por texto o correo electrónica una fotografía con su imagen desnuda. Luego, les dieron seguimiento y llegaron a la conclusión que los que practicaban el "sexting" tenían un tercio más de posibilidades de tener sexo real al año de haberlo hecho.

"Esto probablemente va a disparar algunas alarmas", expresó Temple.

Sacarles o no el celular

¿Este resultado significa esto que los padres deberían quitarles el teléfono a sus hijos? No, responde el investigador. "El sexting es solo uno de muchos factores que se relacionan con la actividad sexual en los adolescentes", afirmó. "Simplemente quitarles el teléfono no hará nada por evitar que los niños mantengan relaciones sexuales". 

Según los expertos,  en lugar de prohibir el teléfono, se debe intentar hablar con el adolescente sobre el sexo, y sobre las relaciones sexuales en general. 

"Debemos hacer más por enseñar a los niños a tener unas relaciones románticas sanas", agregó Temple. 

Hay muchos factores más en las vidas de los adolescentes que pueden llevarlos a tener relaciones sexuales. No sólo puede relacionarse este tema con tener un celular, o salir con sus amigos.

 Si encuentras a tu  hijo adolescente hace sexting, es un buen indicador de que debe tener una conversación sobre las relaciones y el sexo seguro, dicen los expertos.

Sexting y tragedias

Hay quienes aseguran que el "sexting" es muy peligroso y que ha provocado tragedias en Estados Unidos, particularmente entre los adolescentes.

Un caso resonado fue el de Jessica Logan, se ahorcó a los 18 años en 2008 después de que una foto de ella desnuda fuera enviada por su ex novio a cientos de adolescentes de institutos del estado de Cincinnati. Otro caso similar fue el de Hope Sitwell, de 13 años, quien también se ahorcó por razones similares un año después.

En el 2010, Tyler Clementi, un joven homosexual de 18 años, se tiró de un puente en Nueva York después de que un compañero hiciera circular un video en el que se lo veía teniendo relaciones sexuales.

Hablar y observar

El "sexting" es una buena oportunidad para hablar con los hijos del sexo y de las relaciones de pareja en general.

La Asociación Americana de Pediatría tiene varias publicaciones al respecto y entre otras cosas recomienda: Si tu hijo está de novio o novia o le gusta algún chico y es probable que esté pensando en tener sexo, es importante que veas si la relación que tiene es sana, que esté al tanto de los peligros de un embarazo no deseado, de infecciones, que los dos se respetan mutuamente, que les gusta hacer cosas juntos, pero ninguno de los dos se siente obligado a hacer algo que no quiere. 

Otro signo a tener en cuenta, dicen los expertos de la APA es que veas como manejan sus desacuerdos, si ambos pueden decir lo que sienten, si hablan hasta que resuelven las cosas y después hacen lo que ambos han planeado, si los dos hacen cosas juntos y por separado también y si disfrutan de la compañía mutua y están contentos cuando están juntos.

Entre los signos de una relación enfermiza,  están la falta de respeto, el presionarte para hacer cosas que no quieres (entre ellas sexuales), si te sientes controlados o afixiado, si sientes que no puedes ser tú mismo o si tu pareja te culpa de sus problemas.

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