Están rompiendo con el estereotipo de los abuelos y abuelas que sólo disfrutan cuando los visitan sus nietos. Los "seniors" de hoy tienen una vida sexual activa pero, con un problema: son menos conscientes de las enfermedades que pueden contraer, no tienen cultura de protegerse, y les da vergüenza hablar de su sexualidad con el doctor, lo que abre la puerta a graves contagios.
Puntos Clave
- Las enfermedades de transmisión sexual aumentaron de manera drástica entre los "seniors".
- Entre 2007 y 2011 los casos de clamidia aumentaron del 31 al 52% en mayores de 65.
- Dicen que los médicos deben hablarles sobre el uso del condón.
Sí, los adultos mayores tienen sexo. Y lo practican con frecuencia, contra toda creencia popular. Pero los abuelos no se criaron en un mundo en donde era necesario usar condón, y ahora en el otoño sexual de sus vidas... siguen sin usarlo demasiado. Según la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Conducta de 2010, sólo el 6% de los mayores de 61 años usa preservativo.
Muchos "seniors" vuelven a tener citas y a conocer potenciales parejas tras divorciarse o enviudar, pero lo hacen sin un condón en la billetera o en la cartera. Y el resultado está alterando drásticamente los números de salud pública: entre 2007 y 2011, las infecciones por clamidia aumentaron del 31% al 52% en en personas de 65 años o más.
Estas cifras son similares a las del grupo poblacional de entre 20 y 24 años. Y están impactando tanto en hombres como en mujeres mayores.
El doctor Bradley Stoner, presidente de la American Sexually Transmitted Diseases Association y profesor asociado de Antropología y Enfermedades Infecciosas en la Universidad Washington en Saint Louis, Missouri, habló con HolaDoctor sobre esta alerta de salud pública y en lo primero que enfatizó fue en la "falta de percepción de riesgo" de los abuelos.
"A diferencia de los jóvenes de hoy, esta generación creció sin usar condón y por eso no sienten que están en riesgo de contraer ninguna enfermedad", explicó Stoner. "Además, al no existir, en muchos casos, un riesgo de embarazo, la actitud es todavía más relajada".
Las enfermedades de transmisión sexual que se están diagnosticando con más frecuencia son clamidia y gonorrea; pero también el VIH está diseminándose en esta población.
Para Stoner es esencial educar a los abuelos y abuelas, pero también a los médicos. "Los adultos mayores van al doctor para hablar del colesterol, de la diabetes, no se sienten cómodos preguntando sobre sexualidad. Por eso, son los profesionales de salud los que tienen que dar el primer paso y preguntarles sobre la vida sexual".
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Stoner está a favor de incluso otorgar bonos a médicos que fomenten la prevención, y que obtengan resultados, entre sus pacientes mayores.
Y el experto tampoco descarta que se puedan fomentar las pruebas para enfermedades de transmisión sexual en adultos mayores, como parte de los chequeos de rutina.
En definitiva, que el mensaje de prevención no se limite a los jóvenes y logre llegar a personas de todas las edades.
Un área aún no estudiada, pero que Stoner asegura que puede ser un problema, es la interacción de las medicinas que naturalmente toman muchos "seniors" para condiciones propias de la edad, con medicamentos para tratar enfermedades de transmisión sexual como, por ejemplos, los antirretrovirales que se usan para la la infección por VIH.
Y, otra pregunta del millón: ¿Podrá el Medicare, bajo la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, sostener la batería farmacológica necesaria para combatir las enfermedades de transmisión sexual en "seniors"?.
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