Los trastornos de ansiedad son de las afecciones de salud mental más comunes. Su alta prevalencia hace que la ansiedad sea una carga de salud pública que afecta a las sociedades a todo nivel, no solo en la atención médica sino también en el económico, ya que lidera las causas de discapacidad.
En Latinoamérica, más del 2% de la población adulta la padece, la segunda en número de casos luego de la depresión, con la que, de hecho, está interconectada.
Solo en los Estados Unidos, unos 40 millones de adultos de 18 años en adelante viven con ansiedad, y aunque es altamente tratable, solo alrededor de un 36% recibe tratamiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que a nivel global 301 millones de personas tienen ansiedad, incluyendo 58 millones de niños.
Uno de los grupos poblaciones con un alto grado de ansiedad son los adultos mayores. Aunque muchas veces los síntomas se confunden como algo "propio de la edad", por lo que el diagnóstico y el acceso al tratamiento son elusivos.
Estos trastornos se desarrollan por un complejo set de factores de riesgo, entre ellos:
- La genética
- La química cerebral
- La personalidad
- Y eventos de la vida que los puedan desencadenar
Aunque hay tratamientos tradicionales que se han estado utilizando durante varios años para tratar la ansiedad (ver más abajo), actualmente hay en curso investigaciones de los que serían los potenciales integrantes de una nueva generación de fármacos. Algunos de estos estudios son:
SRX246
Esta molécula es un antagonista de la vasopresina, que redujo los niveles de ansiedad en un modelo experimental en seres humanos. Se considera una candidata prometedora no solo para la ansiedad sino también para el trastorno por estrés post traumático, y los trastornos de ira.
MM-120
La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó las pruebas con esta medicación de fase 2, que se completarán en agosto de 2023. Se trata de una formulación de LSD de uso terapéutico que demostró ser eficaz para tratar los síntomas de la ansiedad. El interés en el LSD para el tratamientos de afecciones psicológicas data de 1950, pero en estos años ha habido un renovado interés en esta particular droga.
Aloradine
Se trata de un aerosol nasal para el tratamiento del trastorno de ansiedad social. Las pruebas realizadas en mujeres incluyeron una prueba en la que tuvieron que hablar en público.
Estos medicamentos tendrían menos efectos secundarios y menos interacciones con otros fármacos.
GB18
Algunos científicos creen que el ingrediente activo esencial para tratar la ansiedad se podría encontrar en un árbol llamado Galbulimima belgraveana que solo se encuentra en Nueva Guinea y en Australia. Los indígenas locales han utilizado los troncos y las hojas de este árbol en su medicina tradicional por siglos.
Ahora, científicos del Scripps Research Institute han aislado 40 químicos únicos de este árbol. Uno de ellos es el GB18, el que están estudiando como un posible activo para el tratamiento de la ansiedad.
Las distintas formas de la ansiedad
A veces, la ansiedad puede ser parte de un momento de la vida. Se puede sentir ansiedad cuando se avecina un examen, al momento de casarse, frente a un problema en el trabajo o con la familia.
Este tipo de ansiedad puede definirse como un momento de nervios, y se supera una vez que se resuelve el conflicto.
Sin embargo, si la ansiedad se convierte en una constante, que afecta seriamente la vida familiar, las relaciones y el trabajo o las tareas cotidianas, puede tratarse de un desorden de ansiedad, que es una afección bien distinta.
La Asociación Americana de Psicología (APA) explica que el término desorden de ansiedad es un paraguas bajo el cual se encuentran distintos tipos de trastornos. Entre ellos:
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Agorafobia. Miedo a los espacios abiertos, encuentro sociales al aire libre, en los que la persona se siente insegura y vergonzosa. Por eso, busca evitar esos lugares, y en su forma extrema, la fobia le impide salir de su hogar.
Ansiedad generalizada. Se presenta cuando la persona simplemente teme a todo y a cada situación de vida, incluso pequeñas actividades como ir al supermercado, le genera ansiedad. Este tipo de desorden de ansiedad suele venir acompañado con depresión.
Ansiedad por condición médica. Ocurre cuando la persona siente una intensa sensación de ansiedad a causa de un diagnóstico médico. Esta reacción psicológica puede no estar asociada sólo a una enfermedad grave como la noticia sobre un cáncer, sino a una afección menor.
Desorden de pánico. Se trata de episodios súbitos de pánico en los cuales la persona pierde el control de sí misma. Le cuesta respirar y presenta un miedo incontrolable. Genera efectos físicos inmediatos: dificultad para respirar y taquicardia, y ganas de vomitar, entre otros.
Fobia social (o trastorno de ansiedad social). La persona no tolera estar en ningún tipo de situación social, especialmente las que convocan a muchas personas. Teme ser observada, juzgada o ser objeto de burlas.
Desorden de ansiedad por separación. Se presenta en niños, que suelen sentir niveles excesivos de ansiedad cuando se deben alejar de sus padres para actividades cotidianas, como ir a la escuela.
Ansiedad por adicción. Ocurre en personas que sufren adicción a drogas. La ausencia de la droga, por ejemplo durante la rehabilitación, genera el síndrome de abstinencia que causa ansiedad.
Fobias específicas. Por ejemplo, el miedo a volar, a las alturas, a animales determinados como arañas, serpientes, e incluso perros, a la sangre, a las inyecciones.
Tratamiento tradicional de la ansiedad
La medicación y la terapia generalmente se combinan para tratar este tipo de trastornos.
La terapia conversacional es un buen paso para las personas que presentan un diagnóstico de desorden de ansiedad. También la terapia cognitiva, que enseña al paciente recursos y formas de redireccionar la ansiedad, y tenerla bajo control.
Esta terapia también ayuda al paciente a desarrollar y practicar habilidades sociales, un paso esencial para que la vida vuelva a tomar su curso normal.
La medicación no cura los desórdenes de ansiedad, pero si ayuda a mejorar los síntomas. Las siguientes son las tres familias de drogas que se utilizan para tratar la ansiedad:
Medicamentos anti ansiedad. Ayudan a reducir los síntomas de ansiedad, ataques de pánico, y los miedos incontrolables vinculados a la ansiedad. Los más populares que alcanzan estos objetivos son las benzodiacepinas.
Uno de los problemas con este tipo de medicamentos es que las personas que los consumen pueden desarrollar tolerancia a lo largo del tiempo, lo que obliga a usar dosis más altas. Esto puede generar dependencia. Para prevenir este efecto indeseado, se suelen recetarlos por cortos períodos de tiempo.
Antidepresivos. Estos medicamentos también pueden ayudar a tratar la ansiedad. Se ha comprobado que tienen la capacidad de controlar ciertas reacciones químicas cerebrales vinculadas al estrés y a los cambios de humor.
Betabloqueantes. El principal uso de esta familia de medicamentos es el tratamiento de la hipertensión. Pero también son eficaces para tratar los síntomas de las crisis de ansiedad, como las palpitaciones, los temblores y un síntoma que detestan las personas que sufren de ansiedad: ponerse extremadamente coloradas.
El tratamiento de desórdenes de ansiedad debe realizarse bajo el estricto control de un médico especializado.
Además de la terapia médica y psicológica, expertos aconsejan un eficaz manejo del estrés y unirse a grupos de apoyo. Aseguran que escuchar las experiencias de pares ayuda a mejorar el cuadro clínico y psicológico.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.
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