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Un nuevo estudio publicado en la revista Pediatrics de la Academia Americana de Pediatría revela que la frecuencia de los casos notificados a los centros de toxicología en Estados Unidos de errores terapéuticos pediátricos extra hospitalarios relacionados con el uso inadecuado de medicamentos para tratar el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) aumentó en casi un 300% durante el período del estudio, que abarcó 22 años. 

Aunque parte de este aumento puede atribuirse a una mayor prescripción de estos medicamentos, el estudio alerta sobre la necesidad de que existan más estrategias de prevención, ya que estos errores son prevenibles. 

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se encuentra entre las afecciones del desarrollo neurológico más comunes. Las estimaciones mundiales de prevalencia del TDAH oscilan entre el 8% y el 10% en niños y adolescentes, y del 2,5% al 4% en adultos. Aproximadamente un tercio del TDAH infantil persiste hasta la edad adulta, por lo que este trastorno representa un problema crítico de salud mental.

En 2019, se estimaba que el 9,4% de los niños estadounidenses tuvieron un diagnóstico de TDAH. A cerca de 3,3 millones de niños, o aproximadamente 5 de cada 100, se les recetan medicamentos para este trastorno.

El Sistema Nacional de Datos sobre Toxicología de Estados Unidos (NPDS, por sus siglas en inglés) define al error terapéutico como una “desviación involuntaria de un régimen terapéutico adecuado que resulta en una dosis incorrecta, una vía de administración incorrecta, la administración a la persona equivocada o la administración de la sustancia incorrecta”.

Desde 2000 hasta 2021, se notificaron 87.691 exposiciones a errores terapéuticos que involucraron medicamentos para el TDAH como la sustancia número uno, entre jóvenes menores de 20 años. En 2021 se informaron 5.235 errores terapéuticos. El grupo de edad de 6 a 12 años representó dos tercios (66,6%) de las exposiciones, y aproximadamente tres cuartos (76,4%) de las exposiciones fueron varones. 

La mayoría de las exposiciones (92,9%) ocurrieron en residencias particulares, mientras que el 5,5% ocurrieron en la escuela y el 1,6% en otro lugar (área pública, lugar de trabajo o restaurante).

El 4,2% (3.561) de las exposiciones se asociaron con un resultado médico grave; sin embargo, la mayoría fueron casos de efectos moderados (3479, 4,1%) y solo 82 (0,1%) tuvieron efectos más severos. No se informaron muertes. 

En el nuevo estudio, la mayoría de los errores terapéuticos fueron atribuibles a "tomar o administrar medicamentos dos veces sin darse cuenta", seguido de "tomar o administrar medicamentos a otra persona sin darse cuenta". 

Entre las estrategias que propone el estudio para prevenir y/o reducir la incidencia de estos errores están: 

• La educación del paciente y del cuidador sobre cómo mantener un registro de cuándo se toman los medicamentos o el uso de organizadores de píldoras a prueba de niños.
• Colocar las píldoras en envases de dosis unitarias, como blísteres, que pueden ayudar a recordar si un medicamento ya se ha tomado o administrado. Y reduce el riesgo de aumentar involuntariamente la dosis.
• El desarrollo de mejores sistemas de seguimiento y dispensación de medicamentos a prueba de niños. 

Aunque los esfuerzos de prevención deben centrarse en el hogar (donde ocurrieron aproximadamente el 93% de las exposiciones), según revela el estudio, se debe prestar atención adicional a las escuelas y otros entornos en donde los niños y adolescentes pasan tiempo y también reciben medicamentos. Los investigadores apuntan que, conjuntamente, deben continuar los esfuerzos para aumentar la conciencia entre los profesionales de salud sobre la prevención de estos errores terapéuticos.

Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.