¿Te desvelas a menudo? Si bien hay quienes piensan que más o menos horas de sueño es un tema de prioridades personales; lo cierto es que dormir bien no es un asunto trivial. De acuerdo con un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la falta de sueño aumentaría al doble el riesgo de sufrir un ataque al corazón y hasta cuatro veces el de un accidente cerebrovascular.
En la investigación presentada en la EuroHeartCare 2015, la reunión anual de la Sociedad Europea de Cardiología, que se celebra en Dubrovnik, Croacia, por el profesor de cardiología, Valery Gafarov de la Academia Rusa de Ciencias Médicas en Novosibirsk, Rusia, se analizó la relación entre los trastornos del sueño y el riesgo de desarrollar un ataque al corazón o un derrame cerebral en el largo plazo.
Las enfermedades cardiovasculares (conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos), de acuerdo con cifras de la OMS, causan el fallecimiento de más de 17 millones de personas en el mundo cada año y son responsables de la mitad de las muertes que ocurren en los Estados Unidos.
El trabajo, fue parte del programa de la OMS "MONICA" (Vigilancia Multinacional de las tendencias y los factores determinantes en la enfermedad cardiovascular) y el subestudio "MONICA-psicosocial".
En el análisis se incluyó una muestra representativa de 657 hombres de 25 a 64 años sin antecedentes de infarto, accidente cerebrovascular o diabetes. Al inicio del estudio (1994) se evaluó la calidad del sueño de acuerdo con la Escala de Trastornos del Sueño de Jenkins y se dio un seguimiento de 14 años.
Durante el periodo de estudio, casi dos tercios (63%) de los participantes que tuvieron un ataque al corazón también presentaron un trastorno del sueño. Los trastornos del sueño estaban estrechamente asociados con estados emocionales negativos como la ansiedad, depresión, hostilidad o el agotamiento vital.
Los resultados revelaron que los hombres con un trastorno del sueño tenían un riesgo de infarto entre 2 y 2.6 veces más alto y un riesgo de accidente cerebrovascular de 1.5 a 4 veces mayor, en comparación con quienes no tenían un trastorno del sueño.
"El sueño no es un asunto trivial. En nuestro estudio se asoció con el doble de riesgo de un ataque al corazón y hasta cuatro veces el riesgo de accidente cerebrovascular. La falta de sueño debe considerarse un factor de riesgo modificable para la enfermedad cardiovascular, junto con el tabaquismo, la falta de ejercicio y la mala alimentación. Las directrices deberían añadir el sueño como un factor de riesgo con recomendaciones para la prevención de la enfermedad cardiovascular", destacó Valery Gafarov en información difundida por la Sociedad Europea de Cardiología.
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"Para la mayoría de la gente, la buena calidad del sueño es de 7 a 8 horas de descanso cada noche. Las personas que no duermen bien deben hablar con su médico. Nuestra investigación anterior mostró que los trastornos del sueño están muy estrechamente relacionados con la depresión, la ansiedad y la hostilidad, por lo que hablar con un psicólogo también puede ayudar ", añadió Gafarov.
Cifras de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) refieren que aproximadamente entre 50 y 70 millones de adultos en Estados Unidos tienen trastornos del sueño o insomnio y 8.7 millones toman regularmente medicación para dormir. Además, más del 25% de los adultos estadounidenses cree que no duerme lo suficiente al menos 15 de cada 30 días. Entre los trastornos del sueño más comunes se encuentran el insomnio, la apnea del sueño, el síndrome de las piernas inquietas y la narcolepsia.
De acuerdo con las recomendaciones revisadas este año por la Fundación Nacional del Sueño (NSF, por sus siglas en inglés) sobre la duración ideal del sueño por edad, un recién nacido (0 a 3 meses) necesita entre14 y 17 horas por día, los bebés (4 a 11 meses) entre 12 y 15 horas, niños pequeños (1 a 2 años) de 11 a 14 horas, preescolares (3 a 5 años) 10 a 13 horas, niños en edad escolar (6 a 13 años) de 9 a 11 horas, los adolescentes (14 a 17 años) 8 a 10 horas, adultos (18 a 64 años) de 7 a 9 horas y adultos mayores (65 años o más) entre 7 y 8 horas.
Estos consejos de la NSF te podrían ayudar a mejorar la calidad de tu sueño:
- Acostarte a la misma hora cada noche y levantarte a la misma hora cada mañana.
- Una actividad física moderada puede ayudar a promover el sueño, pero debe evitarse el ejercicio enérgico algunas horas antes de irse a la cama.
- Evitar comidas excesivas antes de acostarse.
- Evitar la cafeína y el alcohol cerca de la hora de dormir.
- Evitar la nicotina.
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