Todo indica que este verano podría estar entre los más calurosos de la historia. Protegerse de las altas temperaturas es necesario, más aún después de la advertencia que ha hecho la Asociación Americana del Corazón (AHA, por su sigla en inglés): en los días más calientes se incrementa el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.
En el norte de Europa (incluidos los países nórdicos), Australia, Japón, Canadá y Estados Unidos se han emitido alertas por olas de calor que han alcanzado registros históricos dejando cientos de víctimas y fallecidos -solo en Quebec, Canadá, murieron más de 70 personas-. Y se espera que las altas temperaturas sigan en aumento.
La deshidratación, que es uno de los primeros efectos negativos del calor en la salud, hace que el corazón funcione más fuerte y esto, de acuerdo a la AHA, es peligroso. Las personas deben tratar de protegerse y mantenerse hidratadas para ayudar al corazón a bombear sangre más fácilmente por los vasos sanguíneos y a los músculos.
La AHA basa su advertencia en un análisis de fallecimientos vinculados al calor emitido por Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés) en 2016. Dice el informe que el calor extremo contribuye a muchas más muertes de las que sugerían los certificados de defunción y que esto ocurre "porque el estrés de un día caluroso puede aumentar la posibilidad de morir por un infarto y otras condiciones y enfermedades respiratorias, como la pulmonía”.
La deshidratación puede empezar rápidamente, sin que la persona se dé cuenta, después de estar expuesta al calor por pocas horas; por eso es importante tomar más líquidos de lo usual. La fatiga, los dolores de cabeza, los calambres musculares, los mareos, la somnolencia y la resequedad en la boca pueden ser señales de falta de líquidos.
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Aunque los niños, personas de la tercera edad y pacientes con ciertas enfermedades son los grupos más vulnerables a los problemas de salud vinculados al calor, la AHA recomienda que todos deben prestar atención a las señales de deshidratación y protegerse del calor. Un estudio reciente de la Universidad de Harvard mostró que el calor también puede afectar significativamente a las personas jóvenes y sanas.
El agotamiento por exposición al calor y la insolación son emergencias médicas graves que requieren tratamiento y pueden causar dolores de cabeza, náuseas, vómitos, fiebre alta, confusión y pérdida del conocimiento. De acuerdo a reportes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la EPA, las temperaturas altas atípicas han sido más comunes en décadas recientes y se espera que las olas de calor cada vez sean más largas, más frecuentes y más intensas.
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