AUSTIN, Texas. — David Hamilton, estrella del béisbol de la Universidad de Texas (UT), pasó por un bache cuando iba en un scooter o patineta eléctrica: se desgarró el tendón de Aquiles y necesitó cirugía. Se perderá la temporada. Cristal Glangchai, CEO de una organización sin fines de lucro, montaba su patineta cuando una piedra hizo que cayera sobre el asfalto, a pocas cuadras de su casa.
“Perdí el control y terminé con una conmoción cerebral y una costilla rota”, dijo Glangchai, de 41 años y madre de cuatro hijos.
Y la primera muerte relacionada con uno de estas patinetas eléctricas en Austin ocurrió el primer fin de semana de febrero. La policía identificó al motorista como Mark Sands, un estudiante de la UT de 21 años, de Irlanda. Sands murió el sábado, 2 de febrero, un día después de sufrir lesiones graves cuando el scooter que manejaba chocó contra un auto.
Hay unos 14,000 patinetas eléctricas o motorizadas en las calles de Austin, en cuyas 326 millas cuadradas viven casi un millón de personas.
Eso la convierte en una de las ciudades con la mayor proporción de patinetas eléctricas por ciudadano del país, aunque estos vehículos eléctricos también se están multiplicando rápidamente en las calles y aceras de Atlanta, San Diego, Nashville y Washington. Por lo menos 1.200 más están listas para circular en Austin cuando los operadores, que ya cuentan con licencia, las desplieguen. En estos momentos hay diez compañías con licencia.
Los funcionarios de la ciudad de Austin, preocupados por las lesiones tanto de los usuarios como de los peatones, pidieron a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) que investigaran los accidentes. El primer estudio de los CDC sobre scooters también analizará medidas de prevención de accidentes.
“Nos hemos vuelto paranoicos”, dijo Forrest Preece, ejecutivo publicitario jubilado que vive en un condominio en el centro de la ciudad y lleva una vida en gran medida peatonal.
“Tengo 72 años y mi esposa tiene 70. Sería fácil derribarnos”, comentó. “De hecho, mi esposa encontró en internet un pequeño espejo que se lleva en la muñeca, para poder mirar lo que se te acerca por la espalda, sin tener que darte vuelta constantemente. Ahora caminamos en fila para ver lo que hay detrás de nosotros a través de ese espejo”.
Estas patinetas eléctricas están por todas partes, circulando a toda velocidad o esparcidas por las aceras, y es probable que abrumen a los peatones esta primavera cuando se espera en Austin una avalancha de visitantes, que son usuarios de estos vehículos, durante la SXSW Conference & Festivals, del 8 al 17 de marzo. El año pasado, el SXSW atrajo a 432.500 personas.
El estudio sobre scooters se inició en diciembre cuando tres epidemiólogos de los CDC pasaron dos semanas en Austin revisando incidentes y lesiones relacionadas con estos vehículos durante un período de 60 días, de septiembre a noviembre. Comenzaron a contactar a las 258 personas identificadas a través de llamadas de emergencia, o que visitaron las salas de urgencias con una lesión relacionada con una patineta.
Los hallazgos de este estudio probablemente se publiquen en marzo y podrían tener efectos de gran alcance a medida que las ciudades de todo el país se enfrenten a los informes sobre lesiones causadas por estos vehículos.
“No sabemos si hay algo único en Austin o en la población de allí que pueda ser diferente de otras partes de Estados Unidos o del mundo”, señaló Eric Pevzner, jefe del Epidemic Intelligence Service de los CDC con sede en Atlanta, que está llevando a cabo la investigación. “La tasa de lesiones en Austin puede ser consistente con lo que se está notando en otros lugares, o puede ser mucho más alta”.
Adultos sin casco
Estas patinetas motorizadas, veloces y coloridas, que se alquilan con una aplicación para teléfonos inteligentes y se dejan en casi cualquier lugar, son difíciles de resistir. Empresas como Bird, Bolt, Lime, Scoot, Skip and Spin, entre otras, las promocionan como alternativas de transporte y de bajo costo para distancias cortas, especialmente en las ciudades. Ni Bird ni Lime respondieron a múltiples solicitudes de entrevistas.
Toda la información sobre lesiones relacionadas con los scooters la recopila el National Electronic Injury Surveillance System (NEISS) que forma parte de la Consumer Product Safety Commission, pero estos reportes incluyen a los monopatines comunes y las aerotablas (en donde la persona mantiene un balance en dos ruedas), que representan la mayor parte de las lesiones según los datos más recientes de 2017, mucho antes de la proliferación de las patinetas eléctricas.
El estudio de Austin ayudará a desarrollar las bases para la comparación. Hasta ahora, el primer estudio publicado que examina las lesiones producidas por el uso de scooters vio la luz, en enero, en JAMA Network Open. En este trabajo, investigadores de la UCLA estudiaron a 249 pacientes (228 motoristas y 21 peatones) tratados en dos salas de emergencia durante un año.
Los traumatismos craneales y las fracturas fueron los diagnósticos más frecuentes. Entre los motoristas, el 80% resultó herido en una caída, el 11% chocó con un objeto y casi el 9% fue golpeado por un vehículo u objeto en movimiento. Para casi el 5% de los pacientes, la intoxicación fue un factor. Sólo el 4% de los usuarios llevaban casco.
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Estos hallazgos no sorprenden a los médicos.
“Estamos viendo de cinco a seis lesiones menos graves por semana, casi una al día: fracturas de manos y brazos, huesos rotos y lesiones faciales, como rasguños, golpes y fracturas”, señaló el doctor Oscar Guillamondegui, director médico de trauma de la UCI del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville.
“Aproximadamente una o dos lesiones cerebrales traumáticas serias al mes llegan al centro de trauma. La razón es simple. ¿Quién lleva casco? Nadie. Nadie los usa porque nadie los usa”.
Autos y scooters, pésima combinación
En Atlanta, el número de lesiones por mes ha aumentado de unas 30 a unas 100, dijo el doctor Hany Atallah, jefe de medicina de emergencia del Sistema de Salud Grady, que incluye el Grady Memorial Hospital, el hospital más grande de Georgia.
“Me preocupa que la gente esté montando estas cosas sin cascos y en carreteras con mucho tráfico”, dijo Atallah. “A diferencia de las motocicletas, estas ruedas son demasiado pequeñas y golpear un bache puede hacer que el motorista salga despedido”.
Las ciudades están tratando de equilibrar el uso de scooters con la seguridad de los usuarios que viajan en medio de los automovilistas y los peatones. Hay muchos reportes de peatones que tropiezan o se caen encima de estas patinetas estacionadas en las aceras, o que se golpean contra scooters en movimiento.
El año pasado hubo muertes relacionadas con estos vehículos en Dallas, Washington, D.C., Chula Vista, en California, y Cleveland. Algunas ciudades han introducido regulaciones para prohibirlos, otras regulan el número permitido en las calles y dónde pueden estacionar o utilizarse. En Fort Lauderdale, Florida, la Comisión de la Ciudad planea evaluar su programa de permisos de movilidad compartida, así como establecer medidas para mejorar la seguridad, dijo la vocera Dayana Díaz.
Las autoridades de Portland, en Oregon, decidieron en enero llevar a cabo un segundo programa piloto de patinetas eléctricas esta primavera, para estudiar el impacto de los “e-scooter” en la ciudad. El programa durará un año, después del estudio realizado entre julio y noviembre en el que se reveló que 176 personas fueron a las salas de emergencia por lesiones relacionadas con el uso de estos vehículos. De ellos, el 84% se había caído de una patineta y el 90% de los usuarios no llevaban casco.
A medida que las patinetas eléctricas se multiplican en todo el país y en el mundo, una encuesta de 7.000 personas en 11 ciudades de los Estados Unidos realizada por la plataforma de datos Populus, con sede en San Francisco, reveló que el 70% de los encuestados tenía una visión positiva de los scooters. Atlanta ocupó el primer lugar, con el 79% de sus residentes en la categoría positiva. Austin quedó en segundo lugar, con un 76%.
El estudio de los CDC en Austin calculará las lesiones por número de patinetas usadas y por milla recorrida. En sus entrevistas con los heridos, los investigadores preguntarán sobre las condiciones de las vías urbanas, los tipos de calles, el clima, el uso del casco y los comportamientos, incluyendo el consumo de alcohol mientras se los usa.
Mientras se desarrolla el estudio, el Departamento de Transporte de Austin anunció una “pausa” en la emisión de nuevas licencias a los operadores de movilidad compartida, para evaluar el nivel de demanda de los que ya tienen licencia, y para garantizar la seguridad. La ciudad también está revisando sus normativas actuales y espera revisar la ordenanza del motociclista esta primavera.
Además, con el comienzo de un nuevo semestre en UT-Austin, los funcionarios de la universidad anunciaron nuevas reglas y multas para el uso de patinetas eléctricas, e indicaron que habrá más cambios, incluyendo la reducción de los límites de velocidad de los scooters que circulan en el campus, de 15 mph a 8 mph.
Glangchai, la CEO que sufrió el accidente, dijo que ahora “siempre usará casco y será más prudente” cuando vuelva a montar después de una convalecencia de seis semanas.
“Los scooters empoderan a las personas. Parece tan fácil subirse y apretar un botón para moverse”, comentó Glangchai. “Parece que es fácil tomar más riesgos en patineta. Son geniales porque te mueves rápido, pero a la gente le resulta demasiado fácil montarse y marchar a toda velocidad”.
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