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La deshidratación se presenta más en el verano, y ocurre cuando el cuerpo pierde más líquido del que ingiere. Cuando se reduce el contenido normal de agua, se altera el equilibrio de minerales (sales y azúcar), lo que afecta el funcionamiento normal del organismo.

El agua constituye más de dos tercios del cuerpo humano sano. Lubrica las articulaciones y los ojos, ayuda a la digestión, elimina los desechos y las toxinas y mantiene la piel sana. Que falte es un verdadero problema, pero hay muchas cosas que se pueden hacer para prevenir la deshidratación.

Algunas de las primeras señales de advertencia de deshidratación incluyen:

• sentirse sediento y mareado
• sentir la boca seca
• sentir cansancio
• tener orina de color oscuro y olor fuerte
• orinar con menos frecuencia de lo habitual

Los bebés pueden deshidratarse con frecuencia con las temperaturas altas, y hay que estar atento porque ellos no pueden pedir agua o decir que están sedientos. Algunos signos son:

• tienen un punto blando hundido (fontanela) en la cabeza
• tienen pocas o ninguna lágrima cuando lloran
• tienen menos pañales mojados
• están somnolientos

El cuerpo se ve afectado incluso cuando pierde una pequeña cantidad de líquido.

¿Qué causa la deshidratación?

La deshidratación generalmente ocurre por no beber suficiente líquido para reemplazar lo que perdemos. El clima, la cantidad de ejercicio físico que haces (especialmente cuando hace calor) y tu dieta pueden contribuir a la deshidratación.

También una persona puede deshidratarse como resultado de una enfermedad, como vómitos y diarrea persistentes, o sudoración a causa de la fiebre.

Las personas mayores también están en más de deshidratación.

Cómo prevenir la deshidratación

Si estás deshidratado, bebe mucho líquido, como agua o jugo de frutas. Estos son mucho más efectivos que grandes cantidades de té o café. Las bebidas gaseosas pueden contener más azúcar de la que necesitas y pueden ser más difíciles de tomar en grandes cantidades.

A los bebés y niños pequeños que están deshidratados no se les debe dar grandes cantidades de agua como principal líquido de reemplazo. Esto se debe a que puede diluir demasiado el nivel ya bajo de minerales en su cuerpo y provocar otros problemas.

En su lugar, se les debe dar jugo de calabaza o una solución de rehidratación (disponible en farmacias). Es posible que una cuchara de té o una jeringa sean útiles para administrar líquido a un niño pequeño.

Si no se trata, la deshidratación severa puede ser grave y causar ataques (convulsiones), daño cerebral y la muerte.

Si los síntomas persisten o empeoran, es importante comunicarse con el médico de cabecera o el pediatra.

Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.

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