Es una de las respuestas más esperadas de la ciencia: tener acceso a una droga que prolongue la vida, una virtud que se vería reflejada también en menos enfermedades relacionadas con el envejecimiento y significaría borrar de un plumazo los achaques que vienen con la edad.
El Instituto de Investigación del Envejecimiento de la Escuela de Medicina Albert Einstein, en la ciudad de Nueva York, de la mano de su director, Nir Barzilai, está estudiando el tema.
A Barzilai le llueven voluntarios de todo Estados Unidos así como también de otros países, según un artículo de Wall Street Journal.
“Toda la humanidad está esperando y observando”, escribió una persona de 76 años que enseña una clase de “Introducción a Twitter” en un centro para personas de la tercera edad en Las Vegas.
¿Qué pista están siguiendo este grupo de científicos? Se trata de una píldora genérica y barata llamada metformina, ampliamente usada para tratar la diabetes tipo 2. Se basan en los resultados de un estudio aparecido en 2014 y realizado por la Cardiff University, en Reino Unido, donde investigadores hallaron que quienes toman el medicamento tienen una esperanza de vida 15% mayor a aquéllos que no la toman.
La noticia sorprendió al mundo. Los hallazgos publicados en la revista Diabetes, Obesity and Metabolism, se basaron en una investigación con más de 180,000 personas con una duración de 6 años en la que se comparó la supervivencia de los pacientes con diabetes tipo 2 prescriptos con metformina, versus pacientes que tomaban otro medicamento para la diabetes llamado sulfonilurea.
En base a este descubrimiento, los científicos norteamericanos ahora planean llevar a cabo un gran ensayo clínico para ver si el medicamento puede retrasar o prevenir algunas de las enfermedades más devastadoras de la edad avanzada, desde males cardíacos hasta el deterioro cognitivo y el cáncer.
Para poner a prueba la píldora, gerontólogos de 14 centros para personas de la tercera edad a lo largo de EE.UU. harán un seguimiento a 3,000 personas durante 6 años. La mitad de los participantes recibirá el medicamento, mientras que los demás tomarán un placebo.
“Evidentemente nos hemos metido en algo que es fundamental para la humanidad” afirma Jay Olshansky, profesor de la escuela de salud pública de la Universidad de Illinois en Chicago, quien participa en el proyecto.
Entre los voluntarios ya inscriptos, algunos dijeron que deseaban prolongar su vida de forma considerable, junto con sus prestaciones de jubilación. “La idea de vivir hasta los 120 años me llena de gran emoción, y también la idea de cobrar mi pensión hasta entonces sería un regalo maravilloso”, escribió un británico de 71 años. Otros dicen que no quieren ser una carga para su familia, o que están disfrutando demasiado de la vida y desean prolongarla.
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Y es que aunque la esperanza de vida ha aumentado de forma significativa en el último siglo, el envejecimiento también aumenta las probabilidades de que alguien desarrolle cáncer, Alzheimer, enfermedades cardíacas y otros males.
Con el foco en la metformina
El interés de los gerontólogos en la metformina coincide con la investigación de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. (NIH), donde también están probando formas de posponer o prevenir las condiciones debilitantes o costosas.
La idea detrás de este esfuerzo es apuntar a secuencias en el cuerpo, a nivel molecular, que cuando son defectuosas pueden provocar enfermedades crónicas o incluso la muerte, dijo a WSJ Rafael de Cabo, jefe de la Rama de Gerontología Traslacional de la agencia.
En los últimos 12 años, su laboratorio y otros han identificado múltiples compuestos, incluida la metformina, que afectan estas secuencias y han permitido a ratones vivir de forma más saludable en la tercera edad, y en algunos casos por más años.
Los investigadores consideran a la metformina la mejor opción para probar en los humanos debido a su historial de provocar pocos efectos secundarios o ninguno. Otra cosa que anima a los investigadores es el estudio británico de gran escala, mencionado antes.
La metformina se recomienda como tratamiento de primera línea para los pacientes con diabetes tipo 2, por la Asociación Americana de la Diabetes (ADA) y la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).
El equipo que planea el estudio en el Albert Einstein College busca recaudar unos US$64 millones. Por ahora, ninguna farmacéutica está involucrada, y ninguno de los doctores tiene un interés financiero en la píldora de la juventud, en caso de que los estudios confirmen las virtudes de la droga de la diabetes. Los investigadores esperan reclutar personas de entre 65 y 79 años y los ensayos empezarán dentro de un año.
Habrá que esperar entonces un poco más para saber si la metformina puede ser la pócima de la eterna juventud. Pero ya los científicos están en camino.
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