La flor de cempasúchil es una de las plantas más populares en la celebración del Día de Muertos. Sin embargo, más allá de la festividad, la planta tiene varios usos que aportan a la salud, los cuales van desde curar una indigestión hasta la elaboración de un plaguicida que prevendría enfermedades cancerosas a causa de los pesticidas comunes.
Es más que uno de los protagonistas en las ofrendas del Día de Muertos. La flor de cempasúchil, flor de muerto o tagete (conocida así en Latinoamérica) es una de las plantas más usadas dentro de las tradiciones mexicanas, en memoria de los seres queridos que han partido. Sin embargo, la planta posee un amplio uso que se extiende hasta el campo de salud.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo desarrollaron a partir del aceite de la flor un bioplaguicida capaz de matar agentes que atentan contra los cultivos de los agricultores, pero que a diferencia de los pesticidas comunes, no es tóxico para los alimentos y el consumo humano.
"La planta de cempasúchil tiene una amplia distribución en nuestro país. Lo que quiere decir que en cualquier lugar es posible cultivarla. Una de las derivaciones de este recurso natural es que puede servir como un insumo bioplaguicida que puede mejorar la calidad de los alimentos, comentó a HolaDoctor Miguel Ángel Serrato Cruz, investigador en fitotecnia de la universidad.
A través de un destilador la planta se procesa a altas temperaturas con el fin de extraer sus principales esencias. Posteriormente éstas pasan por otro filtro donde se son condensadas hasta obtener el aceite. Se estima que por cada 200 kilogramos de la planta se obtienen entre 300 y 750 mililitros de bioplaguicida.
“Los productos que derivamos y que podemos elaborar a partir del aceite y de las plantas y la solución acuosa de la flor de cempasúchil es para tratar de hacer elaborados que permitan el control de nematodos, insectos, plagas de los cultivos, hongos y ácaros”, agrega el experto.
Al ser un producto natural, el bioplaguicida reduciría considerablemente el riesgo de contraer enfermedades cancerosas, daños en el sistema respiratorio, entre otras complicaciones que provoca el uso de plaguicidas comunes.
Y es que según la Organización de Trabajo para el Medio Ambiente, de EU, en cada cinco frutas o verduras existen alrededor de 10 pesticidas diferentes.
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“En nuestro país alrededor del 70% de los productos agroquímicos son de importación. Esto es un dato muy significativo para que en el país puedan hacerse desarrollos que busquen por un lado que los sistemas de producción puedan resultar costeables y por otra parte se reduzca el riesgo de contaminación del ambiente”.
Por el momento, se espera que en un futuro próximo este bioplaguicida, pionero en la investigación mexicana, se implemente a los nuevos estándares de producción agrícola, con el único objetivo de llevar comida libre de tóxicos a la mesa.
Mientras tanto, la planta puede ser usada con otros fines pues dentro de la medicina mexicana se usa para el dolor estomacal, parásitos intestinales, cólicos, afecciones hepáticas e indigestión.
¿Qué son los pesticidas?
Son sustancias químicas diseñadas para matar organismos que se comen o dañan las cosechas (insectos, ciertas plantas, hongos). Algunos pesticidas le alteran el cerebro y centros nerviosos a estas 'pestes', pero pueden alterar también el sistema nervioso humano, según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.
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