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La rosácea es un enrojecimiento de la piel en el área de las mejillas, la nariz, la frente o los párpados, que ocurre por la dilatación de los vasos sanguíneos que están justo debajo de la piel. Esta condición ocurre con más frecuencia en personas de piel clara, y es más común en las mujeres.

La Academia Americana de Dermatología informa que hay unos 16 millones de estadounidenses que tienen rosácea, por eso se la considera una de las afecciones dermatológicas más comunes. Una encuesta realizada por la Sociedad Nacional de Rosácea (NRS) demostró que algunas personas pueden ver afectada su autoestima y bienestar. Otras sienten que esta afección condiciona su vida social, ya que deben evitar el consumo de ciertos alimentos o bebidas irritantes por temor a brotarse en público. 

La NRS recuerda que no se conocen las causas que la provocan, pero se cree que la dilatación de los vasos sanguíneos podría ser causada por una respuesta del organismo ante ciertos microbios o bacterias. La rosácea no es contagiosa y puede ser hereditaria, y por el momento no hay cura. Pero sí hay medicación, como geles vasoconstrictores que se aplican para tratar la anormalidad vasoconstrictora en la zona central del rostro, según un artículo del British Journal of Dermatology. 

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También hay tratamientos con láser o luz pulsada intensa que penetra en la piel para tratar la afección.  Algunos consejos son evitar la exposición al sol sin protector solar, no realizar actividad física violenta si hace mucho calor, hacer manejo del estrés con ejercicios o técnicas de respiración, limitar el consumo de bebidas calientes, alcohol y alimentos irritantes o muy condimentados. El viento, los baños demasiado calientes y el frío intenso también son enemigos de la rosácea. 

En casa, hay tips que conviene tener en cuenta para evitar que la rosácea se intensifique, y secretos a la hora de maquillarse que te pueden ayudar a disimularla. A la hora de maquillarse, la NRS recuerda que es muy importante elegir productos para piel sensible que minimicen irritación. Hay que evitar los que contengan alcohol, mentol, menta, eucaliptus, astrigentes, fragancias y exfoliantes muy agresivos. Conviene elegir marcas rotuladas como “a prueba de alergias”, y colocar una pequeña porción en el cuello o el brazo para ver si nuestra piel reacciona en forma adversa. 

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Conviene usar pocos productos con varias funciones, por ejemplo una base de maquillaje con protector solar UVA/UVB, con una tonalidad beige-verdosa Esto ayuda visualmente a neutralizar el enrojecimiento facial. El maquillaje y el corrector de ojeras e imperfecciones conviene aplicarlo con pinceles suaves, más que con una esponja. Y también son aconsejables los rubores y sombras elaborados a base de polvos minerales, que tienen menos aditivos. 

Para retirar el maquillaje, elige un limpiador líquido que contenga menos de un 10% de jabón, con un pH neutro para no irritar la piel. Lava y enjuaga el rostro con agua tibia, y luego seca con una toalla suave de algodón, sin frotar ni refregar. Evita el uso de abrasivos o exfoliantes que puedan irritar o maltratar la delicada piel del rostro.