En los Estados Unidos, cuatro de cada 10 adultos (de entre 18 y 69 años) tienen al menos un tatuaje ilustrado en su cuerpo, según una encuesta publicada por Statisca Survey en 2017; y los adolescentes son el grupo de personas que más interés tienen en hacerse uno.
Pero no todos saben los cuidados que conlleva mientras cicatriza la piel con tinta, es decir, la mayoría de la gente que tiene o desea tener un tatuaje desconoce los pasos a seguir para mantener una piel tatuada fresca y sana.
Un tatuaje puede infectar la piel e incluso dejar marcas en el cuerpo. Si bien los tatuajes son heridas en la piel con tinta por dentro, estos requieren de cuidados especiales desde el primer día de su creación.
Solo 30 estados obligan a los artistas de tatuajes a proveer información sobre los pasos a seguir para cuidar la piel tatuada, explicó un estudio publicado en JAMA Dermatology.
Las leyes que regulan la industria de tatuajes son muy escasas, tanto que ni siquiera la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) es capaz de regular las tintas que se usan para tatuar, principalmente porque se las considera cosméticos.
Hay que pensar en el proceso de obtener un tatuaje como un proceso quirúrgico. Después de todo, se requiere una aguja –o varias– para inyectar tinta debajo de la piel o epidermis, y todo proceso médico requiere de un cuidado especial para evitar infecciones y otros daños irreversibles en el cuerpo.
Sigue estos simples consejos para lucir tu nuevo tatuaje sin problemas:
1. Prevenir infecciones
Inmediatamente después que el artista acabe de ilustrar tu tatuaje, él o ella debe poner una capa de ungüento de petróleo (vaselina) sobre la superficie de tu piel y después cubrir ésta con envoltura de plástico para prevenir una infección a causa de bacterias.
También, la envoltura de plástico ayuda a que la piel no se irrite por el rozamiento de texturas, como las prendas de vestir.
Recuerda que los tatuajes son heridas abiertas y es necesario dejarlos cicatrizar antes de aplicar bloqueador solar, exponerlos al sol, sumergirlos en una piscina o usar ropa muy ajustada.
2. Lavar y cuidar
Horas después que se haya terminado de hacer un tatuaje, puedes retirar la envoltura de plástico y lavar el área con agua y jabón sin fragancia –de preferencia neutro–, también asegúrate de lavar tus manos con jabón antes de tocar el área tatuada.
Generalmente, el artista de tatuajes provee instrucciones de cuándo y cómo retirar la envoltura de tu piel, y si debes de aplicar otra capa de ungüento de petróleo.
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Al retirar la envoltura de plástico notaras (en algunos casos) restos de sangre y tinta. Esto es normal, así como el enrojecimiento y dolor de la piel.
En los próximos días, deberás lavar tu tatuaje al menos dos veces al día, y aplicar una crema sin fragancia o alcohol para mantenerlo fresco.
Si tu tatuaje arde, está rojizo e hinchado durante la segunda semana de su creación, es muy probable que esté infectado y necesites ir a consultar a un médico para saber cómo tratarlo.
3. Protección
Una vez que el área del tatuaje esté completamente cicatrizada, la puedes tratar como cualquier otra parte del cuerpo. Sin embargo, si lo que quieres es mantener la ilustración viva y brillante, deberás proteger tu piel de los rayos del sol ya que estos, con el tiempo, pueden desvanecer los pigmentos de la tinta.
También debes mantenerte hidratado, además de procurar no subir de peso rápidamente: el estiramiento de la piel distorsiona los tatuajes y no hay manera de revertir ese daño.
Entre los muchos riesgos que la piel corre al ser tatuada se encuentran las alergias, sarpullido, infecciones, picazón grave o hinchazón con duración prolongada; y los problemas pueden persistir durante varios años.
Además, los tatuajes podrían ocultar los melanomas malignos, lo que dificultará la detección
de algún tipo de cáncer de piel. Antes de colocar alguna inyección de tinta en tu piel se sugiere consultar previamente con un dermatólogo.
Los lunares deben ser áreas libres de tatuajes.
Fuentes: Escuela de Medicina de Harvard, NIH.
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