La prevención de la anemia o el colesterol por el consumo de hierro son beneficios que han sido bien documentados por diferentes estudios. Sin embargo, una pendiente en el campo de la investigación es conocer cuáles son las consecuencias de un exceso de este mineral.
Para solucionar este problema, especialistas de la Universidad de Australia Meridional analizaron aproximadamente a 500,000 participantes y encontraron que mucho hierro podría aumentar el riesgo de infecciones bacterianas de la piel.
El hierro es un mineral fundamental para el crecimiento y desarrollo del organismo. Nuestro cuerpo lo utiliza para producir hemoglobina y mioglobina, proteínas que los glóbulos rojos necesitan para transportar el oxígeno a todo el cuerpo.
Debido a que fomenta la oxigenación y la circulación sanguínea, el consumo de hierro se asocia con la prevención de problemas cognitivos, aumento de energía y fortalecimiento de los músculos y las defensas.
También es necesario para prevenir la anemia, una afección que surge cuando las células sanguíneas que distribuyen oxígeno al cuerpo no son suficientes o no están sanas. Sus síntomas incluyen fatiga, debilidad, falta de aliento y mareos.
Pero, el exceso de hierro o sobredosis también puede causar problemas para la salud. Esta situación puede darse cuando su consumo, normalmente de suplementos, excede la dosis diaria recomendada: 10 mg. para los niños, 8 mg. para los adultos y 18 mg. para las mujeres. Incluso existe un trastorno genético llamado hemocromatosis, que afecta la capacidad del cuerpo para controlar la cantidad de hierro absorbido, aumentando su presencia.
Con el objetivo de profundizar como impactan los niveles de hierro, tanto bajos como altos, en la salud, los autores del nuevo trabajo analizaron el rol de este mineral en diferentes condiciones clínicas. Para evaluarlo utilizaron datos médicos de casi medio millón de personas. Sus hallazgos se publicaron en PLOS Medicine.
"Utilizamos un método estadístico, denominado aleatorización mendeliana, que emplea datos genéticos para estimar mejor el efecto causal del estado del hierro en 900 enfermedades y afecciones", dijo el doctor Coeben Benyamin, genetista y autor del estudio.
Consecuencias del hierro
Los especialistas reconocieron que no muchos estudios se concentran en los efectos negativos que puede causar un consumo excesivo de hierro. La poca evidencia disponible indica que aumentaría el riesgo de enfermedades hepáticas, cardíacas o diabetes.
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La nueva investigación es la primera en utilizar datos de población a gran escala para analizar en profundidad cuáles son los vínculos negativos. Dipender Gill, coautor de la investigación, explicó que su trabajo pudo "determinar de manera rápida y eficiente el efecto del estado de hierro genéticamente elevado en cientos de resultados clínicamente relevantes utilizando datos que ya se han capturado".
Gill señaló que asociaron a un mayor nivel de hierro efectos protectores contra la anemia y los niveles altos de colesterol. Pero, el especialista indicó que también hallaron efectos perjudiciales, específicamente un mayor riesgo de infecciones de la piel y tejidos blandos.
Se cree que este mineral sería ideal para la supervivencia y fortalecimiento de muchas bacterias, entre ellas se encuentran las responsables de infecciones cutáneas como la celulitis. Sin embargo, los expertos reconocen que aún se necesitan más datos para intentar manipular el hierro y tratar estas afecciones.
"Proporcionamos evidencia basada en la población de que el hierro está asociado con ciertas enfermedades. El siguiente paso es investigar si la manipulación directa de los niveles de hierro mejora los resultados de salud a través de ensayos clínicos", concluyó el doctor Benyamin.
Cuáles son las fuentes de hierro
Puedes conseguir este mineral incorporando los siguientes alimentos a tu dieta:
- Atún
- Carne de res y en menor medida de cordero y cerdo.
- Cereales fortificados.
- Frutas deshidratadas, como pasas o ciruelas.
- Frutos secos.
- Granos enteros, como trigo, ajonjolí, mijo, avena o arroz integral.
- Hígado.
- Huevos, principalmente las yemas.
- Legumbres secas, como habas, arvejas o semillas de soya.
- Ostras y en menor medida mariscos.
- Pollo.
- Salmón.
- Verduras, como brócoli, espinaca, col rizada y espárrago.
- También puedes consumir suplemento, aunque antes de hacerlo debes consultarlo con un profesional.
En el caso de que el problema sea un exceso de este mineral, los profesionales recomiendan consumir dietas bajas en hierro, dejar de tomar sus suplementos y realizarse flebotomías (extracciones de sangre regularmente).
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