Un nuevo estudio realizado por científicos estadounidenses mostró que las bondades de los pescados azules y su contenido en ácidos grasos Omega 3 no se limitan a proteger el corazón. Las personas con altos niveles de Omega 3 también tendrían volúmenes cerebrales más grandes en la vejez lo que equivaldría a preservar entre uno y dos años su salud cerebral, según la nueva investigación.
Puntos Clave
- Altos niveles de ácidos graso Omega 3 se relacionan con un volumen cerebral mayor.
- Un volumen cerebral mayor en la vejez equivaldría a preservar la salud cognitiva.
- El hipocampo juega un rol fundamental en la actividad de la memoria y el aprendizaje.
Para llegar a dicha conclusión, misma que se publica en la edición digital de Neurology, la revista oficial de la Academia Americana de Neurología, los investigadores analizaron los niveles de ácidos grasos Omega 3: ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) en las células rojas de la sangre de 1,111 mujeres que formaron parte del Women's Health Initiative Memory Study.
Ocho años más tarde, cuando las mujeres tenían una edad media de 78 años, se tomaron imágenes por resonancia magnética para medir su volumen cerebral.
Se encontró que las participantes que tenían niveles más altos de Omega 3 también presentaban un volumen total del cerebro más grande. Quienes poseían el doble de niveles de ácidos grasos (7.5 frente a 3.4%) registraron un volumen cerebral un 0.7% más grande en el área del hipocampo del cerebro, que desempeña un rol fundamental en el aprendizaje y la memoria.
"Estos niveles más altos de ácidos grasos se pueden lograr a través de la dieta y el uso de suplementos. Los resultados sugieren que el efecto sobre el volumen del cerebro es el equivalente a retrasar entre uno y dos años la pérdida normal de las células cerebrales que provoca el envejecimiento", comentó el autor del estudio James V. Pottala, de la Universidad de Dakota del Sur en Sioux Falls y el Laboratorio de Diagnóstico de Salud, en Richmond, Virginia, Estados Unidos.
Estudios anteriores relacionan el volumen del cerebro de una persona con sus riesgos de deterioro mental y pérdida de memoria. Un hipocampo más grande tendría menos riesgo de sufrir pérdida de memoria (científicos de la Universidad de Oregon, EE.UU.).
El hipocampo y la memoria
El hipocampo juega un rol fundamental en la correcta formación y actividad de la memoria a largo plazo y en el aprendizaje. Con el paso de los años, el cerebro realiza un proceso al que se conoce como neurogénesis (producción de las células del sistema nervioso central (SNC), es decir, de neuronas), y la parte del cerebro donde sucede esto es en el hipocampo.
En enfermedades como el Alzheimer, el hipocampo es una de las primeras regiones del cerebro en dañarse. La enfermedad de Alzheimer causa la muerte de neuronas y la pérdida de tejido en todo el cerebro. A medida que aumenta la muerte de las neuronas, las regiones afectadas del cerebro empiezan a encogerse. Cuando se acerca la fase final de la enfermedad, los daños se han extendido ampliamente y los tejidos del cerebro se han encogido considerablemente.
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Comer pescado alarga la vida
Según una investigación dirigida por científicos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y publicada en la revista Annals of Internal Medicine, las personas mayores de 65 años que comen pescado pueden vivir un promedio de dos años más que quienes no consumen los ácidos grasos Omega 3.
Los altos niveles de ácidos grasos Omega 3 en la sangre también fueron relacionados con un riesgo 27% menor de muerte de cualquier tipo, y un riesgo 35% menor de muerte por enfermedades cardíacas que aquellos con niveles más bajos de omega-3 en la sangre, indicó el estudio.
La Asociación Americana del Corazón (AHA, por su siglas en inglés) recomienda comer pescado (especialmente pescados grasos) por lo menos dos veces por semana. Algunos pescados grasos son la caballa, la trucha de lago, el arenque, las sardinas, la albacora (o atún blanco) y el salmón. Estos pescados son ricos en dos clases de ácidos grasos omega-3: ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA).
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos refiere que el pescado se ha ganado la reputación de “alimento para el cerebro” debido a que algunas personas lo comen como ayuda para la depresión, la psicosis, el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos relacionados con el pensamiento.
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