Tal vez no te has enamorado de tu pareja por tus encantos naturales ni por haberlo seducido eficazmente, sino porque eres víctima de rituales misteriosos que incluyen magia, amuletos y hasta brebajes que te transformaron en una presa del amor. Conoce al psiquiatra que afirma esto y en qué se basa su teoría.
Amor basado en magia, en hechizos de los cuales no se puede escapar, son muchas veces el recurso de corazones desesperados.
Lo han sido desde Tristán e Isolda donde un filtro de amor los volvió amantes inseparables, hasta Circe que retuvo a Ulises gracias a una poción mágica, pasando por decenas de filmes que toman el tema, como Love Potion, de 1992, con Sandra Bullock y Tate Donovan.
Pasaron siglos y las brujas siguen afirmando que pueden poner a quien deseas a tus pies, y como todo evoluciona, ahora los hechizos se promocionan en Internet.
En toda América hay hechiceras, chamanes, babalawos o curanderas que por una tarifa establecida, hacen amarres para obtener el amor no correspondido. Es una creencia muy arraigada en la cultura hispana, donde el embeleso se traslada por una ropa, con una foto o una preparación que se da a beber. Más allá de consultarle por problemas comunes como el mal de ojo, la gente los visita para que les ayuden a recuperar un amor perdido. Depositan el ellos toda la esperanza.
Por más que la idea persista en la literatura, en la cultura popular, que un médico los avale es toda una novedad. En Francia, Tobie Nathan, un psiquiatra muy particular, le dedica conferencias y hasta un libro para decir que las pócimas de amor son reales y hasta efectivas.
"No nos enamoramos por un encuentro, o porque somos seducidos por el cuerpo armonioso, una cara dulce o un alma bella, sino porque hemos sido objeto de una captura deliberada. Los objetos mágicos, pociones, incienso, oraciones, rituales, palabras esotéricas, alimentos o bebidas preparadas son parte de los métodos para despertar el enamoramiento” dice en su nuevo libro “Embrujos de amor”.
Un especialista que defiende las pócimas amorosas es por supuesto, muy polémico. “Hay formas para hacer que otro esté loco de amor” dice Nathan, y en su libro rescata tradiciones que vienen de antiguas épocas hasta el presente.
Según él, en todas las civilizaciones estuvo y está presente la idea de que la magia amorosa es eficaz.
Pero presta atención, esos amarres o embrujos consiguen despertar la pasión, el eros (el amor en su forma intensa, de locura) no la filia o amor duradero, ése que lleva a dos personas a planificar una familia y una vida en común.
Aunque no se deben perder las esperanzas, dice Nathan, el eros puede evolucionar a filia.
¿Amarres para inseguros?
“La superstición descansa en el pensamiento mágico. Todas estas creencias no tienen fundamento lógico o científico, son irracionales y no demostrables", señala el psicólogo Norberto Abdala, de la Universidad de Buenos Aires, en Argentina.
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“Los comportamientos supersticiosos permiten sospechar de individuos inseguros, que necesitan mantener la ilusión de poder controlar una situación o hechos que creen incontrolables. Cuanto más sensación de falta de control, más propensos a desarrollar supersticiones”, según el Dr. Abdala. Algo que explica un poco la falta de confianza del propio poder de conquista en muchas personas, que los lleva muchas veces a recurrir a los filtros de amor por parte de un tercero.
Fórmulas para atraer el amor
En su libro, el especialista explica fórmulas de pócimas que se preparaban con sangre de ciertos animales, plumas y pelos, pero adaptadas a la vida moderna.
También enumera otras que tienen que ver con una especie de “actuación” de quien desea ser amado. “Avance con una máscara, no exponga su deseo, acuda a un tercero (hacen falta 3 lograr para el amor) elija los lugares y los momentos de fragilidad, cuando la persona se saca su envoltura, como cuando está triste, y entonces sí, no dude en invocar a viva voz el nombre de la persona cuyo amor usted pretende” explica.
Claro que propone más alternativas, todas destinadas a encender el fuego de la pasión, un estado -casi el único según Nathan- que puede hacer que una persona se transforme.
Los materiales con los que se preparan los hechizos son muy numerosos, pero los principios mágicos son similares. Primero, se trata de conseguir un objeto, una estatuilla preparada, un amuleto de cerámica, de madera o de metal. A continuación, se escriben los nombres de los personajes principales, (el propio y el de quien se desea conquistar) en el cuerpo del objeto.
A veces se incluyen partes físicas de los protagonistas -uñas, cabello, sudor o sangre- y luego hay que invocar la fuerza de invisibles no humanos. En la antigüedad, se recurría a divinidades del amor, luego le siguieron las entidades monoteístas y en el Renacimiento, el Diablo. Por último, se anima al objeto con perfumes o fumigaciones y se lo deja actuar, explica Nathan.
¿Puede deshacerse, disolverse el hechizo? Claro, dice el psiquiatra, “si una persona padece una ligazón con otra y considera que ese vínculo es el resultado de un hechizo, sólo tiene que acudir a alguien que sepa deshacer lo que se ha hecho".
"En países de América del Sur, a menudo esa persona es un chamán, un curandero o un pastor. Algunos psicólogos que respetan las culturas tradicionales también saben actuar sobre esos fenómenos”, afirma.
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