Puntos Clave
La forma en que se mide actualmente la obesidad subestima el número real de mujeres obesas, sugiere un estudio reciente. Casi la mitad de las mujeres que actualmente no se consideran obesas en virtud de su índice de masa corporal (IMC) resultaron ser obesas cuando fueron medidas mediante un método más reciente que se enfoca en el porcentaje de grasa corporal por el peso, hallaron los investigadores.
Los investigadores, el Dr. Eric Braverman, presidente de la Path Foundation en la ciudad de Nueva York, y el Dr. Nirav Shah, el actual comisionado de salud del estado de Nueva York, señalan que una medida precisa de la obesidad debe incluir el porcentaje de grasa corporal además de la proporción entre estatura y peso conocida como IMC.
"Observar la grasa corporal en base al índice de masa corporal es algo en lo que casi no se puede confiar en lo absoluto", advirtió Braverman. Según lo que indica al tomar sólo el IMC, "alrededor de 30 por ciento de los estadounidenses son obesos, pero cuando se usan otros métodos, la cifra se acerca más al 60 por ciento", señaló.
"Consideramos que el IMC no es nada confiable", anotó Braverman. "Somos más gordos de lo que creemos. Lo que hace que uno sea obeso es el porcentaje de grasa corporal, no el IMC", explicó. El problema se observa sobre todo en mujeres, porque "a medida que las mujeres envejecen, tienden a perder masa ósea y a reemplazar el músculo con grasa", señaló Braverman.
Braverman y Shah hallaron que cuando las mujeres recibían un escáner especial conocido como absorciometría dual de rayos X (DEXA, por su sigla en inglés), que mide la grasa corporal, la masa muscular y la densidad ósea, el IMC solo subestimaba la obesidad.
Entre más de 1,300 personas que se sometieran a la DEXA en el estudio, casi la mitad de las mujeres (48 por ciento) estaban mal clasificadas como no obesas según el IMC, pero se halló que eran obesas por el porcentaje de grasa corporal hallado con la DEXA. En contraste, 25 por ciento de los hombres estaban mal clasificados como obesos según el IMC, pero de hecho no eran obesos según el porcentaje de grasa corporal.
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Braverman señaló que la DEXA es costosa, así que no sería práctica para una evaluación rutinaria. Sin embargo, una sencilla prueba de sangre que mide los niveles de leptina puede fungir el mismo propósito, aseguró. La leptina es una hormona que tiene que ver con la regulación del apetito y del metabolismo. En el estudio, los niveles de leptina se correlacionaron con la grasa corporal. Los investigadores apuntaron que los niveles de leptina se pueden usar junto con el IMC como una medida más precisa de la obesidad.
"La leptina es un mejor marcador de obesidad en las mujeres", enfatizó Braverman, y añadió que una pérdida de peso exitosa depende de la reducción de los niveles de leptina. Sin embargo, dijo que las mujeres pueden desarrollar resistencia a la leptina, un trastorno metabólico que se observa con la mayor frecuencia tras la menopausia, lo que hace que ponerse a dieta sea ineficaz.
Los niveles de leptina de 10 a 30 ng/mL se pueden corregir a través de la dieta y el ejercicio, comentó Braverman, pero los niveles extremadamente altos son difíciles de corregir.
El efecto de la leptina no es tan potente en los hombres, apuntó. Pero los hombres con niveles bajos de leptina están muy en forma, añadió.
Braverman considera que eventualmente las pruebas de leptina se harán parte regular del examen físico, y que las personas con niveles altos serán tratadas con varios fármacos y dietas diseñados para reducir los niveles de leptina.
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